Entrevistamos a El Columpio Asesino
Me encontraba tomando unas cervezas en un terraza en el centro de Madrid, cuando un amigo, sin más allá de hacer la broma, comentó: «nos vamos a Berlín». El silencio se hizo. Todos los que estábamos presentes contestamos al unísono, cómo si fuéramos un coro eclesiástico ; «no quiero reproches, carretera y speed toda la noche…»
Es en una situación así, cuando uno se da cuenta de que un grupo no necesita presentación. Sus canciones forman parte de nuestro imaginario colectivo. Y sino todas, al menos “Toro”, uno de los grandes himnos de la música independiente de este país. El Columpio Asesino, creó una canción única, al más puro estilo Jack Kerouac, y un estilo muy difícil de categorizar. Más de dos décadas después de sus inicios, este conjunto navarro no deja de sorprendernos. Su nuevo álbum, Ataque Celeste, publicado en el 2020, es una prueba fehaciente de ello. Un disco al que la pandemia no le permitió desarrollarse en directo como merece, pero que ahora asalta los escenarios, con una parada en Tomavistas Extra, donde actuarán el próximo 28 de mayo (entradas aquí).
Desde Muzikalia hablamos con ellos para que nos hablen sus inicios, nos expliquen su nuevo trabajo o nos comenten su visión sobre la nueva escena musical que se está generando en España.
«Fuimos a Berlín y aún nos dura la resaca»
Es un placer hablar con vosotros, espero que os encontréis lo mejor posible. Lo primero de todo, me gustaría preguntaros por los inicios de este conjunto. ¿Cómo comenzó vuestra andadura musical?
El placer es nuestro. La banda la formamos mi hermano Raúl y yo a mediados de la década de los noventa. Sentados en la cama de nuestra habitación, con una guitarra acústica, empezamos a componer nuestras primeras canciones. Siempre nos motivaron grupos como The Clash, The Sex Pistols, Pixies, la Velvet Underground, entre muchos otros.
Pronto se unieron al grupo algunos amigos del instituto, como por ejemplo el Txibe, que venía de una banda de hardcore, o Unai, que se las apañaba en un conjunto muy del estilo de The Cure llamado Desoreka. Así, empezó El Columpio Asesino. Un cuarteto musical que mezclaba muchos estilos y tenía pocas pretensiones.
Cómo bien dices, crecisteis a finales de la década de los noventa. Hoy en día, lleváis media vida encima de los escenarios. ¿Cómo habéis vivido todo este tiempo? ¿Han pasado los años demasiado rápido?
Sí, así es la vida. Los años pasan sin piedad …
Se aprende mucho cuando recorres el camino desde abajo. La música nos rescató de trabajos de mierda y nos ofreció la oportunidad de conocer mundos y experiencias que, en principio, no estaban al alcance de nosotros. Por suerte, hemos conocido personas brillantes, además, con el tiempo descubre que este circo del que formamos parte no deja de ser una industria más. Con todo lo que supone.
Completamente. Hay un dato que siempre me ha sorprendido. Durante el 2002 o 2003, pocos años después de vuestro inicio, decidisteis ofrecer una serie de conciertos en diferentes cárceles españolas, al más puro estilo Johnny Cash. ¿Cómo surgió este ciclo de conciertos de El Columpio Asesino?
La gira por los talegos de Madrid surgió de la mano de la obra social de una entidad bancaria, de la cual ahora ya no recuerdo el nombre. Lo que sí puedo decirte, es que fue una gira agridulce. Nos lo pasamos muy bien, y siendo sinceros, como experiencia fue brutal, pero al salir de aquellos muros de hormigón, tan altos y oscuros, te quedabas completamente helado. Un escalofrío te cruzaba todo el cuerpo.
La primera vez que os escuché en directo fue allá por septiembre del 2012. Un concierto que nunca olvidaré. Era apenas un adolescente y ofrecíais un concierto gratuito, junto con otros artistas, que organizó MTV cerca de Príncipe Pío en Madrid. El espectáculo acabó con disturbios, cargas policiales y más se setenta detenidos. ¿ Cómo lo vivisteis? , tras tantos kilómetros en la carretera, ¿Qué concierto recordáis con más cariño?
Es difícil elegir una perla del collar. Siendo sinceros, ¡Me quedó con el collar!
La gira por China y Filipinas fue la hostia. Ya habíamos estado girando por México, El Salvador y Argentina, pero el “choque cultural” con China nos impresionó mucho.
En cuanto al concierto de MTV, lo recuerdo. Fue un tanto extraño. Por ejemplo, nosotros hemos vivido la Kale Borroka en su máximo apogeo, que te voy a contar. No recuerdo cuál fue la razón de los altercados, pero desde fuera me parece recordar que aquello iba de chavales y chavalas jugando a las manis…
Os habéis convertido en uno de los grupos más importantes a nivel independiente de este país. Y sin duda, la canción que habéis se ha convertido en todo un himno es “Toro”. Está pregunta es obligatoria, ¿llegasteis a Berlín?
JAJAJA. Fuimos a Berlín y la resaca todavía nos está pasando factura.
El tema lo compusimos mi hermano y yo pensando en una pareja al puro estilo Bonnie & Clyde, eso sí, poligonera. La canción está llena de imágenes de como vivíamos en aquellos años. Había fines de semana que empezaban los viernes y terminaban los domingos por la tarde.
Tras casi seis años de silencio discográfico, el año pasado publicasteis vuestro nuevo disco, Ataque Celeste. ¿Cómo surgió este nuevo álbum? ¿Qué nos podéis contar acerca de él?
Después de darnos un espacio entre nosotros, pasado el año de reflexión, decidimos volver con un álbum diferente. En todos los discos que hemos presentado siempre hemos querido sorprender a nuestro público y, en parte, a nosotros mismos.
Ataque Celeste gira en torno a la felicidad obligada y al exceso de positividad que se impone en nuestra sociedad de dentaduras perfectas.
Un disco que mantiene la fuerza lírica de vuestros anteriores trabajos y nos presenta una búsqueda personal de vuestro sonido. Uno de los elementos que más sorprende es su brevedad, de todo vuestro repertorio es el disco que menos canciones tiene. ¿ Cómo fue el proceso de composición?
Como te decía siempre hemos buscado sorprender, eso dificulta mucho nuestro trabajo. Sobre todo, cuando ya has publicado cinco discos a tus espaldas y sabes que no tienes el talento de David Bowie …
Fueron tres años de estar picando piedra en el local hasta que al fin las canciones se manifestaron. Fue un poco coñazo …
Además, este nuevo disco presenta dos partes. Por un lado, un álbum llamémoslo “normal” y, por otro lado, otro disco compuesto por los mismos temas que presentasteis en formato remix. ¿Cómo surgió esta idea?
Mola que artistas de otras sensibilidades se puedan hacer con tus canciones, y sobre todo, sean capaces de darle un latido diferente. En el caso de las colaboraciones con David Kano u Oscar Mulero, los conocemos porque son viejos amigos y fue rodado. Con el resto de los artistas fue gracias a la discográfica. Está iniciativa nos ha supuesto grandes descubrimientos en este cruce de grupos y artistas.
Antes me has comentado que Ataque Celeste, gira entorno a la felicidad obligada y al exceso de positividad que se impone en nuestra sociedad de dentaduras perfectas. Este elemento, de ansiedad o vacío existencial, es algo que cada vez se refleja más en todos los grupos que están pareciendo por todos los costados de este país.
Ahora mismo se está dando un cambio de escena musical. Es evidente que los tiempos han cambiado y se está produciendo un relevo generacional. Así debe ser. Sinceramente, no entiendo la mistad de lo que pasa …
Me gusta estar al día, pero como con toda vanguardia musical hay propuestas que no las puedo digerir.
Vuestra última canción es la que apenas salió hace unos días titulada “Catalunya bondage”. Tema que forma parte del nuevo disco de Love of Lesbian. ¿Cómo surgió? ¿Qué queríais expresar con ella?
Bueno, la canción es de Love of Lesbian, de su último y recién sacado disco.
Santi nos dijo que tenía un tema donde se imaginaba a Cris cantando con ese punto macarra que ella sabe otorgarle a los textos. Nos la pasó y la hicimos de la mejor manera posible. La letra es de Santi. No te puedo decir mucho más..
Y, por último, y está es la pregunta más complicada de toda la entrevista, ¿qué significa para vosotros la música?
La música es algo que me da y me quita la vida.