Entrevista: Soledad Vélez
“Todos compartimos las mismas emociones: impotencia, rabia, tristeza, alegría… Y de eso hablan muchas de mis canciones”
Soledad Vélez es una cantante y compositora chilena que lleva ya varios años afincada en Valencia. Recientemente, tras unos años con Absolute Beginners, ha fichado por Subterfuge y ha publicado Dance And Hunt, un trabajo de gran calidad que sorprende por su apuesta por los sonidos electrónicos. Un cambio en una carrera ascendente que seguramente le abrirá nuevas puertas pero que, sobre todo, se presenta como una necesidad vital para alguien como Soledad, una persona inquieta y nada conformista. De todo ello, también de su gusto por la naturaleza y de sus planes de futuro, hablamos en esta charla.
Has publicado hace un par de meses tu nuevo disco, Dance and Hunt. Se trata de un trabajo con muchos cambios respecto a los anteriores, destacando principalmente tu apuesta por introducir sonidos más electrónicos. ¿Qué tal está funcionando?
Está funcionando muy bien, sobre todo en los conciertos. Estoy notando una conexión muy fuerte con la gente que viene a verme y escucharme.
¿Quizás tiene algo que ver esos cambios de los que hablamos, ese giro hacia una música más electrónica y una propuesta más abierta, en esa conexión?
Puede que tenga algo que ver, sí. Antes escribía más para mí, aquí he compuesto un poco para todos, para que cada uno interprete las canciones por sí mismo, que no sea explicarlo todo sólo como yo lo veo. En mi disco anterior contaba más mis vivencias, aquí hablo sobre el momento en general, las sensaciones que me produce. Muchas veces se comparte más con la gente cuando hablas de una emoción, de un sentimiento, que si hablas de cosas personales que tú has vivido pero quizás ellos no. Conectas mucho más con la gente.
Son canciones que cada uno puede aplicarse a sí mismo, extrapolarlas a sus propias vivencias.
Exacto, pero más que aplicarlo a su propia experiencia se trata de compartir una emoción. Todos compartimos las mismas emociones: impotencia, rabia, alegría, tristeza… y de eso hablan muchas de mis canciones. Explico cómo me sentí yo ante determinadas situaciones, aunque es verdad que lo hago a partir de frases muy abstractas, me gusta mucho trabajar de esa forma.
¿Entonces ha sido algo premeditado, o simplemente te iban saliendo ese tipo de canciones cuando te pusiste a componer?
Ha sido premeditado, sí. Cuando empecé a componer para el nuevo disco busqué un concepto para trabajar sobre él. Y el concepto era ese: a partir de una situación, aislar un sentimiento y trabajar sobre ese sentimiento más que sobre la situación en sí.
¿Tiene que ver también ese cambio en la temática, con canciones creadas más hacia afuera, para la gente, con el giro hacia la electrónica? ¿Tenías ganas de cambiarlo todo, también el envoltorio de las canciones?
Bueno, desde el disco anterior (Run With Wolves, Absolute Beginners 2013) han pasado ya tres años… Incluso en aquel disco ya empecé a meter algo más de teclados, pero desde entonces he empezado a entender la música de otra manera de una forma muy natural, muy fluida. Cuando me puse con las nuevas canciones, y empecé a pensar los arreglos, me di cuenta de que no las concebía de otra manera que no fuera así. Me senté con los músicos, les enseñé una serie de sonidos, les conté lo que estaba buscando, que quería incorporar más electrónica a mi música.
Lo sentías como una necesidad.
Es como algo que está hecho, que debe ser así. Muchas veces es el peor momento, el más crítico para un músico, ese momento en el que estás pensando cómo debe ser el siguiente disco, intentando encontrar un sonido, un concepto. De hecho es un momento horrible, de repente te preguntas ¿a dónde voy?, te encuentras con una pared. Ha sido muy bonito encontrarme con esa claridad de ideas, tener tan claro lo que quería.
Pero a ti te ha salido sencillo, natural, sin forzarlo.
Para nada. De hecho tengo una máxima que intento aplicarme: cuando notes la presión, cuando creas que te estás forzando demasiado, vete a dar una vuelta. Despeja la mente, aclara las ideas. Creo que es algo que se puede aplicar a cualquier tipo de trabajo. El ocio es completamente necesario en nuestros días para funcionar bien. Sobre todo teniendo en cuenta que lo que hacemos los músicos exige mucho mentalmente.
Creo que en cualquier caso no debería sorprender tanto que te hayas volcado más en la electrónica después de escuchar el adelanto “Thunderstorm / Nightmare”, pero también teniendo en cuenta que en tus últimos conciertos de Run With Wolves se te veía cada vez más atraída hacia los sintetizadores y quizás menos hacia las guitarras.
Ya, puede ser, aunque la guitarra es igualmente importante para mí. Me gusta coger la eléctrica y tocar, de hecho cuando en casa empiezo a componer las canciones la guitarra es fundamental. Lo que pasa es que el sintetizador ha tomado más protagonismo. Ambos son instrumentos que me encanta tocar, pero en cualquier caso, si sigo por esta línea, mi intención es cada vez tocar menos y que haya menos instrumentos en el escenario.
¿Te planteas tocar tu sola, incluso lanzando bases, samples, etc. y cantando sobre ellas?
Aún no he llegado a eso, porque también me gusta el concepto de banda, de llevar músicos en las actuaciones, trabajar con ellos. Dirijo artísticamente mis asuntos, pero de todos modos me gusta contar con mis músicos, gente con la que compartes afinidades, les explicas tu proyecto, los conceptos sobre los que quieres trabajar y lo entienden todo a la perfección, incluso dan ideas que a ti no se te han ocurrido. Pero hay que probarlo todo, vamos.
De hecho recuerdo haber leído que, después de empezar a tocar con banda, ya no te veías sola en un escenario nunca más.
Sí, es cierto, he estado tocando mucho tiempo solamente con banda. Antes había tocado muchas veces sola, y es algo que ahora, con este disco, me está volviendo a enamorarme. La esencia del concierto cambia mucho cuando estas tú sola, la energía es diferente, la relación con el público también cambia… Cada formato tiene sus características especiales, sus cosas bonitas, y no hay que abandonar ninguno de los dos, creo. De todos modos no es que antes yo fuera completamente sola, nunca lo he hecho, siempre he ido como mínimo con mi guitarrista. Luego incorporé un batería y ya para mí empieza a ser otra cosa, entonces ir con banda pasa a significar ir con guitarrista y con batería. Ahora, como te decía, con este nuevo disco sí que me está resultando atractiva la idea de salir yo sola al escenario. Es algo que haré, sí.
Como decías antes, has pasado de contar historias personales a trabajar con textos más abstractos. A lo largo del disco se ve como vas reduciendo su importancia hasta llegar a temas como “You have no choice with me”, donde solo recitas una única frase de forma insistente. ¿Le das ahora más importancia a la forma, a las texturas, que a lo que cuentas en las canciones?
Sí, siempre me han atraído mucho las formas. Es curioso porque siempre he dicho que no es lo que dices, sino cómo lo dices. Cada vez que cantas una frase como esa puedes hacerlo de muchas formas, y que la gente entienda algo diferente. El caso es que muchas veces la música que hago la veo así, como formas y colores. Lo de contar historias la verdad creo que es algo que no se me ha dado nunca muy bien. Tiendo mucho más a eso, a las texturas, a que tú lo puedas sentir, tocar y vivir. Es como evocar, crear un ambiente más que contar una historia.
Hablando de las letras, a pesar de que les das menos importancia veo que hay conceptos que se repiten en tus canciones. Por ejemplo, en las dos que abren tus últimos discos: “Jeanette” (Dance and Hunt) y “On fire” (Run With Wolves). En la primera dices “you said you had feelings you loved me, it’s a lie, it’s a lie…” y lo repites muchas veces. En “On fire” decías “you’re a liar, you’re a liar, you’re a liar…when you say you’re falling in love” y también lo repetías con insistencia.
Pues es verdad, y no me había dado cuenta. Me parece muy fuerte. Me hace mucha gracia, igual es el subconsciente, porque cuando me puse a pensar el orden de las canciones en el disco, tenía claro que quería empezar con “Jeanette”… De todos modos no hay un nexo común, “Jeanette” va de cuando te ves sola y pierdes los papeles. Te decía antes que tras cada canción quiero que haya un concepto, un sentimiento. En “Jeanette” es la rabia, la desconfianza, el enfado por ejemplo cuando has discutido, el muro que levantas para protegerte. Yo soy Jeanette cuando pierdo la cabeza, y entonces siento que todo es una mentira.
¿En ese muro que levantas para protegerte tienen algo que ver también las fotos de promoción de tus últimos discos, en las que apareces con un lobo o con una escopeta, como intentando dar una imagen de fortaleza, o tratando de esconder tus debilidades? ¿O esa franja que te pintas en los ojos cuando actúas?
No, en absoluto. No lo había relacionado para nada. La foto con la escopeta tiene un concepto más sencillo. En Dance and Hunt hablo de la caza, de qué estamos cazando, de la búsqueda, el seguimiento, la captura. Aunque sea de forma metafórica, porque en mi caso de lo que hablo es de cazar y capturar una emoción. Esa es la idea tanto tras el “hunt” del título del disco como de la propia foto que comentas. No estaba intentando reivindicar nada, la verdad. En cuanto a la franja en los ojos, es una cuestión como muy tribal, natural, básica. No es como si fuera a la guerra, aunque algo de eso hay, pero lo hago básicamente porque es como si me hiciera sentir parte de algo, de una comunidad.
El concepto de tribu me gusta. “Dance and hunt”, bailar y cazar, es básicamente lo que hacían las tribus primitivas. Es como una vuelta a las raíces.
Bueno, enlaza de alguna manera con lo que significa para mí la naturaleza, las montañas. Cuando estás allí arriba y sientes que a tu alrededor es todo inmenso… Es algo que me ha influido mucho, me ha cambiado.
¿Te aficionaste en Chile, o aquí en España?
Aquí, mi afición por el montañismo empezó aquí.
La última vez que hablamos me dijiste que no te gustaban las ciudades, las grandes aglomeraciones, que preferías el contacto con la naturaleza. ¿Te has acostumbrado ya a Valencia, tras tantos años aquí?
Valencia me gusta, no es tan grande como Madrid o Barcelona. Haces mucha vida en el barrio, los barrios son como pequeños pueblos. Las grandes ciudades son muy impersonales, y a mí me gusta sentirme parte de mi entorno, notar que estoy en una comunidad donde la gente se ayudan unos a otros. En los pueblos, o en las montañas sobre todo, cuando más solo estás y menos tienes, es donde hay más generosidad y solidaridad entre las personas.
En los entornos hostiles sentimos que dependemos más unos de otros, claro.
Saca lo más humano, cierto. En esas situaciones lo relativizas todo, te das cuenta de lo que nos quieren hacer creer, de lo que necesitamos y lo que no, lo que es importante y lo que no lo es. A mí me quita la energía ver como damos importancia a cosas que no la tienen, ver a la gente discutir por cuestiones de tráfico, por cualquier tontería. La gente es poco consciente de que, al final, vamos a morir todos. Esta es nuestra vida, y no tenemos otra, ¿por qué vivirla así?
Leí en algún sitio que habían descubierto que ser solidario con los demás liberaba tantas endorfinas como tener sexo o comer chocolate.
Sí, somos parte de algo. Nos necesitamos unos a otros, no deberíamos ser tan egoístas.
Volvamos a la música. Háblanos de cómo fue tu fichaje por Subterfuge.
El año pasado rescindimos el contrato con Absolute Beginners, y Jesús (se refiere a Jesús de Santos, uno de los responsables del sello y que también es su guitarrista) me estuvo ayudando a encontrar otra compañía. Él conocía a la gente de Subterfuge y hablé con ellos. También con otros, pero al final me decidí por Subterfuge. Les enseñé mi trabajo y les gustó, hubo muy buen feedback. Todos encantados, muy bien, la verdad, son un gran equipo. Todos los días me envían algún correo de ellos diciéndome cosas, preguntando, recordándome compromisos… Está muy bien esa sensación de que están pasando cosas.
Ya que mencionas a Jesús, ¿cuál es su papel ahora, con este nuevo concepto de banda, con este predominio del sintetizador sobre las guitarras?
En el primer disco Jesús intervino más como coproductor, pero ya en los siguientes trabajos me hice cargo más de todo el proceso. Ahora con este nuevo concepto de banda Jesús sigue siendo mi guitarrista, y continúo contando con él y con Luis en el momento de trabajar las canciones para estudiar conjuntamente los arreglos y otros detalles.
¿Y cómo les llevas ahora las canciones para trabajarlas en el estudio? ¿Vas con unas bases electrónicas, con una melodía? ¿Ha sido diferente con estos nuevos temas más electrónicos?
Más o menos como siempre, les llevaba un boceto de la canción y les explicaba cómo quería que sonara, cómo me gustaría que fueran los arreglos. Es verdad que en este caso también llevaba bases para Luis, cómo quería que fuera el ritmo, la percusión. En cuanto a la composición, algunos temas los he empezado con la guitarra, como siempre, y otros han salido de jugar con el teclado. A veces compongo con ambos instrumentos a la vez. En casa tengo la guitarra, el sinte, la caja de ritmos, el ProTools abierto…
Me imagino que con este nuevo disco ya no se te comparará tanto con PJ Harvey. ¿Qué otras influencias hay en Dance and Hunt?
Sí, es verdad (ríe), me lo dicen menos. Es normal que te comparen con otros artistas, que busquen otras referencias para hablar de lo que haces. Las comparaciones con PJ Harvey siempre surgen cuando una mujer demuestra fuerza sobre un escenario, o en su música. En cuanto a mis influencias, para este disco quizás me he dejado llevar más por canciones que por artistas. Incluso por trozos de canciones. Por formas, sonidos, texturas. De una canción de tres minutos a lo mejor me quedo con unos pocos segundos que me llaman la atención, con un sonido que es lo que yo busco.
Antes has comentado que nada más acabas un disco ya estás pensando en el siguiente. ¿Estás ya trabajando en nuevas canciones? ¿Seguirás por esta nueva línea que has emprendido con Dance and Hunt?
Es cierto, es así. Si no estoy creando, que básicamente es mi trabajo además de tocar, me deprimo muchísimo. Es lo que yo sé hacer, lo que me gusta. También es verdad que cuando lanzas un nuevo disco necesitas un margen de unos meses para trabajarlo, preparar el directo, etc. Es un proceso en el que mimas mucho tu último disco. Pero en cuanto pasa esa fase un tanto trágica de ensayar, ensayar y más ensayar, te entra un bajón terrible y necesitas empezar a buscar un nuevo concepto. No quiero contar demasiado, pero será como lo de ahora pero un poco más allá.
Soledad Vélez estará presentando su nuevo disco en una gira que este verano la llevará a actuar en diversos festivales (entre ellos el Bilbao BBK Live y el FIB) pero que también tiene otras fechas en sala. Te las ofrecemos todas a continuación:
09/07 BILBAO – BILBAO BBK LIVE
13/07 MADRID – FESTIVAL FRINJE
16/07 BENICASSIM – FIB
09/09 OURENSE – EL TORGAL
24/09 PREDREGUER – FESTIVAL TÓCALA SAM
30/09 ALCALÁ DE HENARES – GREEN IRISH PUB
01/10 ZARAGOZA – LAS ARMAS
07/10 CASTELLÓN – FOUR SEASONS
08/10 BARCELONA – SIDECAR
11/11 HUESCA – EL 21
12/11 BILBAO – LA RIBERA
19/11 ALBACETE – CLANDESTINO