Ilegales + M-Clan (Noches Del Botánico) Madrid 28/06/23

¿Alguien en su sano juicio no cree que si Ilegales no existieran el rock español no hubiera sido igual? Eso también lo debían pensar la multitud de incondicionales que llenaron desde muy pronto las primeras posiciones del recinto de Noches del Botánico. Y no era para menos, otros pesos pesados del rock patrio venían después, M-Clan, mucho más mediáticos que los primeros y con más fans, solo había que ver las camisetas vestidas entre el respetable.

A pesar de que el set de Ilegales no comenzaba de la mejor manera posible – la Fender stratocaster de Jorge Martinez no quería sonar – causándole un visible enfado y que alguien entre el público gritase: “verás la que va a liar”, y que Willy Vijande (bajista) dijera, cuando Jorge desapareció: “es que se va a peinar”, con las risas correspondientes. Pues a pesar de todo eso, o a causa de, nunca se sabe, como si Jorge sintiera que debía algo por esa interrupción; Ilegales arrancaron de la forma más salvaje que uno haya podido presenciar en uno de sus directos.

Y es que, como si ellos supieran algo que nosotros desconocíamos, los de Jorge Ilegal comenzaron a descargar temas, uno tras otro, sin paradas, sin titubear, sin tonterías, con mucho punk, actitud, en definitiva: Ilegales a tope. Así, se fueron sucediendo clásicos como: “Ella saltó por la ventana”, “Chicos pálidos para la máquina”, “Agotados de esperar el fin” y otros no tan añejos, pero igual de efectivos, léase: “Voy al bar” o “Si no luchas te matas”.

A todo esto, Jorge Ilegal ya se había encargado de comentarnos que estábamos viendo sobre el escenario a una muestra de gente que han vivido peligrosamente, al servicio del rock and roll, unos supervivientes.

No era una noche para experimentos, quizás por eso una de sus últimas composiciones y posiblemente la más arriesgada de la carrera de Ilegales, “Juventud, egolatría”, no quiso salir. A mitad de la canción tuvieron que dejarla por problemas técnicos.

Nada que no pudiera arreglarse con otro puñado de clásicos de esos que te explotan en la cara, sin pedir permiso, sin dejar prisioneros. A saber: “Eres una puta”, “Soy un macarra”, “Destruye”, o “Dextroanfetamina”, entre otras. En los bises, que prácticamente enlazaron con el set, igualmente fueron al grano, al estilo “Ramone” y nos aplicaron con dureza: “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, “Problema sexual” entre otras píldoras atemporales.

Concierto corto y preciso. Está claro que Ilegales se crecen ante las vicisitudes, ese puede ser el secreto de su longevidad. Muy necesarios.

A continuación, si los sinceros van al cielo yo me ganaré mi lugar en la bóveda celeste. Nunca he sentido especial predilección por M-Clan y no por ser super ventas, ni desde sus inicios conecté con su música. Sin embargo, es de justos reconocer a la banda como unos ya grandes clásicos del rock nacional.

La baza grande es, sin dudarlo, el mencionado Tarque, que es capaz de moverse por el escenario sin desentonar una nota, ni siquiera cuando se le estaba cayendo de la oreja el auricular para escuchar monitores, eso no creo que lo haga mucha gente de manera tan elegante.

Con un recinto ya repleto la banda comenzó con uno de sus temas emblemáticos, “Bandas americanas”, para continuar con: “Calles sin luz” y “Para no ver el final”. Rápidamente enlazaron con lo que para un servidor siempre fue la versión más grosera que alguien haya podido hacer de una canción de Steve Miller Band, hablamos – claro – de “Llamando a la tierra”. Lo que no cabe duda es que, pocas veces, una banda ha logrado hacer una canción ajena tan suya, como en este caso. Ni que decir tiene es que el Jardín Botánico se veía abajo y acababan de comenzar.

“Souvenir”, un tema clásico desde principios de los dos mil precedió a “Perdido en la ciudad”, un corte del primer disco, allá por el noventa y cinco y en la que aprovechó para hacer un guiño a sus seguidores más veteranos; recordando la primera vez que tocaron en Siroco ante menos de treinta personas, en el año noventa y tres. Todo un detalle que algunos pudieron apreciar.

Ese blues en forma de “Volando alto” precedió a “Roto por dentro”, el tema en el que se hubieran sacado los mecheros a relucir, ahora hay dispositivos móviles. “Filosofía barata” volvió a hacer rugir a una banda en estado de gracia en lo musical y a un showman entregado a un público fiel, rendido a sus pies, aunque hubieran tocado “Paquito chocolatero”.

Ya encarando la recta final, “Usar y tirar” y “Las calles están ardiendo” fueron de las más celebradas. Por supuesto, Tarque tuvo tiempo de darse un baño de masas, bajándose del escenario para confraternizar con los suyos, para regocijo del personal presente.

¿Qué hubiera pasado si no hubieran tocado su hit “Carolina”, versionada hasta la saciedad, tanto por orquestas, como por aspirantes a rockeros de primera división? Pues no tengo ni idea, pero sí sé lo que pasó, que el público se volvió prácticamente loco con lo que probablemente sea una de las canciones de su vida. En fin, un concierto para el recuerdo de muchos, sin duda, pero también con la sensación de tener enfrente a una banda muy engrasada técnicamente, pero dispuesta a no arriesgar mucho.

Fotos Ilegales + M-Clan: Fernando del Río

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