Clyde – Cosas que dejó el verano (Federación de Universos Pop)

Venimos siguiendo con atención los pasos de Clyde desde que hace algo así como un año descubrimos una maqueta que incluía una canción que decía algo así como «martini para desayunar». Imaginar esa situación, que tiene tanto de hedonista como de frágil, peligrosa y bella, nos hacía suspirar porque el disco de debut de Clyde se publicase de una vez por todas. Finalmente esa larga espera ha culminado a finales del aun reciente 2003, con la edición de Cosas que dejó el verano, sexta referencia del sello Federación de universos pop.

Clyde nace como proyecto musical en 1999 en el Puerto de Santa María de la mano de Luis Miguel Priego (guitarra y voz) y poco a poco va tomando forma con la incorporación de bajo y batería (incluso de una segunda guitarra y un chelo en directo), hasta que la pasada primavera registraron estas nueve canciones en los estudios de Paco Loco. Pop dulce y delicado, pero a la vez sobrio, sin caer en lo meloso, que hacen de Clyde los perfectos compañeros de viaje de otros que acaban de debutar, los barceloneses Zola.

Desde las suaves «Olas» que acarician la arena y sirven para abrir este trabajo, hasta la lluvia que deja «La tormenta» vista con amargura detrás los cristales que lo cierrra -sin contar el regalo que nos dejan al final-, Clyde ofrecen un catálogo de pop acústico de corte clásico, donde el mayor protagonismo se lo llevan las guitarras cristalinas, y los constantes arreglos de cuerda, especialmente atractivos en «Los primeros rayos» y «Cosas que dejó el verano», las dos mejores canciones del álbum, y esta última a su vez, la que le da título.

Además, en Cosas que dejó el verano tenemos un guiño a Belle and Sebastian («La soledad del corredor de fondo»), la encantadora «Bel Martini» -ya sabeis, «martini para desayunar»-, además de dulzura, pasión y sobre todo, un gusto exquisito por el mejor pop acústico.

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