Protomartyr – Formal Growth In The Desert (Domino / Music As Usual)

Si eres de las que han sentido la sacudida de este nuevo post-punk con importante peso en Gran Bretaña e Irlanda, sabes que desde hace casi dos décadas Protomartyr también están ahí para darte tu ración de furia necesaria desde el otro lado del Atlántico y de hecho, son una reconocida influencia para muchos de ellos. El cuarteto de Detroit vuelven con su sexto trabajo, obra de sanación cuyo líder Joey Casey describe como un testamento de doce canciones para «seguir adelante con la vida», incluso cuando parece difícil. Durante su gestación perdió a su madre, que padeció Alzheimer durante década y media, pero este no es el eje principal de Formal Growth In The Desert, en el que también se habla del paso del tiempo, se critica el capitalismo o como en esas baldosas por las que aparece un brote, se abre paso el amor.

Ese desierto de su título no hace referencia a ese Sonic Ranch en Tornillo, Texas donde fue grabado, es más que una metáfora más centrada en esos desiertos emocionales, en los que todo parece carecer de vida, pero es necesario buscar la felicidad y avanzar. Para transmitirlo recurren a su personal energía punk con guitarras ruidosas y solos de bajo llenos de distorsión, aunque también hay momentos más sutiles como la inclusión del pedal steel. Estamos ante una entrega expansiva en todos los sentidos, en la que su distintiva melancolía adquiere aires casi cinematográficos de la mano del guitarrista y coproductor Greg Ahee que convierte cada una de sus composiciones en un vehículo expresivo hecho a medida del brillante letrista Joey Casey.

Ahí están las urgentes «For Tomorrow» y «3800 Tigers»,  la atmosférica «Graft Vs Host», una «Make Way», que invita a mirar hacia adelante y a no dejar que el dolor arruine el día o «Elimination Dances», haciendo referencia a ese «juego de la silla» para abordar la lucha por sobrevivir. Piezas que contrastan con «Fun in Hi Skool» y «The Author», en las que se habla de la lucha contra el paso del tiempo y las pérdidas personales de manera contundente. Sin olvidar una «Polacrilex Kid» sobre el autodesprecio y la indagación sobre si uno puede odiarse a sí mismo y aún merecer amor; notas discordantes respecto de esa «Rain Garden», el final más cercano a una nota feliz que Protomartyr ha logrado nunca.

Un disco extraño y emotivo, pero esperanzador.

Escucha Protomartyr – Formal Growth In The Desert

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