Entrevistas

Polar

A día de hoy creo que tenemos un sonido definido e identificativo, que cualquiera que nos haya seguido mínimamente puede reconocer, y ahora nos encontramos en un proceso en el que intentamos hacerlo más grande, difuminar los límites, sentirnos más libres

Hace ya unos meses que está en circulación vuestro último disco, “Fireflies in the alley”. ¿Qué tal está funcionando? Todas las críticas que he leído son muy positivas así que, aunque lo normal es que todos los grupos digan que su último trabajo es el mejor, en este caso creo que la pregunta procede. ¿Pensáis que es vuestro mejor disco?

A mí, siempre que me preguntan digo que mi disco favorito de Polar es Comes with a smile. Hay una emoción y una sensibilidad especial en ese disco que, escuchado con la actitud adecuada, genera una increíble cantidad de sensaciones y emociones. Creo que nunca se ha hecho ni se hará un disco así en este país (aunque está mal que yo lo diga) por lo arriesgado y particular de sus premisas. Pero es probable que Fireflies in the alley sea el mejor. Objetivamente es el disco mejor trenzado, donde más y mejor hemos sabido desafiar nuestros límites pero manteniendo nuestra propia esencia, donde más cómodos nos hemos sentido, y sobre todo donde hemos hecho lo que nos apetecía hacer ahora: pisar todos los pedales de distorsión y feedback que teníamos. La reacción de la gente está siendo uniforme y la crítica también, aunque creo que la clave va a estar en los directos: estas canciones están dándole una fuerza especial a nuestros conciertos, temas como “Your song”, “The boxer” o “All the music people” suenan especialmente potentes sobre las tablas, y la gente que ha podido vernos hasta ahora, así nos lo han transmitido. Hasta el feedback con respecto al videoclip de “The Hunting Bird” (os recomiendo que lo veáis, es muy curioso y especial, os sorprenderá) está siendo magnífico. No cabe duda que estamos muy contentos.

Para este álbum habéis cambiado de productor, y nos gustaría saber cómo fue la decisión y la experiencia de trabajar con Paco Loco. ¿Habéis seguido el mismo proceso de grabación que en otras ocasiones, en pocos días y prácticamente en directo?

Sí, el método de grabación ha sido muy similar a los últimos discos. Grabando en directo es como más cómodos nos sentimos, y es la manera que pensamos que los resultados se acercan más a nuestro concepto musical, que está muy basado en el directo y la sensación más orgánica de la música. La opción de Paco Loco nos permitía esto, y algo que para el grupo era nuevo: estar varios días lejos de casa concentrados exclusivamente en la grabación del disco, además de, por supuesto, poder trabajar con una persona tan involucrada, volcada y con ideas como es Paco Loco.

Además también habéis pasado de vuestro sello de siempre, Jabalina, a Absolute Beginners. ¿A qué se ha debido el cambio, y qué ventajas os ha reportado?

El cambio de sello ha sido principalmente por buscar una manera diferente de hacer las cosas. Llevábamos ya diez años con Jabalina, y la verdad es que hemos aprendido mucho de Tanis y de su manera de hacer las cosas, pero queríamos ver qué otras cosas se pueden hacer con nuestra música, queríamos ver otros procederes diferentes. La ventaja principal es que su enfoque está muy basado en la promo, y para ello han contactado con una agencia especializada que se está encargando de mover el disco. A la hora de grabar el disco también solo tuvimos que proponer de qué manera queríamos hacerlo, y se encargaron de estudiar la viabilidad del proyecto y poner a nuestro alcance todo lo que fuera posible.

Nuevo productor, nuevo sello… Vuestro estilo y sonido, aún no sufriendo grandes variaciones, también parecen algo más rugosos, con más aristas y matices. Incluso diría que en la parte vocal habéis ganado algo de mala leche, y que os sienta bien que así sea. Personalmente pienso que os alejáis de Galaxie 500 y os acercáis a Velvet Underground / Lou Reed. ¿Estáis de acuerdo?

No cabe duda. Desde hace mucho tiempo la Velvet Underground es la principal referencia del grupo, más como concepto que como sonido, que también. Creo que el matiz rugoso es el acertado. Buscamos esos contrastes que están tan presentes en los discos de los neoyorquinos, de la melancolía, a la dulzura, pasando por el ruido o el rock más clásico y estándar. Creo que ahora damos una imagen más completa de lo que podemos hacer, en ese aspecto nuestros discos anteriores eran más uniformes, buscaban introducir al oyente en unas sensaciones y sentimientos muy determinados. Por eso creo que un disco como “Fireflies in the alley” es el que más está satisfaciendo a todos, es el más diverso, el que más aristas y caras ofrece, y por tanto el que es más fácil disfrutar y repetir una y otra vez.

La última canción del disco la habéis titulado “Next stage”. ¿Es casualidad, o realmente tenéis la sensación, con todos estos cambios que hemos comentado, de hallaros ante una nueva etapa? Sé de buena mano que sois bastante hiperactivos, así que seguro que tenéis un montón de proyectos a la vista.

Más bien refleja la sensación de que cada disco va quemando una etapa, pero no como grupo, sino vital. El grupo siempre ha sido un reflejo de nuestras vidas, sencillas y complejas al mismo tiempo, como la de cualquier persona de a pie, muy lejos del perfil habitual del músico, más bohemio y liberal. En ese sentido, el grupo siempre ha sido, por un lado, la manera que hemos tenido de expresar esas situaciones, las cosas que hemos sentido y vivido en cada etapa de nuestras vidas, y tenemos la sensación de que cada disco se ha correspondido con diferentes fases de nuestras vidas. “Next Stage” hace un poco un resumen, algo pesimista, todo hay que decirlo, de la última etapa de nuestra vida, y el mayor optimismo de ésta recae sobre su título, haciendo acopio de fuerzas, y pasando a la siguiente fase. Nunca sabemos cuando y cómo va a tener lugar esa nueva fase, cómo va a ser, ni siquiera si va a tener lugar, pero eso es vida que nos queda vivir, y es una de las cosas maravillosas que tiene poder entender de esta manera la música.

El disco está repleto de buenas canciones. A unos críticos les encanta “Your song”, mientras a otros “The boxer, part 1” les parece la cima de vuestra carrera. ¿Cuál es vuestra canción favorita del disco, y por qué?

Bueno, en este aspecto habría opiniones para todos los gustos, dependiendo de a qué miembro del grupo le preguntases. De hecho, yo mismo he pasado por diversas “favoritas”. Actualmente, puede que me quede con “Your song” por su euforia o inmediatez, pero esa es una de las virtudes del disco, te podría decir cualquier otra, y defendértelo convencido porque me sobrarían razones para ello.

Me ha sorprendido mucho, y agradablemente, la canción “Coronado II”, un instrumental al que todo el mundo le encuentra aires surferos pero que a mí me recuerda más a The Shadows. Nos gustaría conocer la pequeña historia de esta canción.

Bueno, hay un poco de todo. Jesús De Santos y yo somos muy fans de Richard Hawley, y por extensión, de la música pop de los años 50. Miguel lo es del surf. El caso es que un día estábamos en un ensayo y Jesús se puso a tocar una rueda que tenía mucho de feeling del primero, cuando llevábamos un rato en ello, apareció Miguel por la puerta, y sin mediar palabra se enfundó la guitarra, afinó, y se puso a tocar un punteo. Por eso al final la canción quedó así, instrumental, nació de esta manera peculiar (aunque no es la primera vez que pasa algo así en el grupo) y así es perfecta.

Seguís componiendo y cantando en inglés, después de todos estos años. Supongo que estaréis un poco cansados de que os lo pregunten, pero allá va… ¿Habéis intentando alguna vez componer en castellano? Vuestra versión de “El Rey del Pegamento” (del disco “Feedback”) no suena nada mal.

Es una cuestión del concepto que tienes de tí mismo. “El rey del pegamento” no es una canción nuestra (es de Surfin’ Bichos, nota de la redacción), y en ese aspecto no nos costó cantarla, pero el entorno cultural en el que nace el estilo musical al que nos sentimos más cercanos es pura y absolutamente anglosajón. No hay referencias castellanoparlantes en él, al menos no hay ninguna que a nosotros nos resulte convincente. Cantar en castellano sería forzar la situación para nosotros, entiendo que haya gente que quiera “desafiarse” en aspectos como éste, pero esa no es nuestra manera de entender la música. Cantar en inglés es para nosotros lo natural, lo que nos sale automáticamente, y la música es el foco principal de nuestras composiciones.

El vídeo de “The hunting bird” tiene mucho gancho, es fresco y divertido, muy en consonancia con la canción. ¿Cómo fue su grabación? ¿De qué forma surgió la idea de la coreografía? Contadnos también qué ocurrió con esta canción en el concierto de la Sala El Loco (Valencia), para los que no tuvimos ocasión de acudir.

La verdad es que fue una grabación curiosa, porque realmente ese efecto que tiene el video como de estar grabado a cámara lenta, pero en tiempo con la canción, se consiguió grabando el video al doble de velocidad, y después reproduciendo a la mitad. Además, como se trataba de un único plano secuencia, se tuvieron que hacer 22 tomas en total, si no recuerdo mal.

Pero estamos muy orgullosos con el resultado, creemos que sorprende mucho y que aporta algo más a lo que es el grupo. La idea me vino a mí como una especie de homenaje a Hal Hartley, ya que en su película “Simple Men”, sus protagonistas hay un momento que hacen un baile muy freaky con “Kool Thing” de Sonic Youth de fondo. Siempre nos había venido a la cabeza una escena parecida, cuando escuchábamos esta canción. Les contamos la idea a Pau Martínez y Gabi Ochoa, los directores de cine que trabajaron con nosotros en “Home” y la hicieron suya. La verdad es que el resultado es increíble, a mi me dejó con la boca abierta la primera vez que lo ví terminado, y creo que eso ha ocurrido con mucha gente.

En el concierto de El Loco de Valencia, lo que pasó es que parte del staff del corto estaba por allí, y en los bises, cuando nos disponíamos a acabar con las últimas canciones del concierto, nos propusieron entre bastidores volver a tocar la canción, saliendo ellos a hacer la coreografía del video. Al final se subió un montón de gente al escenario. La verdad es que fue algo muy divertido, espontáneo, y de algún modo, irrepetible. Lo pasamos muy bien. La verdad es que me encantaría que pudiese pasar algo parecido en otras ciudades a la que vayamos a tocar. Reconozco que no somos un grupo que ofrezcamos un contacto muy directo con el público a través de nuestra actitud (aunque creo que nuestra música sí que lo hace), pero cosas como ésta ayudan, y hacen que ese evento social que es un concierto, que trasciende con mucho lo artístico, tenga mucho más sentido.

Repasando los títulos de vuestras canciones, hay dos cosas que llaman la atención: la presencia bastante habitual de nombres propios, y las referencias cinematográficas (a saber: “Eastwood” del último disco, “Un chien andalou” en “A letter for the stars”, “Pat Garrett & Billy the Kid” y “Paris-Texas” de “Comes with a smile”). ¿Sois cinéfilos? ¿Qué referencias, aparte de las estrictamente musicales, manejáis a la hora de componer?

Mucho. A todos nos encanta el cine, y devoramos películas, cortos, series y cualquier tipo de formato audiovisual con auténtica fruición. En cualquier caso, el cine no es una influencia directa a la hora de componer, sino que más bien ocurre al revés. A veces tenemos una canción o una letra, y nos evoca una película o un personaje, y entonces lo plasmamos. Mención aparte tiene Comes with a smile: este disco surgió a partir del proyecto “El sueño de Gil Shepherd” mediante el cual musicábamos un montaje realizado a través de trozos de películas, que formaban una especie de bloques estéticos y temáticos, los cuales tocábamos en directo con ayuda de un terceto de cuerdas. Aquellos directos son algunos de los más emocionantes que recuerdo, siempre salía gente llorando de ellos, tocábamos sobre una gigantesca pantalla de cine, eran tremendamente intensos y líricos, y eso lo heredó directamente el disco, además de canciones con títulos tan obvios como “Pat Garret & Billy The Kid” o “Paris-Texas”. Incluso gente como el mismísimo Julian Temple (“The filth & The fury”) nos vio haciendo el show, y pidió hablar con nosotros después de él. Según nos dijo, había quedado muy impresionado con el resultado.

Supongo que sería una experiencia diferente. ¿Tenéis previsto repetirla, o volver a hacer algo similar?

Como te explicaba antes, la experiencia fue irrepetible, pero tenía un montaje complejo y costoso, no se podía hacer en cualquier sitio y con cualquier condición. Nos planteamos hacer una versión más minimal, sin cuerdas, pero de momento eso ha quedado pendiente. Supongo que si nos llamasen para hacerlo nos plantearíamos recuperarlo. De hecho tenemos grabaciones en DVD, que no hemos publicado ni distribuido por las obvias cuestiones de derechos, que guardamos con mucho cariño.

Hemos hablado antes del documental “Polar: home” que sólo se podía adquirir, tengo entendido, con vuestro disco de versiones “Feedback” (2008). No he tenido ocasión de verlo, pero sé que lo habéis presentado en festivales de renombre. ¿Qué podemos encontrar en él?

La verdad es que “Polar: home” es un documental que trata sobre el grupo, pero que creo que tiene vida independiente más allá de él. Trata la vida de un grupo cuyos miembros no se dedican profesionalmente a la música, pero que tienen una pasión infinita por ella, y que por ello mismo se lanzan a la aventura de formar un grupo, con todos los sacrificios y problemas que esto arrastra detrás. El documental tiene un poso agridulce, muestra lo maravilloso de la creación, de cumplir ilusiones como fue en aquel momento poder producir nuestro disco en Glasgow con The Zephyrs, y por otro lado lo difícil que por momentos resulta enfrentarse a los momentos más duros y dolorosos. Tener un grupo no es fácil, y más desde esta perspectiva más independiente, pero al mismo tiempo honesta. Obviamente, satisfará a los fans del grupo, porque da muchos datos y ofrece escenas curiosas, pero como te digo creo que tiene vida propia. Yo mismo, a veces, no me reconozco a mi mismo en él.

Como decía al principio, las críticas acerca de vuestro último disco son muy positivas. En general sois un grupo bastante valorado y que cae bien. ¿Puede influir el hecho de ir un poco por libre, fuera de las modas, y no ser tan “mediáticos” ni omnipresentes como otros grupos que, en ocasiones, acaban cansando? ¿Estáis cómodos en esa situación, lejos de los focos?

La verdad es que eso juega mucho en nuestra contra, aunque pueda parecer lo contrario. Es cierto que ahora triunfan los grupos relámpago, bandas con propuestas limitadas, en ocasiones muy interesantes, en otras no tanto, que crean un movimiento de público considerable, pero que desaparecen a los pocos años, con una propuesta musical a medio acabar. Pero eso nos resta mucho espacio al resto de grupos, es curioso, porque el indie nacional ha conseguido su cuota de público, pero en vez de repartir el pastel, han hecho igual que sus odiados colegas “mainstream”. Y es que es fácil coger un cartel con cuatro grupos de “moda” y encontrarlo repetido más de veinte veces a lo largo de la geografía española. Eso nos deja muy poco sitio a una buena cantidad de bandas que han entendido la música de manera diferente, algunas de las cuales llevan muchos años luchando y trabajando desde posiciones honestas y muy interesantes, como puede ser el caso de Big City, Souvenir, y otros. Es cierto que eso nos resulta más cómodo, no hay tantas expectativas y podemos hacer lo que queramos, pero nos engañaríamos si afirmásemos lo contrario. No ansiamos la fama, desde luego, no la necesitamos, pero el público es básico para que tu propuesta tenga sentido. Somos conscientes de que nuestra propuesta tiene un público muy selecto y limitado en nuestro país, nos llega mucho más feedback desde fuera, pero necesitamos que ese público esté ahí, para que cada disco y cada concierto que demos tenga sentido.

En una entrevista que os hicimos en el año 2002 nos hablabais de un proceso de definición, de búsqueda de la madurez en vuestro sonido. Después de 8 años, ¿En qué punto del proceso podríamos decir que os encontráis actualmente?

Creo que aquel objetivo se consiguió sobradamente. A día de hoy creo que tenemos un sonido definido e identificativo, que cualquiera que nos haya seguido mínimamente puede reconocer, y ahora nos encontramos en un proceso de ensanchado. Hemos acotado nuestro sonido, ahora intentamos hacerlo más grande, difuminar los límites, sentirnos más libres dentro de nuestro espacio. Es como crecer a nivel personal: hay que buscar nuevos objetivos, nuevos límites, pero nunca traicionar tu forma de ser. Pensar que uno puede ser constante en el tiempo y en el espacio es engañarse. Todos cambiamos, aunque nos esforcemos por no hacerlo. Lo que hay que hacer es disfrutar de ese cambio, hacerlo acorde a lo que nosotros creemos. La arruga es bella, y en la música también. Y si no que se lo pregunten a Sonic Youth, Pixies, o a los mismísimos Patti Smith o Neil Young.

Habéis confesado varias veces que sois fans entregados de la música que os gusta. ¿Cómo veis la situación de la música en la actualidad, con tanta sobredosis de información y nuevos lanzamientos, desde el punto de vista del melómano? ¿Tiene el mismo sentido que hace unas décadas ser fan de un grupo, un estilo, un sello o un sonido?

La verdad es que se ha perdido mucho del romanticismo que había en la música, y de eso tiene mucha culpa la industria. Ahora hay gente que habla de coleccionismo haciendo referencia a un puñado de Mp3, algo que puedes juntar en una tarde usando un programa que es el que se encarga de hacer el acopio. No es más que un reflejo de la sociedad, conceptos como el sacrificio o la pasión han perdido fuerza en favor de otros, y uno de estos que cobra cada vez más fuerza es el consumismo. Obviamente no hay que engañarse, hay mucha oferta, y eso puede parecer algo bueno para todos aquellos que la disfrutamos, pero… ¿Esa afirmación no es un poco condescendiente? ¿A qué nos está llevando esta saturación musical? ¿Cómo se escribirá la historia de la música del siglo XXI, cuando los grupos apenas duran unas semanas? ¿Escuchar más cosas supone disfrutar más de la música? No sé si será un síntoma de la edad o qué, pero a veces me da mucha pereza ponerme a darme esos atracones de música que hace falta para “estar al día” musicalmente. Prefiero volver sobre esos discos y esos artistas que son un valor seguro para mí, y que me garantizan que voy a encontrar lo que estoy buscando. Desgraciadamente, los medios de comunicación, los que se consideran críticos y con criterio son los que deberían filtrar, no provocar que se pierda tiempo en bandas que no tienen interés especial. Pero se ven arrastrados por las modas que comienzan más allá de nuestras fronteras. A veces me he sentido estúpido, escuchando durante horas discos, blogs y myspaces encontrando bastante poco que me llamase la atención. Con ponerme un disco de Tom Waits he conseguido más de lo que he sacado a veces en horas buscando nuevas bandas interesantes. Puede parecer un poco troglodita ese pensamiento y, por supuesto, a veces la búsqueda ha sido fructífera, pero no puedo evitar la sensación constante de “dejà vu” sin mucha chicha.

Antes hemos hablado de Velvet Underground, un grupo que os apasiona. No quiero acabar sin preguntaros por el libro “Please kill me”. ¿Lo habéis leído? A mí me parece genial pero, francamente, casi me desmontó algunos mitos…

Lo siento, no lo he leído. He leído mucho acerca de The Velvet Underground, y la Factory, pero se me ha pasado la era de los mitos, y mucho menos si esos mitos tienen que ser Andy Warhol y Lou Reed. Admiro increíblemente su obra, su música, eso es lo que para mí les da valor como personas. El resto es como las especias, dan un punto interesante al plato, pero si el propio plato necesita de ellas para darse consistencia y enjundia, es que algo falla.

Para finalizar, decidme cómo veis la escena musical actual en Valencia, y más concretamente en la capital. Sin estar muy metido en el mundillo, me da la sensación de que ha mejorado bastante últimamente. Al menos parece que hay más salas de conciertos y más actividades, aunque no sé si las condiciones para tocar también han ido mejorando o todo lo contrario.

Desde hace unos pocos años comenzó un movimiento de bandas increíble en Valencia. Ahora nos encontramos con muchísimos grupos con propuestas de todos los tipos, que se unen y trabajan las unas con las otras, asisten a sus conciertos y han creado una escena mucho más sana y estable de lo que en su momento fue la muy mencionada “Explosión Naranja”. Precisamente lo que disfrutaron a aquellas es lo que les falta a éstas. Algo más de apoyo mediático a nivel nacional. Pero en cualquier caso da la sensación que es una escena capaz de autoalimentarse, los propios miembros de los grupos son fans de otros y viceversa, y así arrastran a más cantidad de gente, a unas propuestas que artísticamente son más diversas, amplias y ricas que nunca.

Bueno, pues muchas gracias por responder a nuestras preguntas, y mucha suerte para el futuro.

Muchas gracias a ti Fidel. Unas preguntas fantásticas, y un placer responderlas.

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