Libro: Miki Berenyi – Cruzando los dedos (Contra)
En ocasiones conviene alejar la lupa de los protagonistas principales para adquirir una perspectiva diferente –puede que incluso más global y completa–, acerca de cómo fueron aquellos acontecimientos asociados a una época contada con anterioridad una y mil veces. En este caso, el foco apunta a los noventa; a los tiempos del dream-pop, el shoegaze, y el britpop; y a una década lustrosa para la música, por su riqueza artística y también por lo exitoso de la industria en sí misma. Lush fueron coetáneos de Blur, My Bloody Valentine, Suede o Pulp, bastiones británicos de la época y bandas sobre las que han corrido ríos de tinta. El grupo formado de inicio por Miki Berenyi y Emma Anderson junto a Steve Rippon y Chris Acland fue una banda interesante que dejó discos tan atractivos como Split (4AD, 94), bien considerada y amparada por el sello 4AD, pero en términos de popularidad se quedaron muy lejos de cualquiera de esos nombres.
Un posicionamiento en otro plano que legitima el interés acerca de aquello que tenga que contar Miki Berenyi –la que fuera cantante, guitarrista y co-compositora del grupo–, vertiendo su valioso punto de vista en estas 360 páginas de memorias. Sobre todo, teniendo en cuenta que la británica de ascendencia japonesa-húngara apuesta en Cruzando los dedos (Contra, 24) por un trazo honesto y clarividente, que señala a aquella escena con la perspectiva, por entonces no tan habitual, de una mujer inmersa en una escena como la del rock, atenazada bajo el yugo masculino. Un escollo adicional a sumar a los enfrentamientos con Emma Anderson, su análoga en el grupo, o el dramático suicidio en 1996 del batería Chris Acland. Todo esto acontece, en realidad, a lo largo y ancho de la segunda mitad del libro.
Porque, en su primera mitad, la música no pasa de elemento tangencial que deja alguna pista acerca por dónde irían los tiros años después. Los primeros veinte capítulos de la referencia resultan una arrasadora lectura acerca de los orígenes de la autora, repartidos entre un auténtico vaivén de ciudades y mecidos por un padre mujeriego, una madre actriz y modelo, varios padrastros y una abuela a todas luces perturbada. El despertar a la adolescencia, abusos sexuales, tendencias autodestructivas y bullying (un acoso escolar que por entonces ni tenía nombre ni se perseguía), son algunos de los hechos abiertos en canal y expuestos sin tapujos en este emotivo relato. El resultado, en definitiva, de una vívida narrativa, desarrollada con (no menos estremecedora) naturalidad en contraste con esa intensidad que salpica toda la referencia.
Ese parece ser a todas luces el objetivo (consensuado) de Miki Berenyi en cualquier momento del tomo en cuestión. Porque ¿qué sentido tendría escribir un libro como este velando partes y dejando posibles explicaciones en el tintero o secuencias sin conectar? Acercarse a un título tan sincero como es Cruzando los dedos implica derivar en una lectura magnética, esclarecedora y empática. Un paseo cronológico de la mano de la artista por su propia vida, que vio la luz en origen hace un par de años –con el título de Fingers Crossed: How Music Saved Me From Succes (Nine Eight Books, 22)– y que ahora la editorial catalana Contra ha tenido a bien sumar a su catálogo, adornando el libro (por si fuera poco) con una preciosa portada. En efecto, Miki Berenyi tenía mucho que contar. Muchísimo. Y el resultado es un libro adictivo de los que cuesta soltar. Aunque no hayas escuchado una canción de Lush en toda la vida.
Puedes comprar el libro de Miki Berenyi – Cruzando los dedos (Contra) en la web de su editorial.