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Entrevistamos a los franceses Indochine

Con más de cuarenta años de carrera, Indochine continúa siendo una de las bandas más icónicas del rock francés. En septiembre, lanzaron BABEL BABEL, un álbum de 17 canciones que reafirma su apuesta por tirar de su conocido discurso y aparte, centrarse en temas sociales.

Entrevistamos a Olivier Gérard, guitarrista de la banda, para que profundizara en las motivaciones y el espíritu de este nuevo trabajo, que aborda la incomunicación y el aislamiento en plena era digital. Una charla en la que reflexiona sobre una industria musical dominada por el streaming y donde los algoritmos tienden a aislar a los oyentes en burbujas culturales.

También nos habla de la colaboración con Hinds en la canción de apertura del álbum, e incide en la capacidad de Indochine para reinventarse y seguir marcando su propio camino cuatro décadas después de debutar.

«La música debe ser popular, no elitista; todos deberían tener acceso al mismo espectáculo, sin primeras filas reservadas ni costos adicionales»

Enhorabuena por el lanzamiento de vuestro nuevo álbum, que se publicó a principios de septiembre y rápidamente alcanzó el número 1 en ventas tanto en Francia como en Bélgica. ¿Cómo os sentís al respecto?

Estamos muy contentos porque ha sido muchísimo trabajo. Nos ha llevado casi tres años escribir este álbum, entre el Central Tour, la gira de estadios en Francia y todos los retrasos por la COVID. Es la primera vez que nos tomamos tanto tiempo para componer un disco. Todo esto hace que, a la hora de lanzar un álbum, siempre estemos un poco nerviosos, especialmente 43 años después de la creación del grupo.

Con Nicolas, componemos siempre desde cero; aún nos consideramos una banda joven cuando creamos. Es como si estuviéramos haciendo nuestro primer álbum, aunque inconscientemente tenemos presente la idea de “no podemos fallar”. Después de todos estos años, sabemos que tanto el éxito como el fracaso pueden llegar de la noche a la mañana. Indochine ya vivió algo similar en los 90, así que ese nerviosismo sigue ahí. Aunque muchos nos digan que ya tenemos el camino asegurado, no lo vemos así. Cuando vimos el éxito en las ventas del álbum y cómo la primera parte de la gira se agotó en menos de cinco horas, nos sorprendimos muchísimo.

 

En enero de 2025 comenzará vuestra nueva gira Arena Tour, que os llevará a 17 ciudades francesas con dos fechas por ciudad, ¡y ya tenéis todas las entradas agotadas! Incluso habéis tenido que añadir dos fechas más debido a la alta demanda. Es importante recordar que venís de la impresionante Gira 40 Aniversario, que se extendió por más de dos años y culminó en el Stade de France. ¿Cómo vivís esta increíble respuesta del público y qué podemos esperar de esta gira?

Para aquella gira estábamos completamente preparados. Si no me equivoco, en 2021 ya teníamos todo listo: hicimos la preproducción, las imágenes estaban preparadas, y luego, por la COVID, todo se aplazó un año.Terminamos en el Stade de France, que no es cualquier escenario, ¡había 97,000 personas! Al final, creo que eso nos dio aún más fuerza y energía para este nuevo Tour.

Estábamos confiados, pero también un poco nerviosos. Al salir al escenario, todos nos miramos… Creo que ese momento es un recuerdo que compartimos todos en el grupo. Es increíble pensar que 97,000 personas están ahí solo por la música, por vernos, por ver a la banda. Es un regalo, un regalo que nos hace el público.

¿Dirías que ese concierto en el Stade  de France es uno de los momentos más memorables de toda vuestra carrera?

Bueno, ha habido otras experiencias. Tuvimos el concierto sinfónico en Hanoi, la primera vez que tocamos en Bercy, y hace poco tocamos en Rough Trade en Londres, con solo 200 personas presentes.

Son experiencias totalmente diferentes, pero que aportan algo especial a la historia de la banda y nos motivan. Además, Nicolas se aburre con facilidad, y eso en realidad es una gran fortaleza suya. Siempre necesita nuevas ideas, nuevos desafíos. Detesta que le digan que algo no es posible, porque para él todo lo es. Y hay que admitir que tiene razón: cuando hicimos nuestro primer Stade de France hace más de 10 años, todos nos miramos pensando: ‘¿de verdad estamos en un estadio? ¿Vamos a llenarlo?’ Y así fue.

Algo que sorprendió tanto a periodistas musicales como a vuestros seguidores fue la ausencia de Indochine en la apertura o clausura de los Juegos Olímpicos de París, especialmente considerando que la banda surgió en esta ciudad hace más de cuatro décadas. ¿Recibisteis algún tipo de invitación para participar, o hubo alguna razón en particular por la que no formasteis parte de este evento?

No, no recibimos una invitación. Indochine no es una banda tan internacional, pero no nos molestó realmente. Simplemente nos preguntamos: «¿Por qué no estaba Indochine?», siendo una de las grandes bandas francesas y estando tan cerca. Pero no es algo tan importante. Se habló bastante del tema hace un par de meses, aunque nosotros preferimos siempre mirar hacia adelante. Claro, nos habría gustado, pero Gojira estuvo allí, y eso no está nada mal.

BABEL BABEL, vuestro nuevo trabajo, es un álbum doble con 17 canciones que destaca por un profundo eclecticismo musical. En una industria dominada por tendencias como TikTok y los formatos cortos, vosotros habéis optado por un enfoque diferente. En diferentes entrevistas habéis mencionado que no seguís las modas del momento. ¿Podríais profundizar en esta filosofía y en cómo BABEL BABEL refleja vuestra visión de la música en un panorama tan influenciado por lo efímero?

En realidad, cuando componemos con Nicolas, no existen barreras. Todo lo posible está sobre la mesa, y siempre trabajamos con el corazón, con el deseo de colaborar. Aunque el grupo tiene notoriedad en los medios desde hace casi diez años, nunca hemos ido tras el productor o el artista de moda, ni siquiera cuando teníamos la certeza de que funcionaría. Eso no nos interesa; necesitamos un intercambio artístico genuino, una búsqueda creativa. En lugar de escuchar lo mainstream, nos dejamos llevar por lo independiente, lo alternativo. Disfrutamos realmente del proceso.

Cuando terminamos de componer Babel Babel, tras dos años y medio de trabajo, teníamos casi 60 canciones. Todo ese tiempo entre conciertos nos permitió escuchar con detenimiento nuestras composiciones y decidir si alguna no estaba al nivel. Algunas las eliminamos, otras las volvimos a trabajar, y finalmente nos quedamos con 17 temas bastante largos, algunos con estribillos que tardan dos minutos en aparecer o, en otros, que nunca llegan. Nos preguntamos: ‘¿Por qué elegir?, ¿por qué no lanzar los 17 temas?, nada nos lo impide’. Siempre hemos tenido esa libertad creativa en Indochine, y el público nos la permite.

Recuerdo, en los años 90, cuando el grupo no tenía tanto éxito, ni en esos años buscaron lo que estaba de moda, ni intentaron hacer techno o la música que sonaba en ese momento. Apostaron por algo distinto, como el trip-hop. Recuerdo el lanzamiento de “J’ai demandé à la Lune”, que marcó la renovación del grupo. Incluso la discográfica criticó esa canción porque no tenía estribillo claro y usaba un efecto de distorsión en la voz. Pensaban que nunca entraría en la radio, que era “demasiado especial», etc. Con el tiempo, tanto Nicolas como yo entendimos que no hay que escuchar a nadie más que a nuestra intuición.

Creo que, cuando crees de verdad en tu proyecto, el público lo percibe. Lo mismo ocurrió con la portada del álbum: llamamos a David LaChapelle, un artista algo polémico, que no tiene mucha presencia en Francia, pero nos divertimos. Es un artista que admiramos desde hace años, y cuando aceptó hacer la portada, fue un verdadero placer trabajar con él.

El álbum comenzó a gestarse durante la pandemia, y la escritura se llevó a cabo entre estadios y festivales. Obviamente, esta energía frenética influyó en el proceso creativo, dando lugar a una amplia variedad de estilos, desde el reggae hasta lo sinfónico. ¿Cómo afectó esta dinámica a la composición de las canciones?

Ni siquiera nos dimos cuenta. Cuando Nicolas y yo terminamos con nuestros 17 temas y cerramos el álbum, no éramos conscientes de que estaba listo. Luego, al escuchar cada tema, nos dijeron que el álbum parecía hecho para el directo, como si cada canción tuviera ya una visión en vivo. No fue algo intencionado, pero creo que esos conciertos se reflejaron en nuestra composición. Queríamos algo potente, algo que, como siempre en Indochine, fuera festivo, aunque con letras realistas que no lo son en absoluto.

Inicialmente, el sinfónico tenía un enfoque más pop, con una caja de ritmos sencilla y dos guitarras. Pero a medida que añadimos vientos y cuerdas, se convirtió en un sinfónico completo. Al ver su calidad, decidimos grabarlo en Air Studios en Londres y no añadirle más instrumentos para no perder su esencia. El segundo sinfónico, de nuestro guitarrista Boris, tiene influencias muy britpop. También lo grabamos en Air Studios. Como mencioné antes, nada está calculado, pero algunas cosas surgen naturalmente. La COVID también nos marcó. En el grupo, varios perdimos a personas cercanas. Todo eso está presente en las letras y en la atmósfera general del álbum.

En BABEL BABEL, emergen grandes temas que reflejan la actualidad y la brutalidad del mundo. Me gustaría preguntaros sobre el concepto del álbum y la metáfora de la torre de Babel. ¿Qué significado tiene para vosotros esta metáfora en relación con los temas que habéis abordado en el disco?

La metáfora es que hoy en día, en España creo que pasa lo mismo: en los medios, todos hablan y gritan. La televisión se ha vuelto insoportable, todos se presentan como expertos. Es una algarabía en la que cada uno busca notoriedad y gloria, de la forma más rápida posible. La idea de la Torre de Babel, donde los humanos intentaron construir la torre más alta y vertical para alcanzar a Dios, refleja muy bien este mundo de ruido constante en el que todos vivimos. Finalmente, en la historia, Dios castiga a los hombres y les da a cada uno un lenguaje distinto, lo que simboliza la incomunicación en la que estamos atrapados hoy. También está el concepto de verticalidad, volvemos a un mundo muy jerárquico. Y sin ciertos accesos, es muy complicado.

 

¿Muy jerárquico?

Sí, exactamente. Incluso en los conciertos.

¿A qué te refieres?

Por ejemplo, en algunos conciertos de bandas como Oasis, cuanta más demanda hay, más suben los precios. En Indochine, siempre hemos estado en contra de eso. La música debe ser popular, no elitista; todos deberían tener acceso al mismo espectáculo, sin primeras filas reservadas ni costos adicionales. Es como en el K-Pop, donde la gente paga una fortuna solo por tocar las manos de sus ídolos. Pero el problema es que siempre habrá gente dispuesta a pagar más.

Además en este disco habéis trabajado con Mark ‘Spike’ Stent, un productor de renombre que ha colaborado con artistas como Björk, Massive Attack y Depeche Mode, entre otros. ¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con él y qué impacto ha tenido en el sonido y la producción del álbum?

Lo curioso es que teníamos una extensa lista productores especializados en la mezcla, y cuando Mike llegó, Nicolás lo llamó y, sorprendentemente, Mike le comentó: ‘No sé si lo recuerdas, pero fui asistente en tu segundo álbum’. ¡Es una historia increíble!

En cuanto a nuestras composiciones, el 90% de lo que hacemos está ya prácticamente producido; la mayoría de las canciones que surgen de nuestros demos están casi listas para lanzarse tal cual. Por eso, solo necesitábamos un mixer que pudiera hacer resaltar aún más el sonido sin desvirtuarlo. Sin embargo, esto puede ser complicado para muchos productores. Mike entendió rápidamente lo que estábamos buscando. Además, él es un verdadero profesional, ha trabajado con grandes nombres; mezcló el último álbum de los Beatles (“Now and Then») y también ha colaborado con los ultimos trabajos Miley Cyrus. Su experiencia y versatilidad en la producción son realmente impresionantes.

La canción «Showtime«, que abre el disco, cuenta con la colaboración de Ana Perrote del grupo español Hinds. ¿Qué nos puedes contar sobre esta canción y cómo surgió la colaboración con Ana?

En realidad, fue Hinds quien se unió a nosotros para abrir nuestra primera parte en 2023 durante el festival en la ciudad de Nancy. A Nicolás le encanta este grupo, y a todos nosotros nos gusta; tienen ese sonido de rock y garage que resulta muy atractivo.

Teníamos esta canción llamada «Showtime», y Nicolás comenzó a escribir letras que, aunque no son necesariamente sulfurosas, abordan un aspecto un poco erótico y sensual. Pensó, que este punto de vista, sería mas interesante llevarlo desde una perspectiva femenina que masculina. Era crucial incluir un contrapunto femenino, donde ambas visiones se mezclen sin establecer jerarquías de género.

Entonces, se le ocurrió preguntar a Ana, y ella aceptó de inmediato, diciendo: «¡Por supuesto, yo lo veo!». Así fue como se gestó la colaboración. Creo que su acento añade un toque realmente encantador, y ambos se complementan perfectamente en su estilo.

Además, es bastante interesante comenzar el álbum con esta pieza. Es decir, este álbum aborda la dificultad de ser entendido, y decidimos comenzar con algo más positivo. La idea es presentar al hombre y la mujer en un mismo plano, donde ambos se comunican y comprenden desde una visión sensual compartida. «Showtime» simboliza esa conexión, mostrando que, a pesar de las complejidades de la comunicación, es posible encontrar un entendimiento mutuo y armonioso en sus diferencias. Esta colaboración resalta la importancia de la igualdad en las relaciones, lo cual es un tema central en nuestro trabajo.

 

“Le Chant des Cygnes» es el único adelanto que habeís presentado del álbum y representa a la perfección su esencia. ¿Qué nos puedes contar sobre esta canción?

En realidad, “Le chant des cygnes” fue la canción que más destacó cuando presentamos el álbum en la casa de discos. Una anécdota divertida es que los que cantan en esta pista son nuestros hijos, los niños del grupo. Esta colaboración familiar añade un toque especial a la canción y refleja una conexión generacional que nos emociona profundamente.

¿Ah, sí?

Sí, fue una idea de Nicolás. Pensó que sería interesante que fueran adolescentes o niños quienes cantaran en esta canción. Se preguntó: “¿por qué no preguntarles a nuestros hijos?” Todos tenemos hijos que van de los 7 a los 30 años, así que pensamos que tal vez a los adolescentes les haría gracia. Pero, sorprendentemente, aceptaron de inmediato. Fue muy emocionante ver a nuestros propios hijos en el estudio, grabando, especialmente con las letras de Nicolás, que son bastante profundas.

En la primera escucha, creo que la gente no se da cuenta de todo el sentido que hay detrás, pero al segundo giro se percatan de que la canción aborda temas como la lucha de las mujeres afganas. Y, al final, se convierte en un mensaje mucho más universal: hoy en día, cuando pensamos en el papel de la mujer, debemos seguir luchando, sin importar las circunstancias.

Además, creímos que era un buen momento para presentar una canción reivindicativa como esta. Hacía tiempo que no lanzábamos un primer single con un mensaje tan fuerte. El álbum anterior, “La Vie est Belle”, tenía un enfoque más suave, al igual que “Mamoria”. Así que decidimos comenzar con un título potente, lanzarlo y hacer la promoción del álbum para que la gente realmente se apropie de él.

A pesar de la cercanía geográfica de España con Francia, parece haber poca conexión musical, especialmente en el ámbito de las guitarras eléctricas. Sin embargo, hay una fuerte influencia en géneros como la canción de autor, la electrónica y el urban, representados por artistas como PNL o Gims. ¿A qué creéis que se debe esta falta de conexión en el rock y las guitarras eléctricas entre ambos países?

Es una pregunta muy interesante. De hecho, ya me han planteado algo similar sobre cómo puede sobrevivir la música en un entorno tan saturado de plataformas de streaming y flujos continuos. Es curioso, pero es más complicado que antes. Aunque el acceso a la música es más amplio que nunca, con la posibilidad de explorar cualquier género, la realidad es que muy poca música española llega a Francia, y lo mismo ocurre con la música alemana. En España, la música francesa también tiene poco eco.

Parece que, a pesar de la apertura, las fronteras culturales siguen existiendo, lo que resulta bastante desalentador. Me entristece ver que, sin un “gran hermano” que nos guíe hacia nuevos sonidos, podríamos estar más aislados que hace dos décadas. Hoy en día, los algoritmos nos atrapan en patrones de escucha, limitando nuestras experiencias musicales. De hecho, todos nos encontramos un poco desconectados, lo cual es preocupante, incluso en el cine con el auge de plataformas como Netflix.

Hay que luchar contra esa tendencia. Quizás las discográficas deberían ser más arriesgadas, abrirse a nuevas propuestas y dar oportunidades a los artistas emergentes, pero no tengo una respuesta clara al respecto. No sé como será la tendencia en España, pero en Francia los grupos de guitarras estan bastante enterrados, y por la radio no van a pasar, es música urbana al 500%.

 

Para que los lectores puedan profundizar en el rock francés contemporáneo, ¿podríais recomendar una serie de bandas o álbumes actuales que consideréis esenciales en este género? 

Hay muchos grupos interesantes. En el ámbito del rock pop, está Requin Chagrin, que forma parte del sello de Nicolás. De hecho, Marion tiene un dúo en este nuevo álbum que es increíble; sus composiciones son realmente destacadas. También me gusta mucho un grupo llamado Hoorses. Son muy buenos. Y hay uno que me fascina, Last Train, que tiene una energía impresionante. No los he visto en vivo desde hace mucho tiempo, pero han lanzado un nuevo sencillo recientemente. Son muy jóvenes y tienen un potencial enorme. Estos son algunos de los grupos que me gustan.

También hay música urbana que resulta mucho más interesante que lo que escuchamos en la radio. No se puede creer que todo se reduzca al rock; ese es el problema. Hoy en día, parece que estamos atrapados entre lo mainstream y la nostalgia, sin mucho más entre ambos. Sin embargo, el último álbum de Gringe, Hypersensible, es realmente bueno. Hay muchas cosas por descubrir; solo hay que buscar un poco.

Ha sido un verdadero placer hablar contigo, y esperamos veros pronto en España. Para concluir, ¿qué significa la música para vosotros?

Para mí, la música es la mejor de las tiritas

Escucha Indochine – Babel Babel

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