Mayte Martín (Palau de la Música Catalana) Barcelona 23/05/24

En un momento de la actuación Mayte Martín se dirigió al público para decir que esa noche jugaba en casa, y eso era tener ventaja. Y es que a la cantante y compositora catalana se la quiere mucho en Barcelona, y el público se mostró entregado en todo momento en su recital en el Palau para presentar su espectáculo «Tatuajes», que es un sentido homenaje a muchos de los artistas que Mayte Martín adora, y que ha servido de hilo conductor para su último disco titulado de la misma forma, y editado por Nuevos Medios este año.

Un Palau de la Música expectante recibió con aplausos entusiastas a una banda de acompañamiento extraordinaria: Nelsa Baró (piano), Guillermo Prats (contrabajo), Vicens Soler (batería), y a una Mayte Martín con atuendo negro como nos tiene acostumbrados. Sentada en una pequeña silla, y bien agarrada al micro como su único salvavidas, empezaron los compases de «Gracias a la vida» de Violeta Parra con unas florituras y elegancia al piano de Baró que fue una de las grandes protagonistas también de la noche.

Cada canción fue presentada por Martín, que en cada momento buscó la complicidad de su público. Porque la autora de «Vidalita» es una artista anclada en un romanticismo y en una forma de entender el oficio que genera adhesiones inquebrantables. Y el repaso de Tatuajes siguió con arreglos que fluctuaban entre la tradición de música de cámara, el teatro cantante, y el toque jazzístico alejado de los empalagosos arreglos a lo Javier Limón. Las lecturas de «Lucia» (Joan Manel Serrat), «Te Recuerdo Amanda» (Víctor Jara), o la grandiosa «Alfonsina y el Mar» (Félix Luna y Ariel Ramírez) sonaron pasionales a través de la voz clara y embriagadora de nuestra artista.

Otros momentos potentes de este magnífico concierto fueron las versiones de Manuel Alejandro que no aparecen en el nuevo disco: «Procuro Olvidarte» y «A Que no te vas» son interminables, y «Lía» (José María Cano) susurrada desde el público. Tocaba la despedida, pero el auditorio pedía más. Una fan desde la grada pidió «Paraules d’Amor» de Serrat y la improvisaron al piano, mientras que para el final sonó una estupenda versión de «La Bien Pagá» (Ramón Perelló y Juan Mostazó) que fue la guinda a una tarde-noche inolvidable.

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