Young Gun Silver Fox – Ticket to Shangri-La (Monty Music)

Entre toda la maraña de novedades y el griterío ensordecedor de lo que me gusta a mí es mejor que lo que te gusta a ti, notable sobre todo ahora cuando llegan las listas de fin de año, hay discos que llegan para poner un paréntesis entre tanto guirigay. Entre ellos están los de los colectivos que pivotan alrededor de Andy Platts y Shawn Lee. No son dos sesentones barrigudos que suspiran por los viejos tiempos, sino dos tipos relativamente jóvenes que simplemente decidieron que su música favorita se hizo en un tiempo y lugar muy determinados: la California de los 70. Los títulos de su discos no engañan a nadie: West End Coast, AM Waves, Canyons… Ahora llega este Ticket to Shangri-La que, lógicamente, sigue un camino similar a los anteriores.

Similar, pero no calcado. Podríamos decir que ambos proyectos, Young Gun Silver Fox y Mamas Gun, convergen un tanto en sus caminos. Aunque ambos tienen en común muchas cosas, quizás Mamas Gun está más orientado hacia un blue-eyed soul relegado (aquí en España) a FMs despistadas y objeto de risotadas rockeras hasta que llegaron Simply Red y lo petaron. Bueno, más o menos, porque antes ya triunfaban propuestas similares aunque en menor medida. Los YGSF, por otro lado, encontraban sus principales referencias en la languidez del Laurel Canyon y el soft rock de gente como America, Ambrosia, Boz Scaggs (¿alguien recuerda su canción “Sierra”? Pues aquí hay una titulada “Sierra nights”) o los Eagles. Por mencionar un punto en común, podrían ser los Doobie Brothers de Michael McDonald, y por alusiones también Steely Dan.

Esa faceta, digamos, más negroide, se ve potenciada en este álbum. Ligeramente, que nadie espere revoluciones sonoras, pero sí que es perceptible. Canciones como “Simple imagination” o “Freak Flag” traen a la cabeza a muchos de los nombres mencionados, pero también podrían pertenecer a los primeros y nada discotequeros discos de Earth Wind and Fire, por ejemplo. Se advierte sobre todo en un ritmo más anguloso, con bajos más predominantes y percusiones más aceleradas. La música que podría sonar de fondo en un elegante cóctel donde se quiere mantener a la gente entretenida pero sin que se desmadre nadie, dicho esto de forma nada peyorativa sino todo lo contrario. Nada que ver son esa llamada “música de ascensor” con la que a veces se etiqueta propuestas similares. Ojalá sonará esto en todos los ascensores, la verdad.

Aunque el yacht rock (o simplemente el AOR más suave) de los 70 y primeros 80 sigue muy presente, y la sombra de grupos como los antes mencionados Steely Dan o Hall & Oates sigue siendo muy alargada, este Ticket to Shangri-La suena como si George Benson se hubiese unido a la banda y hubiesen puesto al Quincy Jones de 1979 a los mandos de la producción. Un manjar delicado y accesible, aunque no exento de matices interesantes que reflejan también el gusto del dúo por cierto material proveniente del jazz. Delicatessen, no solo para nostálgicos sino para cualquiera que sepa admirar la música elegante y bien hecha. Como ellos mismos nos decían en una entrevista hace unos años, parafraseando al gran Charles Mingus, se trata de “hacer lo complicado asombrosamente simple”. Objetivo cumplido.

Escucha Young Gun Silver Fox – Ticket to Shangri-La (Monty Music)

 

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