Grises – El hombre bolígrafo (Origami Records)

Prisa, en referencia al nombre femenino y no al famoso grupo editorial,  es lo que tienen estos guipuzcoanos por presentar su segunda colección de canciones, a las que han vestido con bermudas de gala, en lo que casi se podría considerar su long play de debut, ya que anteriormente existe una producción propia, también en formato largo y de título homónimo. Pero es ahora, con la publicación de El hombre bolígrafo, cuando la ambición nos presenta en sociedad sus canciones más trabajadas.
 
Esa velocidad que caracteriza a las nueve canciones que forman el largo, vienen con claras influencias foráneas y forasteras ¡Ay, qué pereza me da volver a jugar a adivina a qué suena! Pero juguemos. Porque a eso el disco te invita, a jugar, a no parar, a reír, a correr y a saltar ¡Vamos todos a beber chupitos de Jagermeister en salas indies de viernes juveniles! No apto para mayores de cuarenta (al menos todavía no, en estos primeros tiempos del grupo).

El disco grita: ¡Juguemos, sin parar, piensa con rapidez, toca más ligero, ejecuta más liviano, baila mejor y salta más! Ahora dime tres grupos que caractericen el sonido del disco: – Allá voy. Se palpa con la palma de la mano, más que se ve, la sombra tangible de los canadienses Arcade Fire, omnipresente referencia en toda reseña de nuevo lanzamiento en lo que va de año. Y si no escúchate “No es imposible” y dime si eso no lo has oído ya antes en algún otro sitio. Lo que no quita para ser la mejor canción del disco. También el final de “Polaroid” tiene regusto made in Montreal.

Otros que aparecen descaradamente en este juego son Mendetz, que podemos considerar casi padres putativos de la nueva criatura. Hay canciones que pudieran ser robadas, como “Aspiradora espacial” y “El hombre bolígrafo”. Y por último claras referencias a El Guincho, que parece haber cedido a los Grises los royalties necesarios para grabar “Chicles pegados”.

¡Basta ya! Harto estoy de tener que escribir reseñas discográficas a base de retales y referencias de otros artistas ¿Qué ocurre, no hay nada nuevo de lo que sean responsables estos recién llegados? Sí, ya lo hemos dicho antes, un descaro propio de los primeros pasos de un bebé, orquestados con mucha agilidad que demuestran que la evidente falta de personalidad, no es más que una inevitable consecuencia de la edad artística y que a buen seguro será subsanada en un futuro más o menos inmediato.

Veo en este disco un campo extenso de rico abono sobre el que, ayudadas con la luz de un rayo, crecerán canciones más pausadas, sesudas y estudiadas, que harán que hablemos más y tal vez mejor (o más denso) sobre estos chicos. Por el momento nos quedamos con la presente urgencia bailonga del disco, que además divierte.

ESCUCHA en Spotify: Grises – El Hombre Bolígrafo

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