Leaving Neverland, el delirio (peligroso) del dios Michael Jackson

“But, if you’re thinkin’ about my baby/ It don’t matter if you’re black or White” dice el estribillo de Black or white, exitazo en 1991, incluido en Dangerous. Con esto quiero dejar claro que Michael Jackson me parece un artista sublime, un creador nato y alguien que supo hacer cosas imposibles de superar (videoclips, bailes, estilos, ventas millonarias, conciertos espectáculos, etc.). Pero una vez dicho esto, y para que conste y surta a los efectos oportunos, como dicen los escritos de la administración, voy a lo que voy; el documental Leaving Neverland.

 

Siguiendo el hilo de los párrafos del Black or white es evidente que el de Indiana no fue ni tan blanco ni tan negro, ni todo lo contrario. Como no es mi labor justificar nada, ni soy leguleyo ni conozco los procesos judiciales, voy a dar mi opinión tras el visionado del documental. El director Dan Reed -que ni aparece en él- solo escucha a las víctimas, que es de lo que trata en todo momento.

En lo concerniente a calidad artística del mismo no esperen una obra de arte para con el género documental. Quien busque algo modo Searching for Sugar Man (Malik Bendjelloul, 2013) que apague la tele y salga corriendo a la voz de ya. No, nada que ver. En el de Malik dolía lo que se ve más que lo que se intuye; en este es al revés. Una vez dicho esto cierto es que cuando terminas el visionado eres consciente como, a dos personas en concreto, les arrebataron la infancia. Y el ladrón fue alguien a quién creían un Dios. Son cuatro horas que te llevan a una montaña rusa de emociones; comienza como tímida, leve, mostrándonos la admiración que sentían por ese Astro. Poco a poco vas escuchando comentarios y acciones que te hacen fruncir el ceño y terminas, incluso, soltando alguna lagrimita. Hasta el dolor estomacal tiene lugar en momentos puntuales y llegas a revolverte en la cama. Lo único que diferencia a este caso de otros pederastas es que el verdugo lo tuvo relativamente fácil. Todo es tan evidente, son tan claros los testimonios de Wade Robson y Jimmy Safechuck, que cuesta creer algo así inventado. No ha lugar. Sobre todo porque ves y se analiza claramente todas las fases en las que actúa un depredador sexual.

Las madres tampoco salen muy bien paradas; dejar dormir a sus hijos, menores de edad, en la cama con un adulto, por muy Rey del Pop que se sea, es algo injustificable. Y cuando lo intentan ante la pequeña pantalla caen en tantas contradicciones que vuelves a fruncir el ceño. Sí, es un documental que te lleva a hacer esta mueca en varias ocasiones.

Yes, ir a Neverland tuvo que ser guay, claro; pero dormir, lo que se dice dormir, el niño con los padres o, en tal caso, todos juntos. Cuando se intenta justificar esta actitud con que Jacko no tuvo infancia ya todo se torna ridículo. No es justificación comportarse así con treinta y pico años, que es la edad de Michael Jackson cuando sucedieron los hechos descritos en el documental.

No entiendo cómo, tras hacer pagos millonarios por acusaciones parecidas, los padres de Robson dejaron de nuevo a su hijo en sus manos. Dicen los expertos que una víctima de abuso sexual no digiere ni acepta los hechos hasta bien pasados los años. La memoria del abuso como algo que no está mal va creciendo en el interior y se torna en patologías psicológicas muy arraigadas. Todo ello se ve en Leaving Neverland.

Cuando las víctimas rompen y reconocen todos los hechos antes sus familiares, uf, esas escenas duelen. Tras cerca de cuatro horas escuchándolos, viéndolos, asumiendo todo lo que pasa esperas que llegue este momento. Y llega. Viene justo cuando ambos se convierten en padres y miran los hechos desde otra perspectiva. Pierden el miedo a eso que les decía Jackson; Si decís algo vosotros también iréis a la cárcel.

No voy a entrar si estas dos personas, como dice la familia de Jackson, intentan lucrarse y ganar notoriedad, solo valdría recordar que ninguno ha cobrado por este proyecto televisivo. En los títulos de crédito Safechuck aparece quemando todos los regalos, recuerdos y viandas que venían del Rey del Pop; algunas de mucho valor. Si algo queda como moraleja de este documental es que un monstruo, por muy famoso que sea, seguirá siendo un monstruo. Las víctimas anónimas, tienen derecho a dejar oír su voz, a que su verdad sea escuchada y a que no hagamos chistes sobre ello.

Con ello conocemos el interior de un monstruo que también lo era artísticamente hablando, pero en otro ámbito y con conceptos muy diferentes. No por ello tendríamos que rechazar la discografía del Rey del Pop; ya dije que lo seguiré escuchando. Otra cosa es lo que piense de él como persona que eso, creo, ha quedado claro. Pero pensaba lo mismo antes de este artículo y este documental. La familia contraprogramó para ese día el concierto Live In Bucharest (The Dangerous Tour), pero en una semana no ha superado el millón de visitas, cuando el documental lleva rompiendo récords de audiencias desde que se estrenó. No les ha salido bien la jugada.

 

¿Debería ver todo el mundo Leaving Neverland? Sí, porque sirve de terapia para cualquier víctima de pederastia por famoso, párroco del pueblo o entrenador de fútbol del cole. Hace saber que no eres ni un rechazado ni un monstruo, que tú no eres culpable. Y si tras eso le damos un abrazo, mejor que mejor.

Leaving Neverland‘ se emitió en HBO en EE.UU. pero en España puede verse desde el sábado 9 Movistar.

5 comentarios en «Leaving Neverland, el delirio (peligroso) del dios Michael Jackson»

  • el 14 marzo, 2019 a las 2:05 pm
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    Buena crítica, sí señor. Bien planteada y analizada. Gracias Muzikalia por estar allá donde hay algo de música, sea un disco, un documental o un libro. Sois grandes.

  • el 14 marzo, 2019 a las 7:36 pm
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    A mi como musico me parece mas bien mediocre, como artista irrepetible, lo mas extraterrestre que he visto. Nunca ha sido el Rey del Pop (eso se lo puso el porque si!), para eso hay que tener canciones…. Fue el rey del videoclip y del show eso si. Y para mi evidentemente un pederasta enfermo y manipulador con mucho dinero para evitar juicios, el documental llega tarde!.

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