Conciertos singulares (V): The Rolling Stones contra la tormenta

En los albores de la década de los 80, The Rolling Stones salieron todavía triunfantes del estudio a través del elogiado LP Tatoo you (más de 8 millones de copias vendidas y casi toda la crítica especializada a favor). Por otro lado, el 1 de Junio de 1982 la glorificada formación inglesa también había publicado el álbum Still Life (en base al tour americano de 1981), para procurar continuar demostrando que, en actuaciones en vivo, escaso número de artistas en la historia podían equipararse con “Sus Satánicas Majestades”. Aunque muchos de sus discos empezaron a ser más cuestionados por la prensa a partir de aquí, multitud de oyentes no renunciaron a adquirir obras como esta segunda citada. Así pues, sentir y paladear en directo a esta banda de leyenda supone siempre una experiencia electrizante y perdurable para cualquier espectador partidario del más veraz rock and roll.

 

Tras su debut presencial en España, en 1976, en Barcelona, de la mano del promotor nº1 de nuestro país, Gay Mercader, la formación londinense actuó en Madrid el 7 de Julio de 1982; ahora por primera ocasión en dicha capital central.  El lugar escogido para representar dicho acontecimiento musical fue el estadio Vicente Calderón y, de manera excepcional, aquel día sobrevino algo que rivalizaba de tú a tú con el arranque de la fiesta de San Fermín, en Pamplona.

Rolling Stones entrada

Precisamente, en ese instante se disputaba también el Mundial de Fútbol en nuestra península, la cual deseaba ser el centro del mundo en el propio año 82, ya que además se iba dejando atrás la transición política. Y es que, entre otros mandatarios, el mismo Felipe González, es decir, el candidato que estaba a punto de vencer en las elecciones presidenciales, también acudió a disfrutar de la comparecencia escénica de Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts, Ron Wood y Bill Wyman. Los excepcionales músicos acompañantes de los Rolling Stones, durante su gira por el Viejo Continente, fueron Bobby Keys y Gene Barge a los saxofones, Ian Stewart al piano y Chuck Leavell a los teclados.

Más de 1.000 policías vigilaron que no se produjesen incidentes y todo transcurriese por cauces pacíficos durante la visita madrileña de los Stones, cuyo tour europeo presentaba un pomposo montaje al más puro estilo estadounidense, con un escenario de 72 metros de largo; entre otras grandielocuencias. Por otro lado, nada menos que la N.A.S.A. se hizo cargo de la potencia y la calidad del sonido de la macro-función “stoniana”.

El precio mínimo del ticket fue de 2.000 pesetas (unos 12 euros), lo cual resultaba caro por aquel entonces y se cuenta que muchos habitantes ibéricos, desde varios meses atrás, habían efectuado sacrificios como meter horas adicionales en sus empleos, privarse de tabaco un tiempo o incluso implorar dinero por la calle; todo ello para ahorrar, religiosamente, y juntar la cantidad necesaria para obtener el tan preciado billete de acceso.

Se abrieron los pórticos del coliseo “colchonero” a las 4 de la tarde y el bochorno climático se presentó como realmente musculoso y agobió, de modo implacable, a los 70.000 enfervorizados asistentes al evento. Antes de que los músicos irrumpiesen en el imponente tablado y para combatir aquel sudor de gota gorda, la multitud fue regada por las mangueras de la organización o también la misma audiencia se arrojó por encima cualquier líquido que tuviese a mano, incluso vino. El despiadado termómetro indicó hasta 40 grados centígrados y un 90% de humedad, así que los sufridos incondicionales aguantaron como pudieron durante el pre-concierto; aunque con 50 personas desmayadas.

 

Una hora más tarde de lo previsto, debido a que los cacheos en las entradas ralentizaron considerablemente la arribada del público, hacia las 7 de la tarde estrenaron el show como teloneros, los norteamericanos J. Geils Band. Esta excelente banda de rock-blues se formó en el año 1967 en Massachussets y se quebró en 1985, aunque después se reunificaron en alguna ocasión esporádica. Aunque tocaron de manera resplandeciente 10 temas suyos como, por ejemplo, “Freeze-Frame”, “Just can’t wait”, “Centerfold” o “Sanctuary”,  la muchedumbre del Vicente Calderón estaba más pendiente de resguardarse de aquel sol increíblemente justiciero a esa hora del día.

 

Tras otros 60 minutos más de nerviosa espera, todo el mundo ansiaba ya la presencia de los Rolling Stones hacia las 9 de la noche. Entonces, de manera traicionera y repentina se desató una colérica lluvia y unos amenazantes rayos fueron bien visibles para todos los que abarrotaron el estadio del Atlético de Madrid. La tromba de agua y viento sacudió con virulencia a todos y todas e hizo tambalearse los paneles y las vallas que protegían el escenario. Éste quedó cubierto por el propio líquido elemento y el aguardadísimo concierto corrió el riesgo de una suspensión momentánea, según la intención del promotor Gay Mercader y el resto de la organización; la cual ordenó, desesperadamente, intentar fregar el muy empapado plató principal. Los uniformados agentes de la ley también auxiliaron, amablemente, a la multitud en lo que pudiesen necesitar.

Entonces, de modo inesperado Mick Jagger tomó una decisión intrépida y ordenó a sus huestes “stonianas” salir a tocar en ese preciso momento en que había estallado el rabioso aguacero. Así que, toda la banda irrumpió, sorpresivamente, en la recién inundada pista y los acordes del tema “Under my Thumb” resonaron, ante la total locura de la rugiente concurrencia; la cual dió un firme paso al frente para aproximarse un poco más a sus bravos ídolos. Todo el campo de fútbol se estremeció de emoción como si el equipo de cada persona hubiera anotado un gol por la escuadra. Como guinda, alguna gente del público se desprendió de parte de la ropa, completamente mojada ésta por el inesperado azote de aquellas acuáticas inclemencias de la naturaleza.

 

“Gracias por haber venido, sois divinos” – expresó, en idioma castellano, el propio Jagger hacia el público.

Para tornarlo todo más espectacular si cabe, las hileras de globos que adornaban aquella monumental fiesta también se removieron, con brusquedad, por el temporal y taparon la visibilidad a los propios Stones; los cuales también quedaron borrosos para la vista, debido a dicha iracunda cortina pluvial. Ante esos percances, las cuerdas que sujetaban los propios globos fueron pateadas por el propio Mick Jagger y sus muchachos, así que con todos esos zarandeos, dichas infladas bolas de todos los colores se liberaron y se desmandaron a millares hacia el público y aquello fue un verdadero e inenarrable éxtasis y un maravilloso descontrol; el cual se disponía a marcar historia. El mismo cantante ejecutó, entonces, sus famosos movimientos espasmódicos y contorsionistas cubierto él con un chubasquero violeta y vistiendo pantalones con los colores del Atlético de Madrid, rojo y blanco. Los desbordados delirios provocaron que incluso unas pocas chicas lanzaran sus sujetadores hacia el escenario.

Alguien de la radio española, que en aquellos momentos pensó que los Stones ya estaban mayores para eso del rock a sus casi 40 años, pronto quedó encantado ante la vitalidad incomparable del quinteto inglés. “El mayor espectáculo de mundo”– sería uno de los llamativos titulares mediáticos, al día siguiente.

Riéndose del considerable riesgo que significaron los relámpagos, la ventolera y la lluvia, los Stones prosiguieron con los temas “When the whip comes down”, “Let’s spend the night together”, “Shattered”, “Going to a go-go”, “Miss you”, “Brown sugar”, “Jumpin’ Jack flash” y demás usual repertorio suyo, hasta completar 24 canciones. Ya en la segunda parte del concierto, el Dios de la Lluvia redujo algo su yugo sobre la concurrencia del recinto deportivo. Aunque no fuera lo previsto por el guión, la tersa balada “Angie” también fue interpretada, ya que dicha tonada había escalado al nº1 en las listas de España, en 1973.

 

Después de dos muy intensas horas de actuación, para la interpretación del mítico último tema “(I can’t get no) satisfaction”, Mick Jagger tuvo un guiño con la afición española y se colocó a modo de capa por la espalda, la bandera nacional de tonalidad rojigualda; produciendo así la enésima euforia con la que se deleitó el público. Entre el mismo, además, se hallaron las presentadoras musicales Paloma Chamorro y Mercedes Resino, además de cantantes españoles de la contrastada talla de Miguel Ríos, Ramoncín, Junior, Ana Belén o Víctor Manuel, entre otros/as.

El concierto de este 7 de Julio de 1982 resultó de esos que permanecen para siempre registrados, a fuego, en la retina de los aficionados.

La segunda actuación en España de los Rolling Stones, estaba programada para dentro de dos días, el 9 de Julio en el campo de Sarriá de Barcelona, donde solía jugar en aquel momentos el R.C.D. Espanyol. Sin embargo, un inexplicable desacuerdo entre directivos de los máximos organismos balompédicos en España, condujo a que este segundo concierto no se pudiera celebrar allí, a pesar de haberse despachado ya 40.000 tickets. La explicación oficial fue que no se podía garantizar la seguridad de los asistentes. Esta cancelación disgustó enormemente a Mick Jagger y así lo expresó él mismo en una nota de prensa, ya que el vocalista deseaba volver a actuar en Barcelona, de la cual guardaba un plácido recuerdo tras el comentado paso de los Stones por la Ciudad Condal, en 1976.

 

El titánico y esforzado organizador de conciertos en España, el catalán Gay Mercader, se llevó las manos a la cabeza en ese momento, porque aquella anulación le hubiera supuesto una pérdida de dinero realmente catastrófica para él mismo, tras la astronómica inversión que hizo para traer a los Rolling a nuestra península. Además, el público catalán estaba realmente enojado por el penoso nudo burocrático y el desacuerdo económico que se habían montado y que les privaba, tan injustamente, de “gaudir” también de los Stones, en Barcelona.

¿Solución de última hora? Dicho 9 de Julio de 1982 y tras una meteórica campaña publicitaria, Los Rolling Stones otra vez en el estadio Vicente Calderón con, de nuevo, un “llenazo” hasta reventar. Esta vez por fortuna, sin peligrosas incidencias climáticas y con el gentío gozando al máximo de la música “stoniana” en Madrid, por segunda vez seguida. El audaz promotor Gay Mercader también salvó los muebles, ante la milagrosa sustitución de última hora, de nuevo, en el campo del Atlético de Madrid. Podéis encontrar una interesantísima entrevista de mi compañero Manuel Pinazo al propio Mercader, aquí en Muzikalia.

Rolling Stones 9 julio cartel

Los Stones no retornaron a España hasta 1990 (en Barcelona y Madrid) y luego han tocado más de una veintena veces en nuestra península pero el combo londinense siempre conservó una gratísima impresión de aquel acuoso concierto suyo, en 1982. Dicho suceso ha quedado estampado de manera indeleble y épica en las crónicas rockerísticas nacionales e internacionales y dejó a muchos melómanos impactados, positivamente, de por vida.

4 comentarios en «Conciertos singulares (V): The Rolling Stones contra la tormenta»

  • el 8 agosto, 2020 a las 8:12 pm
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    Gracias a Txus Iglesias y a Muzikalia por rememorar con precisión y detenimiento esa inolvidable velada que vívidamente guardamos en la retina y que afortunadamente, y pese a los elementos atmósfericos pudo llevarse a cabo para deleite de los espectadores de «el mayor espectáculo del mundo», en este caso en el ámbito del Rock and Roll. Un cordial saludo.

  • el 8 agosto, 2020 a las 9:10 pm
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    Muchas Gracias por tu comentario, Xavi, sobre el concierto de los Rolling Stones en Madrid, en 1982, aquí en Muzikalia.
    Saludos.

  • el 10 agosto, 2020 a las 8:09 pm
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    Al autor de esta entrada: «Mis dieces». Para un argentino ‘rolinga’, un gustazo conocer la historia de los Stones en España, desconocida para mí.
    A Argentina no fueron hasta febrero del 95,,,, cuando se produjo aquello fue… iban a ser dos conciertos, pero la locura fue tal que terminaron en cinco noches en River, y no se pudieron hacer más porque la gira seguía por Latinoamérica.
    Qué buenos los detalles de aquel concierto en el Calderón. Crónica atemporal para volver a disfrutar en el futuro.
    Nuevamente, ¡muchas gracias!

  • el 18 agosto, 2020 a las 6:00 pm
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    que buen recuerdo del vicente calderon, esto quedara grabado para la eternidad muchas gracias por esto

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