Corinne Bailey Rae – Black Rainbows (Black Rainbow Music)

Descubrimos por primera vez el nombre de Corinne Bailey Rae (Leeds, 1979) allá por el 2006 cuando lanzó su primer single “Put Your Records On”, que se convertiría en uno de los mayores éxitos erigiéndola como una de las grandes revelaciones del R&B gracias a esa mezcla mainstream de soul-pop jazzístico, que llegaba con facilidad al público británico en esos momentos previos al fenómeno Amy Winehouse. Casualmente Amy era a su vez íntima del primer marido de Corinne, Jason Rae, también músico y saxofonista que falleció repentinamente cuando la cantautora tenía tan sólo 29 años. Este grave suceso inspiraría su segundo disco, The Sea (2010) y marcó su carrera musical, pues la cantante no volvería a sacar un álbum hasta 7 años después, The Heart Speaks in Whispers (2017).

Por eso nos sorprende “a medias” el giro que ha dado a su estilo en este último grandioso trabajo, y decimos a medias porque es indudable que Corinne como artista inglesa ha bebido de bandas rock como Led Zeppelin o de artistas tan experimentales como Radiohead, Primal Scream o Björk. Es más a los 15 años, siguiendo la estela de grupos de rock feministas como L7 o Veruca Salt, creó el suyo propio exclusivamente femenino, Helen, que llegó a firmar con el sello metal Roadrunner. Pero fue su trabajo en un club de jazz lo que marcaría finalmente su inclinación por esta música y el soul.

Es así como todos estos estilos y múltiples registros han propiciado la creación de este gran trabajo, marcado principalmente por la experiencia sensorial y sentimental que ha vivido cuando visitó la exposición del artista Theaster Gates en el Stony Island Arts Bank en Chicago, y que reúne objetos y piezas de arte de los momentos históricos, políticos y culturales de la población negra en Estados Unidos.

Así nos presenta este Black Rainbows, como una oda conceptual con pinceladas políticas y reivindicativas, ofreciendo un homenaje revolucionario a ese sufrimiento de la población negra y al borrado de un legado que merece ser visibilizado. Producido por su actual marido S.J Brown puede definirse como un proyecto de afrofuturismo donde se mezclan sonidos electrónicos, jazzísticos, pasando por el garage-rock, el glam-punk, la psicodelia o el synth-pop. Un compendio de historias emocionantes que abre con el tema introductorio “A Spell, a Prayer”, donde honra a sus antepasados (“The freedom of this moment/ Echoes to eternity”) enfatizando ese homenaje a través de los coros (“We honor you/ We make a Spell, a Prayer for you”) con un fondo de sintetizadores y guitarras distorsionadas que dan ese tono majestuoso y de grandeza que merece la lírica de la canción.

Le sigue la política y transgresora “Erasure” donde desata su furia a guitarrazos al más puro estilo PJ Harvey en sus comienzos, para reclamar cómo intentaron borrar la feminidad y la inocencia de la infancia negra, representándolos como criminales (“They tried to eviscerate you, hide behind the curtain/ Make you forget your name”). En “New York Transit Queen”, el tema más bailable y enérgico, en tan sólo dos minutos, nos engancha con un riff de guitarra potente donde derrocha todas sus influencias punk para homenajear a Audrey Smaltz, la icónica modelo negra que fue ganadora del concurso de belleza Miss New York Transit en 1954.

Su tono reivindicativo también queda patente en la sensual “He will follow with his eyes”, una joyita soul acompañada de una elegante instrumentación y la voz aterciopelada de Corinne, creando una atmósfera nostálgica para denunciar las expectativas sociales de belleza donde las mujeres debemos cumplir ciertos estándares (“All those girls in magazines/ They make it seem so simple”) y cómo buscar la autenticidad y autoconfianza en nuestra apariencia física (“I don’t want to leave myself behind/ Vanishing into a girl that I don’t recognize”).

Aunque en medio de esta catarsis emocional también hay momentos de esperanza y espiritualidad, como en la experimental “Earthlings” donde nos transporta a los sonidos de Björk derrochando todo su talento vocal, finalizando con un solo de guitarra y sonidos de la naturaleza que nos transportan a esa utopía de libertad y belleza (“Can’t we take the lessons that we’ve learned/ And make a new Utopia?»). O también en las preciosas baladas, “Red Horse”, una canción de amor que aporta luz y melodía a este paisaje desolador y para la cual, como ella misma ha comentado, se inspiró tras ver la foto de una joven chica negra en 1850 que trabajaba como niñera para una familia blanca, e imaginó un futuro distinto para ella en el que era rescatada por un hombre sobre un caballo rojo. O en “Peach Velvet Sky” al que sólo bastan la voz desnuda de Corinne y la elegancia del piano para regalarnos un momento melódico único y estremecedor donde nos presenta a Harriet Jacobs, mujer afroamericana esclavizada y que tras ser liberada contó su historia en su autobiografía “Incidents in the life of a slave girl”.

Corinne Bailey Rae nos regala el que probablemente sea su mejor trabajo hasta ahora. Una joya para los oídos que merece un análisis profundo para lograr percibir el mensaje de esta artista polifacética que ha demostrado moverse como pez en el agua en distintos registros musicales. Un proyecto que afianza su madurez musical, y que emociona en cada mensaje de reivindicación y esperanza por encontrar la utopía en ese “arcoíris negro”.

Escucha Corinne Bailey Rae – Black Rainbows

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