Hablamos con la banda granadina Dolorosa

Raúl Bernal (bajo su alias artístico, Jean Paul, ha grabado discos en solitario, ha tocado en la banda de Loquillo y gira habitualmente con José Ignacio Lapido, amén de otros proyectos musicales y literarios) y Natalia Muñoz son el núcleo creativo y los portavoces de Dolorosa, una banda diferente, apegada a la tradición mediterránea y con la delicadeza y la capacidad de observación como valores principales. Seguramente a muchos de los que lean esta entrevista ya les parecerán una verdadera joya del reciente pop español, pero para quienes aún no los conozcan puede que se conviertan en una nueva y bendita adicción. En Granada, su ciudad, ya han roto moldes con solo un par de discos y EPs publicados. Con el último salen en breve a la carretera para que sus sueños y los nuestros estén un poco más cerca de cumplirse.

«Componer canciones o escribir literatura es una necesidad»

Llegados a este punto de publicar el segundo disco largo, seguís siendo una de las propuestas más frescas, si no la que más, salida de la capital granadina en los últimos años. ¿Cómo ha progresado la banda y su forma de entender la música en el lustro transcurrido desde vuestra formación?

Raúl: Pues no ha cambiado gran cosa, seguimos en esto exactamente por lo mismo por lo que empezamos, las canciones. Si algo ha marcado una diferencia es que ahora somos más y mejores. Ha entrado Carlos en la banda, tenemos una oficina, Candehu, que es amor puro, está Pablo de Promociones Sin Fronteras, tenemos amigos que han aportado su talento en Dolorosa, estamos felices y con ganas de todo. Tenemos un disco muy deseado por todos y estamos en un buen momento personal y profesional, somos afortunados y lo sabemos.

Salís reforzados con estas canciones de un período tormentoso en las relaciones dentro del grupo. ¿Llegasteis a estar a punto de la disolución?

Natalia: Nunca hemos tenido problemas personales entre nosotros, las relaciones perjudiciales venían de fuera del grupo, pero claro eso afecta cuando son demasiado tormentosas. No todo ha sido malo, ha habido muchos cambios, algunos de ellos han sido padres, han encontrado el amor o incluso estabilidad laboral… Creo que ahora mismo todos nos encontramos en un buen momento.

Raúl: Lo cierto es que los lazos afectivos entre nosotros son muy fuertes y nada ha podido con ello. Lo hemos pasado regular en ciertos momentos y lo peor es que no era por nosotros. Nos queremos mucho y eso ha ganado a todo lo demás.

Contar con un letrista de las prestaciones de Raúl Bernal, reconocido poeta y escritor, es un plus al escuchar las historias que se cuentan en las canciones. Por cierto, ahora suenan mucho más hacia adentro, más personales y más metidas en los propios sentimientos.

Raúl: Gracias por los piropos. Siempre intento ser más puro y sencillo en las letras pero sin perder el poso poético, a veces cuesta y es difícil, hay una delgada línea entre lo vulgar y lo poético. Muchas de estas canciones están compuestas durante una gran vorágine de sentimientos raros y fueron de alguna manera una cura para el alma que salieran a flote. Componer canciones o escribir literatura es una necesidad, hay que estar siempre presente en la tinta y tienes que sangrar y llorar y ser fuerte para escribir ciertas cosas. Hay que escribir de verdad, ese es mi empeño diario.

La voz y la forma de cantar de Natalia cuenta mucho, porque en otra boca lo que cuenta y cómo lo cuenta sonaría totalmente distinto.

Natalia: Pues sí, esa es mi peculiaridad. Mi manera de cantar es dulce y melancólica, puedo expresar un mensaje más duro o alegre pero siempre transmito esa nostalgia; incluso tocando yo sola en casa versiones de otros grupos intento darles otra intención pero siempre me sale así, no lo puedo evitar, todo lo que hago suena a Dolorosa.

Os desmarcáis del pop hecho en Granada, y casi en España en general, por esa tendencia italianizante, un gusto exquisito por la melodía y la agradable melancolía de letras y música. ¿Es la vuestra una personalidad diferente?

Raúl: Tenemos cierta querencia por la música mediterránea y popular. Estas músicas son aparentemente músicas sencillas pero se componen de verdaderas joyas en cuanto a melodías y sí, en la música popular hay mucho dolor y melancolía, pero es música que te revive el alma y le da fuerzas al desvalido. Al final lo que nosotros queremos hacer desde siempre es música que pueda definirse como “popular”, si nos estamos acercando es porque lo estamos haciendo más o menos bien. ¿Es la nuestra una personalidad diferente? Es probable, siempre hemos sido bichos raros en la sociedad, casi desde pequeños. Tenemos unos valores a los que la amplia mayoría de la sociedad no les hace ni caso, preferimos pasar los días cantando canciones que ganando dinero especulando, engañando o mintiendo. Somos diferentes, sí, para todo, en cada minuto del día.

La presencia y el espíritu de vuestra ciudad, única en muchos aspectos, se refleja en algunos temas como “Cobertizo y Faltriquera”, sendos nombres de calles, y en la producción, realizada íntegramente en varios estudios locales. ¿Otra seña de identidad?

Natalia: Esa canción precisamente habla del Realejo, uno de los barrios históricos de la ciudad y en el que todos hemos vivido en algún momento. Va relatando el camino desde Mariana Pineda, he comprado una barra de pan en el mítico kiosco de la plaza, continúa por la calle San Matías por la que pasan todas las procesiones en Granada. La letra está llena de pequeños guiños a la ciudad que solo puedes entenderlos con socarronería si eres de aquí. Lo que me parece magistral de esta canción es que Raúl haya conseguido meter una canción dentro de otra, porque los coros que van cantando ellos “Qué bueno es el saber que el sol está brillando…” son de la adaptación que hicieron Los Ángeles al castellano de «98.6».

Con Un Gran Presentimiento los planteamientos de la banda quedan definitivamente asentados, pero si tuviéramos que elegir un tema como ejemplo de vuestro sonido ese sería “Que solo lo sepa yo”. Una verdadera maravilla de pop con mucha clase.

Natalia: Es una de mis favoritas del disco. Me fascina la manera de escribir de Raúl porque “Que solo lo sepa yo” es como una copla clásica andaluza, pero actualizada de tal manera que yo me siento cómoda cantándola. Las letras de las coplas son machistas, hablan sobre la sumisión de la mujer e incluso hablan abiertamente sobre la violencia, los celos…. En fin. Raúl ha escrito una letra sobre vivir el amor con dignidad, recuperarse de un amor tóxico y seguir adelante. Esa idea del amor romántico en el que merece la pena morir por tu amado es muy del siglo XIX, además nos hace flaco favor a las mujeres, hay que eliminarlo de nuestro día a día.

Los que crean que no tenéis melodías o estribillos inmediatos es que no han escuchado con atención. Aquí también hay unos cuantos.

Raúl: Creo que existe una hábil diferencia en nuestra forma de hacer canciones. Para nosotros una canción es un todo, jamás perseguimos el estribillo como un fin. Las estrofas son muy importantes y tienen que tener el valor merecido y los estribillos también. Huimos de lo que yo llamo “anestesistas de cerebros” que son esos estribillos que se repiten mil veces en una canción y que la estrofa sirve meramente como una anécdota. Si te fijas en la gran mayoría de nuestros estribillos cambiamos algo, una palabra, una frase, un giro melódico… Si lo hacemos así es porque la canción ha decidido que sea así, no nosotros por una técnica de marketing que desconocemos. No nos importa que la gente tenga que memorizar una nueva frase, nos dan grima los estribillos de “oh, oh, oh, oh, etc…”. Hacemos canciones para gente que está viva y piensa. Si el estribillo es directo es porque la estrofa también lo es y ambas cosas funcionan por sí solas.

¿Por qué creéis que a veces se escriba sobre vosotros refiriéndose a esa cosa tan extraña de “pop adulto”? ¿Hay una música hecha para adolescentes y otra para gente mayor?

Raúl: Bueno, yo desde hace muchos años intenté desprenderme de todos los prejuicios que pudiera tener con la música y aún me quedan unos cuantos. Lo mejor de la música es disfrutarla sin obstáculos y si es posible, que no seas tú mismo quien se los pone. Que se hable de “pop adulto” es un halago, es un adjetivo que define nuestra visión amplia del género “pop”. Queremos disfrutar al máximo de las canciones y no ponemos barreras a nada que haga que esa canción sea más disfrutable aún por nosotros. No tenemos prejuicios, jugamos más, nos reímos más y hacemos más fiestas que entierros. Eso es “pop adulto” independientemente de quien sea el receptor. Al final es no tener miedo y no ponerte barreras.

En Lo Que Queda De Mundo, el fantástico EP que precede a este álbum, le poníais música a un poema de Jorge Riechmann, “Mil cosas que hay que comprender antes de morir”, y lo titulasteis “El capitalismo”. Como dejando claro que la vida, en cualquiera de sus manifestaciones, debe ser siempre el motor básico de inspiración.

Raúl: Jorge es uno de los poetas más importantes de nuestro tiempo. Para mí es un salvavidas y todo un referente. Siempre nos gusta saldar deudas con los artistas que nos hacen o nos han hecho muy felices. Jorge es uno de ellos, tiene que ser más popular (en el buen sentido), la gente debe conocerlo, él puede salvar este puto mundo y nadie lo sabe. Hemos adaptado dos poemas suyos, en nuestro primer EP hicimos “No te olvides de vivir (decía Goethe)”, canción basada en su poema “Mil cosas que hay que comprender antes de morir” y en Lo que Queda De Mundo, nuestro segundo EP, adaptamos “El capitalismo”. Tenemos la suerte de conocerlo y de haber pasado unas horas de charla a su lado, es de otro planeta. Debéis saberlo todos, Jorge Riechmann es el único que puede salvarnos del desastre magnánimo.

También se intuyen historias inspiradas por el deseo de ser otra cosa de una generación que no sabe a dónde va, o la impotencia ante el final de una etapa de la vida en la que se supone que debes cumplir todos tus sueños. “Biografías” es bastante ilustrativa al respecto.

Natalia: Nuestra generación se siente así. Andamos perdidos en un limbo existencial, no tenemos seguridad laboral, vivimos con el miedo de si cotizaremos los años necesarios para cobrar la jubilación. ¿Habrá jubilación? Tenemos la presión de ir cumpliendo las mismas etapas vitales de nuestros padres y nos comparamos con ellos: “pues mis padres con mi edad ya habían hecho esto y lo otro”, pero la verdad es que vivimos en un mundo totalmente diferente. Esto siempre pasa con las generaciones que son el nexo de unión para una sociedad nueva, mejor o peor ya lo veremos, pero espero que seamos más libres.

Raúl: Es una canción que habla sobre el supuesto fin de la juventud. Nuestra generación vive como un chaval de veinte años, en la más absoluta incertidumbre. Además somos una generación que se aferra a los sueños con mucha fuerza y no decae jamás. Seremos eternamente jóvenes.

Nuestra generación anda perdida en un limbo existencial

Estas canciones tienen todas las trazas de convertirse en el mapa emocional precisamente de eso, de quienes rondan una edad complicada, rozando la verdadera madurez. ¿Es el reflejo de lo que quiere decir ese gran (y buen) presentimiento del título?

Raúl: Sin pretenderlo nos hemos convertido en una banda que narra el estado emocional de nuestra generación. El fin de la juventud, la inestabilidad económica, la descendencia, cumplir tus sueños, el exilio, empezar de cero con veinticinco años o con cuarenta… Somos una generación muy jodida por las instituciones y por el gobierno central, pero somos luchadores y muy fuertes y ya no peleamos por tener más estabilidad económica o un trabajo mejor, peleamos por cumplir sueños, hemos comprendido que eso es lo único que nos queda y lo único que nos vamos a llevar cuando nos incineren o empiecen a fusilarnos. Luchamos para ser felices, ese es nuestro dinero, la felicidad. Luchamos para tener una vida más bonita y nos matamos a trabajar por ello y una vida bonita es vivir feliz con la satisfacción de no haber perecido en el intento de cumplir tu sueño, de que al final puedas ser quien tú quieres ser. Yo soy padre y la mayor herencia que deje será saber que mi hijo ha vivido con un padre feliz que ha hecho todo lo posible por sentirse realizado, eso es de lo poco que le puedo enseñar, el mayor fracaso será que piense alguna vez que abandoné los sueños en la batalla. Todos tenemos un gran presentimiento y sabemos que la lucha es dura pero lo conseguiremos, somos muy fuertes.

Ojalá una banda como Dolorosa nos dure mucho tiempo, no parece que haya muchas de estas características y con un estilo tan marcado. ¿Hay buenos augurios para el futuro?

Raúl: Tenemos todo lo que necesitamos para labrarnos un camino bonito y a nuestra medida. Vamos a salir a la carretera a presentar este disco con toda la ilusión del mundo, vamos a cantarle a la gente y vamos a ser cada vez más, al final seremos un gran número de militantes y ganaremos a los malos. Esa es nuestra cruzada. Así que empezamos a reclutar en Madrid el día 18 de octubre en la sala Costello, el 17 de noviembre en el Ambigú Axerquía de Córdoba y el 22 de noviembre en el Teatro Alhambra de Granada. Nos vemos allí. ¡Salud!

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