Queens Of The Stone Age + Bala (Marenostrum) Fuengirola 23/06/24

Una vez consumada la pérdida del Festival Cala Mijas, cualquier oportunidad de poder presenciar en vivo a una banda consolidada dentro del panorama pop-rock que se aleja del mainstream, ha de ser aprovechada para el amante de la música ávido de emociones intensas por tierras malagueñas.

El imponente castillo Sohail de Fuengirola acogió dentro de la programación del ciclo de conciertos Marenostrum la descarga incendiaria de unos Queens Of The Stone Age que parecen estar viviendo una segunda juventud tras superar los baches propios de una carrera larga y el paso de los años, y que congregaron a una importante audiencia conscientes de lo difícil que es poder acceder a este tipo de oportunidades por estos lares.

Josh Homme se dio un baño de masas entre continuas alusiones a lo encantado que se sentía de poder tocar en un entorno tan privilegiado. Bromeó, bailó, bebió generosas cantidades de vino tinto y desparramó su innegable carisma a lo largo de casi dos horas de recital acompañado de una banda solvente en despliegue e imagen. No hubo espacio para titubeos ni miradas a la nostalgia bobalicona. Aquello hizo tambalear cada cimiento del castillo, arropado además por el mar a sus espaldas acabando de configurar una estampa mágica, ideal para asistir en plenitud a tamaña descarga de rock torrencial en el sentido más amplio de la palabra.

Algunos de los fans más puristas echaron seguramente de menos la nula presencia de material primigenio en el setlist, pero pocos peros se le puede poner a la puesta en escena de una de las mejores bandas en vivo de la actualidad dentro de su estilo, como demuestra el aplauso unánime que están generando en sus pases por la geografía española en esta mini-gira, capaz de proyectar un sonido limpio y pleno de matices que se hizo bien grande a medida que las canciones avanzaban, desde ese arranque que invitaba al contoneo sexy y travieso de  “Little Sister” hasta la triunfal despedida con “A Song For The Dead” no hubo apenas tregua entre puntuales paradas en su reciente producción (brillante “Negative Space” que ganó enteros respecto a su versión en disco) a mordiscos abrasivos a su vertiente post-grunge en la que miran de reojo a los primeros Soundgarden (“My God Is The Sun”). Tampoco hicieron ascos a las concesiones más accesibles (“Make It With Chu” pide a gritos que Alex Turner salga a hacer los coros en algún momento) y se mostraron versátiles transitando entre trallazos que desataron pogos y empujones (“Sick, Sick, Sick”) y lógicos guiños al disco que les abrió a un público más amplio, el infalible Songs For The Deaf (2002, Interscope Records): la citada “A Song For The Dead”, los celebrados singles “Go With The Flow” y “No One Knows”, incuestionable punto de inflexión en su carrera y que fue tarareada masivamente por el público, hasta las menos obvias pero igualmente trascendentes “”The Sky Is Fallin’” y “God Is On The Radio”. La secuenciación del repertorio fue del todo acertada, alternando altos y bajos para mantener vivo el interés e intentar dar espacio a sus diferentes etapas. En definitiva, todo contribuyó a que se generara una emotiva comunión entre grupo y público que convirtió la cita de este domingo de recién estrenado verano en un fotograma para la posteridad en la mente de quienes pudimos disfrutarlo.

Abrieron el dúo gallego Bala que se erigieron como la guinda perfecta para una velada de altos vuelos con su atronadora visión del punk-rock sobrada en actitud y canciones. Lo suyo es una realidad que ha ido creciendo a base de carretera y horas de estudio hasta desembocar en un cancionero que exuda sudor y carne. Bravo por ellas.

Fue una noche de San Juan para recordar en la que los allí presentes se sumergieron entre olas de abrasiva electricidad y de tensión a flor de piel para volver a constatar que más allá de modas y tendencias, el eco del rock and roll sigue resonando vigente y necesario.

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