Entrevistamos a Steve Kilbey de The Church

Tal como contamos en la reseña del mismo publicada el pasado marzo, The Hypnogogue supone, no ya un regreso triunfal de The Church (nunca se han ido), sino más bien una de sus cimas creativas. Capaz de traer a la mente sus épocas más pop con canciones como “C’est la vie” es, sin embargo, un trabajo complejo y conceptual que navega en aguas psicodélicas y progresivas sin necesidad de caer en lo pretencioso y observando el formato de composiciones mayúsculas que siempre ha formado parte de la idiosincrasia de una de las bandas rock más legendarias de Australia y, por qué no, del mundo.

En The Church hay muchísimo más que “Under the milky way”, una canción que, aunque fue la que más les ha dado a conocer, no representa en absoluto una discografía vastísima que merece totalmente la pena explorar. Están, además, de gira de presentación del disco con una formación muy sólida que llegará el próximo septiembre a Visor Fest (entradas aquí). Viven, en definitiva, un momento pletórico.

De todo esto hablamos con uno de los personajes más interesantes que uno pueda conocer en este mundillo. El líder, principal compositor y alma de The Church, Steve Kilbey.

“No me considero un artista de los ochenta”

Parece que la acogida de este nuevo álbum ha sido muy positiva. ¿Qué opinas al respecto?

Creo que este álbum es uno de nuestros mejores, si no el mejor. Me siento muy aliviado y feliz de que los críticos de este mundo piensen lo mismo.

The Hypnogogue, en nuestra opinión, recupera un poco la esencia de vuestros primeros álbumes en cuanto a melodías y guitarras, pero sigue siendo un paso adelante. ¿Crees que ese ha sido el secreto para mantener la banda unida durante tantos años, el mirar siempre hacia adelante?

Sí. Aunque no escucho mucho aquí de los primeros discos. Pero no puedo ser objetivo, ¿verdad?

Obviamente, mirar hacia delante no os impide recuperar gran parte de vuestros clásicos de los ochenta en los directos. ¿Es algo que hacéis porque sentís que se lo debéis a vuestros fans o porque todavía os emociona tocar esas canciones desde la perspectiva que os ha dado el tiempo?

Las dos cosas. Tenemos un enorme catálogo de música y debemos intentar representarlo cuando tocamos en directo. Además, la mayoría de las canciones antiguas que tocamos me siguen gustando y creo que merecen ser interpretadas.

 

The Hypnogogue se configura como vuestro primer álbum conceptual, vuestro primer álbum como quinteto y vuestro primer álbum en mucho tiempo sin vuestro guitarrista original Peter Koppes. Muchas primeras veces, quizá. ¿Sentís que el proceso de creación del álbum ha sido como una especie de renacimiento para la banda?

Es un renacimiento, sí. He vuelto a ser el productor y el principal responsable. Hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Con la marcha de Peter Koppes, ahora eres el único miembro original de la banda y el más veterano junto con el batería Tim Powles, que lleva con vosotros desde 1995, pero a juzgar por lo que se escucha en The Hypnogogue, la esencia del sonido de la banda permanece intacta. No ha debido de ser fácil. ¿Puedes explicar cuál cree que es el secreto?

Siento tener que decir esto, pero The Church siempre sonará como The Church, independientemente de quién toque la guitarra, porque yo siempre he sido el principal compositor y la fuerza motriz. Sin embargo, la formación actual es la más unida que hemos tenido nunca. Y ha sido esa unión la que ha hecho que este disco sea tan bueno. Todos han trabajado juntos. Como un equipo de fútbol, gente que trabaja unida, no un puñado de tíos que quieren hacer lo que les da la gana. ¡Trabajo en equipo!

En relación a esto parece que los nuevos miembros (Jeffrey Cain y Ashley Naylor) aportan frescura sin perder un ápice de vuestra identidad, como decíamos antes. ¿Qué tal se han adaptado no sólo a las nuevas composiciones, sino también a tocar en directo canciones antiguas?

Estos chicos son increíbles tanto con las canciones nuevas como con las antiguas. Quieren estar en esta banda y yo también. Los músicos anteriores parecían haber perdido el interés por formar parte de una banda. Lo cual es comprensible después de tanto tiempo.

El nuevo álbum es conceptual. Su título viene del estado hipnagógico, una alucinación visual, auditiva o táctil que se produce justo antes del inicio del sueño. De este modo construyes una historia sobre alguien del futuro que inventa una forma de componer música a través de eso. Y es curioso porque siempre he pensado que la música de The Church tiene mucho que ver con los sueños. ¿Puedes contarnos algo más sobre el concepto o el argumento de The Hypnogogue y cómo surgió?

Surgió muy poco a poco. No fue una idea repentina, sino un vago pensamiento que fue tomando forma muy lentamente. Incluso me llevó un tiempo darme cuenta de lo que estábamos haciendo. Y convencerme a mí mismo y a los demás de lo que estábamos haciendo. Porque los álbumes conceptuales pueden tener mala reputación. Y sin embargo, ¡tenía que ser así!

 

En cuatro décadas de existencia, habéis conseguido reunir una vasta discografía. Nada menos que 26 álbumes. ¿Podrías destacar los tres que consideras más representativos de la trayectoria de la banda y decirnos por qué?

Priest = Aura . nuestra primera verdadera obra maestra . En el que por fin todo encajó.

Untitled 23 . Un disco muy infravalorado. Pero las canciones y el sonido son preciosos.

Y por supuesto The Hypnogogue. Como tú dices, ¡un renacimiento!

Tienes bastantes proyectos paralelos fuera de The Church, colaborando con otros músicos. Me gustaría centrarme en uno en particular: tu trabajo con uno de los músicos más legendarios de Australia, Grant McLennan, junto al que diste forma a Jack Frost y que desgraciadamente falleció hace unos años y, además, era amigo tuyo. ¿Qué destacarías de aquella experiencia y qué echas de menos de Grant?

Grant y yo nos hicimos muy amigos y aprendimos mucho el uno del otro grabando aquellos discos. Grant no podía creer cómo yo utilizaba el estudio para crear música y yo no podía creer cómo él podía coger una guitarra y empezar a cantar una canción que escribía sobre la marcha. Era muy divertido y nos reíamos mucho. Nos encantaba grabar esos discos. Y era un alivio divertirse haciendo un disco, porque The Church había dejado de ser una banda divertida a esas alturas.

A veces has hablado de tus adicciones pasadas y de cómo intentabas transmitir en tus canciones las sensaciones que te producían las drogas. Teniendo en cuenta que tu material actual es bastante psicodélico, ¿sigues utilizando todas esas sensaciones para componer, aunque ya no consumas drogas?

Sigo fumando marihuana, ¡ja, ja! Siempre utilizo la marihuana para crear música y supongo que siempre lo haré. Ya no puedo consumir otras drogas, pero siempre intentaré invocar opiáceos y psicodélicos con mi música, aunque ya no necesito tomarlas. Siempre recordaré las sensaciones y las seguiré plasmando en mis canciones. Para que la gente pueda sentir lo que es el ácido y la heroína sin tener que tomarlos.

¿Escuchas a nuevos artistas? ¿Hay algún grupo joven que te atraiga especialmente?

Siento decir que ya no escucho mucho material nuevo. Me encanta Sigur Ros, pero no son nada novedoso.

En los últimos años, la lista de artistas australianos con gran éxito e influencia en el mundo del pop alternativo es larga (Tame Impala, King Gizzard, Avalanches…). ¿Se siente un poco padrino de toda esa escena?

No, no me siento así. No me escucho en nada de eso, aunque me gusta y respeto a la gente que mencionas.

 

En los últimos tiempos, han surgido no pocos festivales cuyo cartel está formado íntegramente por bandas que tuvieron éxito en los 80 y 90. ¿Qué opina de la nostalgia? ¿Cree que se ha convertido en una fuerza motriz para la supervivencia de la industria de la música pop?

No me gusta la nostalgia en sí, pero si es capaz de mantener el negocio de la música, supongo que tengo que aceptarlo. Tampoco me considero un artista de los ochenta, he seguido creando buena música nueva, a diferencia de otros grupos que sí que se quedaron anclados en aquella década.

¿Hay algo de lo que te arrepientas de todo lo que ha pasado en estas cuatro décadas de existencia de The Church?

Por supuesto que sí. Hay tantas cosas de las que me arrepiento. Cometí tantos errores de tantas maneras… ¡Ojalá hubiera sabido entonces lo que sé ahora! Por ejemplo: ¡no te conviertas en un drogadicto! Y sé siempre amable con todo el mundo.

Hay bastantes artistas de su generación que siguen en una forma envidiable. ¿Cuál es el secreto para mantener este tipo de sonido tan actual?

Amar lo que haces. ¡Y no beber demasiado alcohol, ni convertirse en drogadicto! Pero el amor es la razón más importante de todo.

¿Qué recuerdas de vuestras visitas a España? Siempre habéis tenido una fiel legión de seguidores.

España siempre se portó muy muy bien con nosotros. Nuestros primeros conciertos allí… ¡el público se volvió loco! Volveremos pronto.

¿Qué podemos esperar de esta nueva gira?

Pasión. Musicalidad. Espectáculos largos… ¡casi 3 horas!

Por último, tengo curiosidad por conocer el método de trabajo de un artista de larga trayectoria como tú. ¿Cuál es tu método de composición? ¿Qué opinas de músicos como Nick Cave, que establecen un horario para encontrar la inspiración a través del trabajo?

Trabajo de todas las formas posibles. Improvisando con músicos. Escribiendo espontáneamente (lo heredé de Grant). Primero la letra. O primero la música. En guitarra o piano o bajo. Siempre estoy pensando en escribir canciones. El horario parece funcionar para Nick, pero yo no estoy seguro de si podría ir a una oficina a las 10 AM y sacar alegremente canciones como si nada.

Escucha The Church – The Hypnogogue

4 comentarios en «Entrevistamos a Steve Kilbey de The Church»

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