KALEO (Sala La Riviera) Madrid 27/09/22

El martes 27 de septiembre La Riviera volvió a colgar el cartel de sold out, pese a los grandes eventos musicales que se producían en la capital la misma jornada, como el concierto de Sum 41 y Simple Plan en el WiZink Center. La ocasión lo merecía, KALEO nos visitaba para transportarnos, con una sonora bofetada, a su mundo de rock & blues. La actuación estaba prevista para el 10 de enero de 2022, dentro de su gira mundial Fight or Flight Tour, para presentar su nuevo disco, Surface Sounds.

La sala madrileña se encontraba a rebosar y los asistentes pudimos disfrutar de una jornada maravillosa. Un concierto que empezó a las nueve, y tras noventa minutos de espectáculo, todos los espectadores salimos con ganas de más. Las manecillas del reloj transcurrían demasiado rápido durante las quince canciones que nos ofreció la banda islandesa.

Pocas veces un grupo es capaz de comunicarse tan bien con el público sin apenas decir una palabra, la música hablaba por ellos. Era increíble ver como las canciones podrían transportarte a la belleza ambiental de los parajes de Islandia sin que uno llegará a salir de la M-30. Todo estaba pensado para dejarte atónito. Podía parecer sobrio, pero aun así era realmente efectivo.

El setlist estaba medido y calculado al milímetro. Siete canciones del segundo álbum de estudio y ocho de su álbum debut, A/B (2016). Y entre ambos, un solo instrumental colectivo en el que los integrantes del conjunto islandés nos mostraron todo su imaginario sonoro.

Con un sombrero al más puro estilo cowboy y una chaqueta corta con hombreras, JJ Julius Son nos dio la bienvenida con “Break My Baby” y “Broken Bones”, un inicio energético y directo en el que dejó muy claras sus intenciones. El primer momento hipnótico de la noche fue con la canción “All The Pretty Girls”, las luces tornaron hacia un morado intenso y el público coreó el estribillo como si no hubiera un mañana. Ahí es cuando uno se da cuenta de la capacidad vocal de este artista, una voz tan limpia y perfecta que incluso llegaba a parecer que estaba haciendo playback. Sonaba exactamente igual que en sus grabaciones.

El concierto continuó, creándose una atmósfera perfecta y una comunión entre la banda y el público envidiable. Tras el final de “Hot Blood”, el vocalista se retiró de la palestra para demostrar a los asistentes que la calidad de este conjunto no solo depende de él. Ahí comenzó un tema instrumental por parte de todos los miembros de la banda que fue una auténtica locura.

Este momento fue el punto de inflexión del concierto. Los espectadores sabíamos que el espectáculo estaba entrando en su final, un desenlace apoteósico. JJ Julios volvió al escenario y empezó a tocar el piano para interpretar “Brother Run Fast”, convirtiéndolo en un momento bastante emotivo, para posteriormente coger la guitarra y volver a subir la intensidad. Acto seguido, sonaron “Vor í Vaglaskógi”, “Skinny” y la más aclamada de todas “Way Down We Go”.

El concierto había acabado entre aplausos y gritos. Aun así, quedaba una última bala, KALEO cerró la velada con un bis de “No Good”. Un final perfecto en el que la reverberación del tema perfectamente podía desmontar La Riviera. Este conjunto islandés que ha crecido de manera exponencial en los últimos años, debido a una razón muy sencilla que demuestran en todos y cada uno de sus espectáculos: saben crear de la simplicidad una belleza apabullante.

 

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