The Offspring – Vall Hebron (Barcelona)

Eran las 21:15 y el público aplaudía apasionado agradeciendo a Horror Pops que dejaran el escenario. Sonaron simplemente fatal y aderezados con unas coreografías que daban más risa que otra cosa, las primeras filas comenzaron a corear el nombre de The Offspring casi desde su segunda canción. Anteriormente Sun Eats Hours divirtieron y convencieron a los más madrugadores con su hardcore directo y con su entrega sobre el escenario.

The Offspring visitaban Barcelona para presentar Splinter, el nuevo disco de la banda californiana que mantiene las líneas de sus anteriores trabajos sin ser, ni de lejos, el mejor de sus álbumes.

Con el recinto prácticamente lleno de un público variopinto (gente muy joven en general perfectamente equipados con mochilas, pantalones caídos y otros elementos de estética hardcore, padres con sus hijos y los habituales de este tipo de eventos) The Offspring salieron al escenario media hora tarde cuando los asistentes comenzaban ya a ponerse nerviosos.

Abrieron como en Splinter con “Neocon” y “The Noose” y necesitaron poco más para meterse al público en el bolsillo; un público que aún siendo muy joven conocía a la perfección tanto Splinter como las canciones de los primeros discos de la banda.

Un concierto de punk-rock visto desde las gradas tiene una perspectiva un tanto fría y distante así que después de “All I want” extraída de Ixnay on the Hombre (sonó también “Gone away” del mismo disco) del bajamos a pie de escenario a disfrutar como mandan los cánones. Era el momento de “Come out and play” del fantástico Smash que les llevó a la fama, uno de esos temas que seguirá marcando sus conciertos aunque pase el tiempo.

Holland, Noddles, Kriesel y el nuevo batería Atom Willard, no pasarán a la historia por ser unos músicos excelentes pero lo que no se les puede negar es la contundencia y potencia de su directo, acompañada de un juego de luces y sonido digno de bandas que, como ellos, han vendido 32 millones de copias a lo largo de su historia y han llevado al gran público su concepto de punk-rock.

El repaso de Splinter se extendió a “Long way home”, el single “Hit That” que, aún teniendo unos arreglos que parecen ser sacados de un capítulo de Los Teleñecos, enloqueció y divirtió a los fans, “Spare me the details”, el toque jamaicano de “The worst hangover ever”, “(Can’t get my) Head around you” y “Da Hui” la definición de canción punk por excelencia, 65 segundos de ritmo acelerado y contundencia guitarrera.

Aunque los californianos repasaron toda su ya larga trayectoria, Americana se llevó una buena parte del concierto con “Have you ever”, la coreada “Staring at the sun”, “Why don’t you get a job”, “The kids aren’t alright” y la divertida “Pretty Fly (for a white guy)” ya dentro del bis.

Como no podía ser menos y ante la satisfacción de los que les siguen desde sus orígenes, Smash también estuvo presente. “Bad Habit” “Gotta get away” y “What happened to you” recordaron las giras cuando todavía nos visitaban en salas pequeñas, en aquellos conciertos en los que los más atrevidos se subían al escenario y se lanzaban desde allí para ser recogidos por el resto del público; cosa que no tiene nada que ver con la música, pero si con la fiesta y eso es parte importante de un concierto punk, no creéis?

Siguiendo la línea de Smash, el concierto acabó, como no podía ser de otra manera, con la estupenda “Self Esteem”.

La queja, la de siempre, solo una hora y diez minutos después de empezar, el sonido pregrabado de “When you’re in prison” (Splinter) y las luces encendidas nos anunciaban que se acababa la fiesta. Creo que la gente debería empezar a estar harta ya de la triste duración de los conciertos.

The Offspring, sin aportar nada nuevo, cumplieron las expectativas del público asistente punk-rock sin concesiones, diversión y esa ironía en las letras de sus canciones que tanto les caracteriza. Larga vida al hardcore.

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