Hablamos con Alcalá Norte que presentan álbum

Alcalá Norte es un grupo de Ciudad Lineal, en Madrid, formado por Barbosa a la batería, Pablo al bajo, Mendoza y Juampi a las guitarras, Laura al teclado y Rivas como vocalista. Mañana mismo publican su primer álbum, un disco homónimo muy jugoso, repleto de sorprendentes referencias de todo tipo y con una propuesta musical interesante que nos han ido adelantando con diversos sencillos en los últimos meses. Hijos putativos de Joy Division, primos hermanos de Stone Roses y nietos de Hegel, hemos querido desentrañar los misterios escondidos en sus canciones hablando con ellos mismos. No todos los nudos se han dejado deshacer, los personajes que habitan sus canciones, desde soldados alemanes hasta calvinistas atormentados, pasando por filósofos y famosos futbolistas, entran y salen de escena con esquiva facilidad, pero ahora conocemos bastante mejor esta fulgurante y particular irrupción musical que es Alcalá Norte.

La paternidad de Joy Division sobre nosotros es más sentimental que estilística

¿Cómo os podéis presentar a los lectores de Muzikalia que todavía no os conozcan? ¿Quiénes y qué es Alcalá Norte?

Si eres de Madrid Este, Alcalá Norte es tu nuevo alcalde. Si no eres de Madrid Este, Alcalá Norte es por ahora una banda de música que habla de Madrid Este, de viejos dioses, de desgracias pasadas y de las que están por venir. Pronto seremos imperio, expandiéndonos hacia Aragón siguiendo la A-2. Nos han incluido en la ola Post Punk, debido a nuestros comienzos, pero también hacemos pop noventero y alguna que otra macarrada.

Tengo entendido que el grupo se forma en 2020. Me imagino que sería en plena pandemia, un momento un poco complicado para iniciar una aventura así. ¿Cómo fueron esos primeros meses?

El grupo nace en otoño del 19. El covid nos pilló dándole forma al proyecto, pero con los suficientes ensayos a cuestas (donde tocábamos The Cure, principalmente) como para tener claro que, si no se acababa la civilización, seríamos banda. Durante la pandemia tuvimos la suerte de presenciar el ascenso de Markusiano, lo que nos facilitó enormemente la tarea de encontrar músicos dispuestos a hacer Post Punk en cuanto nos dejaron juntarnos de nuevo en locales de ensayo.

En 2021 publicáis un primer sencillo, «Dr. Kozhev». Un tema en el que mostráis claramente que sois hijos del post punk de gente como Joy Division, ¿cierto? Os tengo que preguntar también si el «Dr. Kozhev» es un personaje real, porque la letra es bastante filosófica y hay un filósofo ruso que se llama así.

El riff principal de esa canción es de nuestro antiguo teclista, Jacobo, quien nos empujaba a un post punk más parecido al de Molchat Doma que al de Joy Division, si bien sea el primero hijo del segundo. La voz de nuestro cantante, engolada por entonces y ahora liberada, es lo que más puede recordar a Joy Division en esa canción. La paternidad de Joy Division sobre nosotros es más sentimental que estilística.

Sí, Kozhev es por Kojève (en su versión afrancesada), que supongo que es a quien te refieres. Por aquel entonces, nuestro cantante no sabía escribir canciones, así que su método de composición consistía en transformar sus apuntes en versos. Lo que cuenta la canción es la interpretación que Kojève hace de la dialéctica del amo y el esclavo que Hegel expone en la sección I del capítulo IV de su Fenomenología del Espíritu. Los expertos consideran que Kojève yerra al considerar este relato como el episodio central de la Fenomenología, y le achacan haber contaminado a toda una generación de pensadores franceses tan distantes entre sí como Raymond Aron y Lacan. A nosotros nos gusta imaginar a Kojève como un agente soviético acelerando la decadencia de Occidente con su labor patrocinadora del libre comercio. Es la única manera de hallarle sentido a tanta incongruencia en un superhumano.

Alcalá Norte foto

Ese mismo 2021 publicáis unas maquetas con un sonido y estilo muy similar. En esas primeras canciones apostáis más por los sintetizadores y la oscuridad, algo que con el tiempo habéis ido puliendo poco a poco, abriendo vuestra música a otras opciones. En 2023 sacáis dos sencillos, «420N» y «No llores, Dr. G», con un sonido bastante diferente uno de otro. ¿Cómo ha evolucionado vuestro estilo en estos últimos tres años?

Las maquetas de las que hablas son anteriores a «Kozhev», del otoño de 2020, por eso «Dr. Kozhev» suena algo mejor. La realidad es que las maquetas contenidas en lo que Spotify recoge como «Maquetas Tempranas» fueron fruto de la prisa por presentarnos al concurso Autoplacer de 2020, donde resultamos finalistas. Jacobo, nuestro teclista por aquel entonces, hizo lo que pudo contra el reloj. Aprendió mucho en el proceso y en sus últimos ratos con nosotros ya producía maquetas de muchísima calidad. La sonoridad fría y oscura la puso él como productor, pues esas canciones siempre las habíamos tocado en directo de otra manera y sonaban más parecido a como ahora suena nuestro álbum.

«No llores, Dr. G», fue la primera canción donde nuestro pop se desplegó, pues hasta entonces apenas había sido anticipado por Escate hasta que me mate. La publicamos en 2023, y la hemos incluido en nuestro álbum, pero fue compuesta en verano de 2021. «420N», por su parte, fue fruto de una tarde de tremenda inspiración de Alma, fugaz teclista de Alcalá Norte que aquel día blandía el bajo, Suneo a los sintes, Carlos Elías a la guitarra y Rivas y Barbosa como poderes ultraterrenales. Recuerdo que el objetivo aquella tarde era “hacer un tema rollito Arteligencia”, así que es más normal que esa canción se parezca más a nuestras primeras maquetas. Esto sucedió a finales de 2022.

Sería deshonesto decir que buscamos sonoridades concretas, porque para ello tendríamos que estar todos de acuerdo a priori

«No llores, Dr. G» me recuerda bastante a La Mode. ¿Son una de vuestras referencias? ¿Qué otras influencias hay en vuestra música aparte del Post Punk oscuro? ¿Tienen razón quienes, recientemente, os han emparentado con el Brit Pop?

No hemos escuchado mucho La Mode pero respetamos enormemente al Zurdo, convencido jüngeriano cuyo fanzine El Corazón del Bosque es lo más parecido a Alcalá Norte que ha sido publicado en España. Tuvimos la suerte de leer alguno de sus artículos cuando todavía estaban en línea, pero debimos haber sido más rápidos, pues fueron borrados. Ahora sabemos que el Zurdo anda metido más bien en la onda jüngeriana de finales de los años veinte y comienzos de los treinta, y eso no nos termina de flipar. Nosotros empatizamos con el Jünger setentero de Eumeswil, que es precisamente el que inspiraba al Zurdo cuando fundó dicho fanzine.

Aquello del Brit Pop ha de ser forzosamente verdad, pues no sólo el Brit Pop sonaba en nuestras casas cuando éramos bebés, sino que los protagonistas del Brit Pop se fijaban en The Stone Roses, a los que más de uno aquí adora. Sin embargo, apenas Juampi (guitarra) y Rivas (voz) coinciden en cuanto a (algunos) gustos musicales. Sería deshonesto decir que buscamos sonoridades concretas, porque para ello tendríamos que estar todos de acuerdo a priori. Lo que más bien sucede es que inconscientemente tocamos algo y, pum, el milagro acontece y a todos nos gusta.

Finalmente, 2024 es el año en el que sacáis vuestro primer álbum. Los primeros adelantos prometen, y os muestran subiendo otro escalón en vuestra evolución. También dan a entender que sufristeis un trauma con la marcha de Cristiano Ronaldo tras la final de Kiev. Contadnos un poco el por qué de esas referencias en varias de las canciones (“Superman”, la aparición de Georgina en “La vida cañón” y sobre todo en el vídeo de “Los chavales”).

Es un hecho que la marcha de Ronaldo dejó trastocado a Rivas. Fueron nueve años de certezas, 450 goles en 438 partidos. Es habitual el shock en rupturas como esta, que sobrevienen en un momento de aparente dulzura (¡tres Copas de Europa consecutivas!). Sin embargo, su mención en Los Chavales es pura coincidencia fonética: Ronaldo rimaba en asonante con la palabra que realmente queríamos usar, y que preferimos no verbalizar por miedo a desencadenar violentas reacciones sobrenaturales. El vídeo justamente ayuda a deshacer el engaño, pero de nuevo se usa a Ronaldo como excusa, esta vez atándolo a su pasado en Manchester como Red Devil. Con respecto a Georgina, de nuevo tiene la mala suerte de rimar con una palabra, esta vez cocaína. El clorhidrato de cocaína te da ganas de hablar, de ser el prota, de demostrar lo elocuente que eres. De que termine el turno de palabra del otro y llegue el tuyo. De ser el prota de tu docu en Netflix.

 

¿Es “Langemarck” una referencia a las divisiones belgas que colaboraban con los nazis? Sería entonces otro guiño, también en lo sonoro, a ese primer post punk atraído por la imaginería de la II Guerra Mundial, lo alemán, lo oscuro… Pienso en Joy Division, pero también en los primeros Gabinete Caligari.

No, no lo es. Esas divisiones comparten referencia con nuestra canción, pues se llaman así en homenaje a la sangrienta batalla de Langemarck, Bélgica, en agosto de 1917. Allí una generación entera de alemanes descubrió que la heroica guerra para la que se alistaron fervorosos no era sino una trituradora mecánica de carne humana. Es posible que esos jóvenes jamás hubieran visto maquinaria semejante emplearse con trozos de bueyes o cerdos. La vieron sin embargo probada con la piel, los huesos y los músculos de sus hermanos y amigos. Ernst Jünger estaba allí y se hizo famoso por contar cómo en Langemarck entendieron él y tantos otros que el mundo era otro, dado el asombroso poder de destrucción técnica que el hombre había despertado. Nos gusta la I Guerra Mundial. En la II vemos una degradación, sobre todo del lado europeo-continental. En Alemania pasamos de las estrellas de Langemarck a los héroes de la guerra civil. Llegan al poder los primeros domadores de humanos, los primeros maestros de la política espectáculo. De Jünger pasamos a Goebbels. En Francia, encontramos a sus élites entregándose cínicamente a Hitler. Generando la ficción de que un ejército de otra época podría vencer a los espabiladísimos hermanos pequeños de los soldados prusianos que murieron en Langemarck. A la II Guerra le dedicamos «No llores, Dr G», un monumento al cobarde.

Vuestras letras se salen de lo común y de lo obvio, es evidente. Están las que ya hemos mencionado, pero también «El Rey de los Judíos» o «Westminster». ¿Qué nos podéis contar sobre esas dos canciones, y sobre lo que os inspira para crear las letras de vuestros temas?

«El Rey de los Judíos» fue un divertido experimento lírico. Usamos la voz de Lucas, de La Paloma, para contar otra película diferente, respetando al máximo la elección de léxico y rimas de la canción original, «Cosquilleo». Nos basamos principalmente en el Evangelio de Juan, pero también hay elementos de otros evangelistas, como el momento en que el velo del santuario se rasga al expirar el Cristo. Rivas aprendió mucho retorciendo el Cosquilleo, y algunas de sus métricas posteriores no se explican sin ese trato con La Paloma.

«Westminster» es otra movida. Es puro Alcalá Norte, Synth Doom de Ciudali. Una canción antigua, donde Pedro, bajista en aquel entonces, pasaba a los mandos de un loquísimo teclado para las frecuencias bajas. El propio Pedro, junto con nuestro productor Pablo Fergus, diseñó el sonido final de ese sintético bajo que suena en el álbum. Allí nos reímos de un desquiciado calvinista que se cree más listo que sus amos. Lo que el prota de la canción dice demuestra que no es capaz de salir del círculo vicioso en que le mete Calvino y su propia mente fantasiosa. Al tío se le presenta la oportunidad de consultar el decreto secreto de Dios, esto es, de saber si a su muerte física le espera la vida eterna o la caída a los infiernos. Pero no quiere saberlo; se niega a leer el veredicto. Si leyera que se va a salvar, sabe que dejaría de pecar. Que se entregaría al goce extático, sabiéndose conectado a Dios y al bien, y viraría un eremita de la Tebaida, viviendo en lo alto de una columna, comiendo y bebiendo lo justo, contemplando, sintiendo a Dios en sí mismo. El tío concibe así el goce supremo, es evidente, pero su conciencia dubitativa –es el puto Calvino el que le dice que nada le hará estar seguro de haber sido escogido por Dios– termina alejándole del Dios que tanto anhela. Por el contrario, si leyera que la salvación no es para él, el protagonista de Westminster sospecha que las tías dejarían de ponerle caliente y el vino dejaría de llamarlo a su encuentro. Es decir, confiesa que el gustirrinín del pecado lo halla en traicionar a Dios, en mostrarse rebelde, en hacer sufrir a su padre. Es un cagao y un enfermo.

 

Dado lo que hemos hablado sobre las letras, me gustaría saber cómo componéis las canciones, si primero pensáis en un concepto y desarrolláis la letra, si arrancáis con una melodía vocal, un estribillo pegadizo… Si tenéis un método, vaya, o si cada canción tiene su propia historia.

Cada canción es diferente. A veces las canciones nacen hechas. «420N» empezó a ser producida para su versión final la noche del día en que la inventamos entera en el ensayo. En apenas dos o tres sesiones de estudio quedó lista para su mezcla final. «La calle Elfo», por su parte, implicó desarrollar un concepto para acompañar a un estribillo que entendíamos definitivo desde el comienzo. Aquí mandó la melodía vocal; una vez se halló, lo demás cayó por su propio peso. Pero «La calle Elfo» está compuesta de tantas capas, y tan ligeras, que el tema se demoró unos dos años en estar listo. «La Vida Cañón», por ejemplo, nació hecha (a nuestros oídos). Luego entró el Doctor Rock en escena, Carlos Elías, y en apenas otra sesión le dimos la vuelta y la reconcebimos. El «Dr G» nació en un día como letra, melodía vocal y estructura, y luego esperó pacientemente a que el genial rasgueo de Pedro García Buisán la vistiese como merecía.

Anunciasteis concierto de presentación en El Sótano (Madrid), y poco después tuvisteis que añadir una segunda fecha. Una gran noticia, y me imagino que también una sorpresa dado que ni siquiera había salido el disco. ¿Cómo son vuestros conciertos?

Estamos muy contentos con la acogida de nuestras fechas en El Sótano. Deseamos que lleguen ya mismo. Estamos preparándonos duramente para ello; estaremos en mejor forma que nunca. Al Sótano iremos con nuestro teatro, nuestro culto al azar y nuestros obsequios. Haremos desfilar a nuestros históricos personajes y celebraremos todos la gloria de la Gran Ciudad Lineal.

 

Alcalá Norte estarán presentando su disco en El Sótano (Madrid). Serán dos fechas: la primera el viernes 26 de abril, con las entradas agotadas y lista de espera; la segunda, el domingo 28 de abril con entradas todavía disponibles en este enlace

 

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