Blockparty 2023 (Explanada Multiusos) Madrid 03/06/23

Bajo un sol de justicia, Blockparty estrenaba una nueva edición, esta vez con un carácter marcadamente norteamericano, ahondando entre las propuestas de psicodelia, rock y garaje, aunque curiosamente la rotura de esa hegemonía estilística vendría de la mano de Toundra. El grupo español aglutinó gran parte del público, a tenor del expresado en ese viejo barómetro que son las camisetas, pero para cuando estos saliesen al escenario, el festival habría dejado unas cuantas perlas sudorosas.

Le tocaría el marrón de abrir el cotarro a Acid Dad. El trío estadounidense comenzó su actuación frente a los pocos valientes que hicieron frente a la solana de hormigón en la que se había convertido la pista.

Los de Brooklyn no se rindieron y desplegaron su rock psicodélico de reminiscencias de aquella época dorada que fueron los 60, reivindicando con sus guitarreos y rascadas de cuerdas y asegurando el futuro del revival del género. No obstante, la formación no llega a los diez años de vida, pero demostraron un estado de forma más que aceptable en las lides festivaleras propagando, principalmente, su Take It from The Dead.

L.A. Witch comenzaron a probar tras la retirada de los neoyorquinos para comenzar sin mucha dilación su participación. Las californianas eran uno de los platos más de culto del cartel, y por derecho propio lograron sumar más adeptos al ardiente suelo, cónclave que no dejó de deleitarse con esos devaneos entre garaje, punk y pasajes sonoros de transición que mostraron las angelinas.

Comandadas por la carismática Sade Sánchez, que se animó a saludar en español, visitaron su elepé homónimo y su último Play With Fire con destellos técnicos y sobrios, pero cimentando aquello de ofrecer lo mejor sin grandes artificios que incluso se agradece.

Los organizadores de Blockparty habían puesto velas a la virgen para que las fuertes lluvias de los últimos días no afectasen al festival, pero pareciera que sus plegarias fueron demasiado fuertes, porque a la tercera actuación, el solo seguía calentando las nucas de quienes aguardaban a Miranda and The Beat.

Los estadounidenses desplegaron su farfisa, primer símbolo de identidad frente a sus predecesores, para ofrecer una actuación que se quedó a medio camino. Con más artificios e identidad de manual rockero, Miranda Zipse y el teclista Dylan Fernández lideraron la descarga de ritmos sesenteros y algo chamánicos, aunque acabaron siendo presa casi más de la proyección de su imagen que de ofrecer un concierto algo cojo y que acabó a los tres cuartos de hora, quince minutos menos que Acid Dad y L.A. Witch, con la mitad de sus componentes descamisados y quizá presas de las inclemencias meteorológicas.

Álvaro de Benito

Los aussies Civic comenzaron su puesta a punto en el único escenario del Blockparty, delante de una audiencia bastante más animada a ocupar las primeras posiciones de la explanada. Bien por las horas, porque el sol comenzaba a perder fuerza, o porque el quinteto liderado por Jim McCullough ya ha dado mucho que hablar en los circuitos underground, el respetable se mostró muy participativo desde los primeros minutos de actuación de los de Melbourne.

Y es que su bolo, muy en la tradición de las bandas de “cazurro-punk” australianas, léase por ejemplo Cosmic Psychos, fue un puñetazo en nuestras caras y todo un atentado a los oídos más delicados. Mientras Jim no paró de moverse por todo el escenario, el resto de los componentes desató toda una tormenta sónica basada en sus tres discos, con especial punto de mira en New Vietnam (Anti Fade Records 2018). Ni siquiera ciertos problemas de sonido, con cambio de guitarra incluidos hicieron mella en una actuación mucho más que notable. Salvajes.

Si Civic desató una tormenta sónica, la que se estaba preparando sobre la explanada negra del recinto del Matadero de Madrid, venia dada por motivos estrictamente naturales. Minutos antes habíamos estado hablando con Marta, de la promotora Heart Of Gold, principal artífice del festival, que se había mostrado optimista ante la no aparición de lluvias en la tarde.

Sin embargo y como en lo tocante al desarrollo vertical de la nubosidad, todavía no podemos influir, por mucho que se empeñen algunos, las nubes comenzaron a descargar una cantidad nada desdeñable de agua y truenos, teniendo que suspender momentáneamente cualquier actividad. “Tanto por la seguridad de los artistas y trabajadores, como por la del público” como la propia organización se apresuró a avisar.

Afortunadamente los madrileños Toundra pudieron comenzar su actuación, aunque con bastante retraso sobre el horario preliminar y con algo de agua cayendo aún sobre las cabezas de un respetable entregado y valiente. Aunque poco o nada tuvieran que ver – musicalmente hablando – el cuarteto de post rock instrumental con el resto de grupos, se percibió que logran arrastrar a multitud de fieles, a tenor por llenazo en primeras filas y la entrega de estos.

Concierto comprimido, tanto por las exigencias de horarios en los festivales, como por la comentada coyuntura propiciada por la climatología, aunque muy eléctrico (en todos los sentidos) y con tiempo para algunos cortes de su excelente último trabajo; Hex (InsideOutMusic 2022) que sonaron como lo que suelen ser Toundra, una apisonadora incombustible.

Relevo generacional en toda regla en las posiciones cercanas al escenario, llenándose de gente muy joven con querencia por el punk, tanto musical como estéticamente; llegaba la hora de Bad Nerves. La joven formación británica ya sorprendió en el 2020 con su primer y único L.P hasta la fecha, de titulo homónimo. No inventan la rueda, pero ciertamente tienen algo de lo que no todas las formaciones del estilo puedan presumir; cancionero imponente y melodías de las de corear con puño en alto y pies volando.

Los de Essex, capitaneados por un Bobby Nerves incapaz de estar ni un solo segundo parado y en dura pugna con los monitores de escenario, que sufrieron algún que otro encontronazo con el cantante, dieron una actuación sobresaliente y energética, propiciando un pogo no visto en ningún otro momento del festival.

Comenzaron con “Don´t Stop” que, como una declaración de intenciones, sirvió para no parar una sudorosa actuación rebosante de pildorazos power pop/punk. Continuaron con: “Babby Drummer”, “Palace”, o “Terminal Boy”, hasta llegar a uno de los momentos cumbre con “Radio Punk”. Actuación urgente como su música y el rock and roll de toda la vida. Fue curioso y bonito ver a tantos chavales cantando y bailando canciones, que hoy están en las antípodas de las modas musicales.

Así finalizaba la tercera edición del Blockparty, saldándose con una buena afluencia de público, salvando todas las actuaciones y sobreviviendo al fantasma de la cancelación, que ya hizo su fatal presencia en la edición del 2022. Esperando desde ya el cartel del 2024.

Fernando del Río

Fotos Blockparty: Fernando del Río y Álvaro de Benito.

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