Entrevistamos a Luis Brea, que vuelve con ‘Corazón Azul’

Uno de nuestros músicos favoritos está de vuelta. Por el cariño y los recuerdos que a muchos nos traen sus canciones, por el contexto en el que fue concebido y desarrollado este nuevo disco y, en general, por su talante siempre abierto artística y personalmente, esta entrevista se nos antojaba necesaria más allá del hecho puntual de hablar de este Corazón Azul escorado en parte hacia un nuevo aire folk que le sienta muy bien. Un disco grabado con calma y con la conciencia plenamente tranquila por intentar siempre dar un paso adelante tanto en composición como en aprendizaje. Luis Brea está de vuelta, y tiene toda una gira por delante para reivindicarse como un escritor de canciones pegado a la tierra pero con el objetivo persistente de alcanzar sus sueños.

 «Vivimos una época en la que el ritmo de trabajo es impartido por inteligencias artificiales (…) mi apuesta en este disco es posicionarme en todo lo contrario, darme tiempo para estar a gusto con mis canciones y volver a una forma más orgánica de componer»

Mucho tiempo, pandemia mediante, parece haber pasado desde la última entrega de canciones nuevas. En estos cinco años, ¿qué ha cambiado musical y personalmente en la vida y el entorno de Luis Brea?

Ha aumentado mi familia y he encontrado un sitio donde artísticamente me encuentro muy a gusto, creo tengo más clara mi firma personal en las canciones.

El costumbrismo habitual de tus letras sigue ahí, como seña de identidad, solo que ahora quizá suena más melancólico, algo más descorazonador.

Sí, es posible que esté cargado de menos ironía y sarcasmo.

¿Este Corazón Azul es un catálogo de sentimientos acumulados, una recopilación de letras y melodías que han ido macerándose poco a poco o una mera necesidad de volver a meterte en el estudio y a girar en unas condiciones mínimamente decentes?

Es una recopilación de trabajo que he hecho como compositor durante todo ese tiempo de “pausa”. A mí me ha ayudado el hecho de no tener prisa; es más, necesitaba ese tiempo para tratar con el cariño debido estas nuevas canciones.

 

El hecho de recuperar las actuaciones en directo, tal vez obligado por las circunstancias, tocando solo con guitarra acústica, ¿ha influido en la composición o la orientación de los nuevos temas?

Girar mucho en formato acústico ha condicionado totalmente la composición del disco, de hecho los protagonistas principales de Corazón Azul son una voz y una guitarra acústica. También es la primera grabación en la que tomo yo la mayoría de las decisiones, siempre junto a Luca Petricca, que fue el productor. En trabajos anteriores dejaba bastante hacer a otros músicos, en este he tocado la mayoría de los instrumentos, menos baterías y percusiones que han corrido a cargo de Lázaro Fernández y Gonzalo Maestre. Uno de los puntos relevantes de las decisiones que tomamos en el estudio fue escoger como punto de partida la grabación en directo y a la vez de la guitarra acústica y la voz, sin cortes y sin ningún tipo de referencia temporal o metrónomo, respetando la respiración. Creo que fue un acierto porque las canciones se cargan de naturalidad.

¿Y el aire folk, casi de especie de jota en alguna ocasión, de algunos de ellos, también ha tenido que ver con ese tiempo que tuviste para pensar y darles un giro diferente?

Me apetecía mucho investigar en ese tipo de sonidos y ritmos. Así surgieron “El Vaivén” y “Mañana”, pero no quería que fueran un ejercicio de estilo, mi intención era transformar esos experimentos en canciones pop, eso fue lo que más nos costó.

En “El vaivén”, posible ejemplo de lo que apuntamos, se adivinan nuevas direcciones sonoras. ¿Fue por eso, por su toque diferenciador, por lo que lo elegisteis como adelanto del álbum?

Sí, me gusta mucho como ha quedado en “El Vaivén”, creo que aporta algo diferente y fresco, es una canción que explora en raíces folclóricas pero dentro de los márgenes de la canción pop. Ese equilibrio era lo más difícil.

Luca Petricca, productor del disco, parece ser definitivamente tu hombre de confianza. ¿Intervino también en algunos arreglos o composición de los temas?

He trabajado siempre con Luca, me siento muy a gusto, hay muy buena comunicación y respeto, nos entendemos muy bien. En principio la composición de las canciones con guitarra acústica y voz fue un trabajo que hice por mi parte, grabamos todas las canciones en directo, a la vez, con solo estos dos elementos y sin ningún tipo de metrónomo o referencia temporal, sólo restando mi respiración, y a partir de ahí, en todo lo que vino después casi todas las decisiones eran compartidas con Luca.

Lo más sorprendente en principio podría ser la colaboración de Johnny Cifuentes, eterno alma mater de Burning, en “Estrella del rock”, más que nada por los mundos musicales tan alejados que aparentemente habitáis. ¿Fue todo más natural de lo que parece?

Sí, les propusimos hacer “Estrella del rock”. Burning ha sido uno de mis referentes desde que era adolescente, y el hecho de que Johnny y Nico aceptaran colaborar creo que es una prueba irrefutable de que no estábamos en mundos tan alejados. Para mí a título personal, poder colaborar con uno de mis grupos de cabecera ha sido un sueño cumplido.

 

¿Crees que en esta época vertiginosa que vivimos es preferible tomarse un tiempo para distanciarse de hechos y personas y favorecer así la creación?

Vivimos una época en la que el ritmo de trabajo es impartido por inteligencias artificiales, no sé hasta dónde podremos aguantar. Desde luego no hace falta que fabriquen “Terminators”, ya andamos con la lengua fuera con la tecnología que nos rodea; mi apuesta en este disco es posicionarme en todo lo contrario, darme tiempo para estar a gusto con mis canciones y volver a una forma más orgánica de componer, mi voz y una guitarra acústica.

La era postpandémica ha dado lugar a eso de lo que hablamos, a un fervor creativo o a una especie de resurgimiento de la cultura como tabla de salvación. Literatura, cine, televisión, música… ¿Dónde está el lugar ideal de un escritor de canciones?

Viviendo, escuchando y delante de un papel.

¿Cómo contemplas tu evolución, por llamarlo de alguna manera, después de todos estos años de carrera? ¿Has tenido que renunciar a algo o hacer las concesiones pertinentes?

Soy un poco menos punk, pero creo que ha sido por la paternidad.

A lo mejor es ahora el momento de entrar, o al menos de estar presente de alguna manera, en el circuito de festivales, totalmente reactivados pero con carteles clónicos y cero riesgo en la mayoría de ocasiones.

Sí. estamos deseando hacer festivales, estoy muy contento con la nueva formación. Iván Mella (teclados), Txarlie Solano (bajo), Gonzalo Maestre (batería), Guillem Rigo (guitarra), normalmente nos acompaña Luca para hacer el sonido, es una pedazo de banda y de equipo, queremos que suene muy bien en directo.

Desde la última vez que tuvimos ocasión de verte en formato acústico varias cosas han cambiado. ¿Qué sensaciones tienes después de las primeras presentaciones en directo con la banda?

Estamos teniendo muy buenas sensaciones, la banda suena genial y el feedback del público es muy bueno, así que no podemos estar más ilusionados.

Escucha ‘Corazón Azul’ de Luis Brea

Foto Luis Brea: Óscar Lafox

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