La música en streaming contra el vinilo, las dos tendencias del siglo XXI
La industria musical del siglo XXI está viendo el surgimiento del streaming digital como el formato más usado para escuchar música… y al mismo tiempo, el resurgimiento del vinilo como un formato físico de culto. Dos tendencias claramente opuestas, pero que revelan mucho sobre la evolución de la música y las preferencias de los oyentes.
La revolución digital de la música
El streaming ha llegado para quedarse, y las cifras así lo demuestran. Spotify, Apple Music, Tidal… han dado acceso a millones de canciones, permitiendo a los usuarios llevar consigo sus bibliotecas musicales en un solo dispositivo conectado a la red. La accesibilidad ha hecho que el streaming se convierta en la opción preferente para la mayoría.
La clave del éxito de estas plataformas es su conveniencia. Con modelos freemium, en los que el pago de la suscripción solo elimina la publicidad y da algunas funciones extra, los usuarios pueden escuchar música, descubrir artistas y crear sus propias listas. Ya no requieren de un portador de CDs gigantesco o una mochila: todo está al alcance de la mano.
Estas propias plataformas también están aprendiendo de los hábitos de consumo de los usuarios. Al igual que en el casino, los servicios de música en streaming están aplicando algoritmos para recomendar a sus usuarios nuevas canciones y grupos analizando sus hábitos de escucha, permitiendo a los oyentes descubrir música nueva de manera eficiente.
El streaming también está cambiando la industria musical desde el punto de vista económico. Los artistas reciben menores ingresos por reproducción en comparación con las ventas físicas, pero ahora obtienen un alcance global, mientras que en muchas ocasiones no conseguían éxito fuera de las fronteras de su país.
El poder de la nostalgia
La fuerza del streaming, sin embargo, también ha traído a los reaccionarios contra el cambio y… ¿qué hay más clásico que el vinilo? Desde los años ochenta, los vinilos no conseguían las ventas de hoy en día. La búsqueda de autenticidad y calidad sonora que se obtiene de este formato es algo que jamás se podrá lograr en la era digital de otra manera.
Los puristas aprecian la experiencia auditiva que puede ofrecer el vinilo. Es un sonido cálido y analógico, con sus imperfecciones, algo muy valorado por quienes buscan una conexión más profunda con la música. Además, el acto de poner un disco en un tocadiscos, ver la aguja caer y escuchar el crujido característico aporta una dimensión ritualista que no se encuentra en el simple clic de una canción en una app. Es lo mismo que vemos en el caso de la industria del casino: jugar a la ruleta online puede ser más conveniente y tiene un acceso más sencillo, pero no es la misma experiencia que en el establecimiento físico en sí.
El coleccionismo también tiene una parte de culpa en el ave fénix que es el vinilo. En un mundo donde cada vez tenemos menos y nos suscribimos a más cosas, poder tener los vinilos en casa es un cambio muy importante de esa tendencia.