Mikel Erentxun – Corazones (Warner?)

50 años ha cumplido recientemente Mikel Erentxun 30 en el mundo musical, no está mal, no está nada nada mal.

El donostiarra tiene una carrera larga a sus espaldas: un comienzo fulgurante con Duncan Dhu que se apagó lentamente hasta su disolución, los inicios de su carrera en solitario manteniendo cierta popularidad que fue desapareciendo hasta dejarlo en un segundo plano, y un leve resurgir en los últimos años como artista maduro con cierta credibilidad, credibilidad por la que siempre ha tenido que pelear tras llevar el sambenito de la comercialidad, adquirido sobretodo gracias al éxito de Duncan Dhu y su habitual paseo por las radiofórmulas. Y en estas se encuentra, tras un disco realmente bien recibido por la crítica como fue 24 Golpes, Mikel continúa su viaje con este Corazones que no es fácil decir si es su mejor disco, pero si es fácil decir que es uno de los buenos.

Es interesante hacer un poco de memoria para llegar a valorar este álbum, ese viaje para encontrarse a uno mismo como artista, con esa parada que significó el reencuentro con Diego Vasallo y ese magnífico E.P. titulado El Duelo, y por supuesto el ya consabido problema cardiaco de Mikel que lo llevó a pasar por el quirófano y, como no podría ser de otra forma, replantearse toda su vida y con ella su carrera. Todo ello lo ha llevado a grabar un disco en el que por primera vez ha compuesto todos los temas, incluyendo las letras, ha grabado todos los instrumentos junto a Paco Loco y ha conseguido su trabajo más personal sí, él lo ha dicho, sí, es un tópico, pero también es cierto que no podía ser de otra forma.

Y es que el álbum habla constantemente de él y más particularmente de su corazón, palabra que se repite hasta la saciedad, un repaso a su historia reciente desde el punto de vista de su corazón: los momentos antes de ser operado «Un Corazón Llamado Muerte», el verse cerca de la muerte «El Último Vals», el reencontrarse con su familia en el hospital «Dakota y Yo», o la alegría de vivir «Con el Tiempo a Favor». Pero, es fácil que ante una experiencia tan traumática como la que ha pasado las letras estén a la altura pero, ¿qué hay de la música? pues musicalmente el disco se desarrolla en unos sonidos muy clásicos, con influencias muy claras de Beatles o Dylan. Cuando uno pone la primera canción no sabe si va a sonar «El Hombre que hay en mí» o «Revolution« de los Beatles, lo mismo ocurre con «Corazones» y sus ecos al Bob Dylan más eléctrico de Bringing it all Back Home, y así sucesivos guiños  que recorren todo el trabajo.

Por lo tanto, tenemos un disco con una producción enorme, grandes canciones y unas letras a la altura, pero que quizás peca de tener demasiados temas (16), que aunque en menos de una hora, se hacen largos (funciona mejor en vinilo donde está separado en dos)  porque junto a temas como «Dakota y Yo» o «El Hombre que hay en mí», alguno de los mejores que ha escrito jamás, hay otros sobre todo en la recta final, que no terminan de estar a la altura, una pena pues se ha quedado a un paso de hacer un disco en el punto más alto de su carrera. De todas formas estamos ante un muy buen trabajo, que funciona  realmente bien.

 

 

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