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Origen del nombre de 8 bandas españolas (II)

 …tras la primera parte sobre el origen del nombre de varios grupos españoles, aquí en Muzikalia, proseguimos ahora con una segunda entrada sobre ello, acerca de otras ocho bandas…

1 – HEROES DEL SILENCIO

Haciendo un llano juego de sentidos con el título de uno de los LP publicados por Héroes del Silencio, afirmaremos que siempre cayó una “avalancha” de matices y conjeturas acerca del procedencia del nombre del celebérrimo grupo que formaron en Zaragoza, en 1984, Enrique Ortiz de Landázuri, alias “Bunbury” (voz principal y guitarra rítmica), Juan Valdivia (guitarra solista), Joaquín Cardiel (bajo) y Pedro Andreu (batería).

Proseguiremos expresando que la hipótesis más probable de la temática que nos ocupa es que, según el propio Cardiel, todo se trata de un homenaje a la frase “un héroe se levantará del silencio de Zaragoza y hará cantar a toda España” del músico aragonés Mauricio Aznar; la cual fue pronunciada por este último como reivindicación contra la discriminación artística que él mismo consideraba que sufrió desde las grandes capitales (supuestamente, ¿pudo referirse a Madrid o Barcelona?).

Relacionado con todo ésto, alguno de sus más antiguos fans e incluso el propio Bunbury aseguraron que una de las primeras tonadas del reverenciado combo noresteño, “Héroe de leyenda”, en un principio se titulaba, provisionalmente, “Héroe del silencio” y de ahí podría provenir el asunto (enseguida retornaremos a este mismo detalle).

También es altamente probable que la hora de bautizarse a sí mismos, al aclamado grupo aragonés le inspiraran los grandilocuentes nombres de influyentes bandas británicas de sonido post-punk como el que el propio combo español practicaba (como, por ejemplo, The Sisters of Mercy, New Model Army o Joy Division) e incluso, también, hasta se ha llegado a teorizar que, en el momento de escoger su apelativo grupal, los cuatro “heroicos” músicos se fijaron en las historias épicas de la Antigua Grecia y en algunos tomos que reflejaban la misma.

Adicionalmente, se ha comentado también y sobre todo asociado lo siguiente a un pequeño sector de la crítica musical, que el sobrenombre de esta afamada agrupación maña pretendía resultar presuntuoso y perteneciente, únicamente, a una táctica promocional. Por otra parte también, incluso, se ha especulado con que la frase, Héroes del Silencio, representa una contienda entre lo bueno y lo malo y, en concreto, supondría un reproche contra el capitalismo y la resignación social.

Lo dicho, un alud de pormenores cabalísticos o puntualizaciones sobre el tema.

Sumaremos a todo ésto que Enrique Bunbury, Juan Valdivia, Joaquín Cardiel y Pedro Andreu decidieron designarse, por vez primera, como Héroes del Silencio…¿cuando viajaban en un taxi, justo antes de una entrevista radiofónica, en Zaragoza o fue, más exactamente, mientras ellos iban montados en un ascensor justo antes de presentar una maqueta en, precisamente, un medio de comunicación, en 1984? Lo cierto es que previamente a escoger la frase decisiva, el magnético Bunbury y compañía ya habían barajado otros apelativos grupales como La Última Daga (siendo también ésto una “demo” del grupo) o incluso también consideraron, como seudónimo colectivo, el aludido término de Héroes de Leyenda; jugando así, efectivamente, con títulos de sus canciones y con conceptos globales, como antes quedó sugerido.

Por último, expresaremos que sus seguidores/as les suelen abreviar a, simplemente, “Héroes” o también, en algunas ocasiones, se les conoce por sus iniciales, HDS.

 

2 – LOQUILLO Y LOS TROGLODITAS

El tema que nos concierne se inició hacia 1978, en Barcelona, cuando a un adolescente inconformista y enamorado para siempre del rock and roll, llamado Jose María Sanz Beltrán, le placía portar siempre una chaqueta de jugador de beisbol; prenda ésta donde el mismo muchacho se había cosido, a la espalda, el rostro del popular personaje de dibujos animados, El Pájaro Loco.

Aquello mismo motivó que todo su entorno de amigos y conocidos le apodara al propio Sanz Beltrán como al picudo y gracioso animal ficticio, creado por Walter Lanz, en 1940.

Además de apuntar grandes maneras en la música ya por aquel año 78, al imberbe Jose María también se le daba extraordinariamente bien el baloncesto. Sin embargo, un día disputando el espigado chico un intenso partido de un Campeonato de España juvenil con el equipo del Colegio Alpe de la Ciudad Condal, alguien de su equipo que todavía jugaba mejor que él, le dio a Sanz una asistencia muy fuerte; la cual este segundo no supo controlar y motivo que se medio cayese y acabase incrustado contra una valla. Aquel mismo jugador que le había pasado la pelota tan enérgicamente a Jose María, se le acercó, seguidamente, y le ofreció la mano para ayudarle a levantarse, mientras le decía, de modo divertido y definitivo, que más que “pájaro loco” parecía un “loquillo”; con lo que, a partir de ahí, todo el mundo le asignó este segundo mote a Jose María Sanz. Ese otro jovencísimo baloncestista por entonces, el cual hizo aquel simpático comentario era, nada más y nada menos, que el mítico Juan Antonio San Epifanio, alias “Epi II”.

Por otro lado, en la localidad de Vic (Barcelona), en 1982, el guitarrista Sabino Méndez como en aquel momento no figuraba en ninguna camarilla instrumentista, entonces contactó con los integrantes del grupo Perdidos en el Espacio compuesto por Ricard Puigdomenech (guitarra), Josep Simón (bajo) y Jordi Vila (batería). Acto seguido, el mismo Méndez tuvo la intención de mutar la denominación del ya cuarteto a otra que sonase más primitiva y rockera…

Resultó que en aquellos musicales ambientes catalanes de primera mitad de los años 80, también moraban por allí Los Burros, donde Quimi Portet y Manolo García denominaban su propia música como “troglo-pop” y además, en concordancia, guardaban ambos la intención de aparecer en sus conciertos vestidos como los hombres de las cavernas. Entonces, fijándose en ésto mismo, Sabino Méndez le preguntó a su colega Portet a ver si podía utilizar el nombre de Los Trogloditas para el grupo que el primero tenía ya apalabrado con los propios Ricard Puigdomenech, Jordi Vila y Josep Simón, a lo que el mismo Quimi Portet accedió sin ningún problema.

El caso es que los propios Sabino Méndez y Jose María Sanz Beltrán ya se conocían de antes, desde el año 1980, de haber estado juntos en el grupo Loquillo y Los Intocables (junto al batería Teo Serrano). De tal modo, después de que el carismático y altísimo cantante retornara del servicio militar, el círculo se fue cerrando y los dos aludidos músicos y amigos, es decir, Méndez y  “Loquillo” Sanz, lideraron el novedoso combo desde 1983, junto al resto de Trogloditas, es decir, los citados Vila, Puigdomenech y Simón; abandonando todos Barcelona y trasladándose, finalmente, a Madrid para fijar allí su sede artística.

 

3 – MECANO

Allá por 1979, en Madrid, la vocalista Ana Torroja y los hermanos Nacho (teclados) y José María Cano (guitarra y teclados) discurrieron sobre un término que les definiera como terceto cuando se instauraron como tal y, en consecuencia, ella y ellos dos manejaron una serie de denominaciones como Prisma, Yerma y algunas otras más; donde la palabra “Mecano” era la postrera del listado pero también era la que les sonaba más singular a los citados intérpretes.

Por aquella época, aquel era uno de los juguetes de más profundo calado en España y entonces, Aurelio González, presidente de la discográfica CBS Records que contrató a la banda, se apercibió del juego de vocablos entre ese set de piezas de construcción y el apellido de los hermanos Cano y de tal modo, el proyecto inició su andadura llamándose Mecano Humano; una frase ésta que poco después se acortó por motivos mercadotécnicos.

Sin embargo, ésto de la asociación fonética motivó la protesta inicial de Ana Torroja porque al sugerirse a los hnos. José María y Nacho Cano en la palabra clave parecía que a ella se la excluía de aquel concepto general. Por contra y finalmente, el conjunto capitalino acabó adoptando aquel apelativo de Mecano porque al igual que los componentes del citado juguete, parece que los tres músicos también acabaron encajando a la perfección entre sí; como un “meccano”, precisamente (aunque al principio, en ese año 79, no pareciese que fuese a ser así) o también pudo deberse a que el admirado combo madrileño, ya de entrada, se sintió muy capaz de ensamblar varios géneros musicales muy distintos entre sí como pop, soul, flamenco o rock; además del factor añadido y relacionado de que el abuelo de la propia Ana, es decir, Eduardo Torroja, era ingeniero de la construcción.

 

4 – LOS REBELDES

Galopaba el año 1978, cuando el novel cantante y guitarrista Carlos Segarra ofrecía actuaciones en Barcelona, tanto en solitario como también enrolado en diversos grupos como Correo Viejo, Teddy Loquillo y sus Amigos, Sleepy LaBeef o Chocopolvo; hasta que hacia 1979, el mismo Segarra comenzó a ser el lugarteniente de una banda de versiones de rock y de boleros, llamada La Granja Azul.

Sin embargo, al propio músico ese nombre “ganadero” le acabo pareciendo demasiado hippiesco y además, Carlos deseaba ir totalmente a contracorriente y con composiciones propias al estilo del más indómito rockabilly. De tal modo, Segarra se colocó de vocalista principal y renombró a su grupo como Los Rebeldes porque el valiente chico estaba decidido a romper del todo con las imperantes corrientes musicales de la Ciudad Condal de aquel momento, efectivamente; donde predominaba la onda layetana y con todos los músicos (como Gato Pérez u Orquesta Platería, entre otros varios) siempre fusionando, entre sí, estilos como la salsa, la rumba, los compases mediterráneos y el jazz.

Así que, para auxiliarle en su arriesgado pero apasionado cometido, Carlos Segarra contó con Aurelio Morata (bajo) y a Moisés Sorolla (batería), en dicho año 79; donde todos los melómanos y layetanos círculos locales calificaron a dicho terceto de “marcianos retrógrados” por tocar rockabilly en castellano, cuando absolutamente nadie lo había ejecutado nunca en toda la península ibérica. Sin embargo, muy pronto y con toda la fe del mundo, Los Rebeldes dinamitaron todos esos prejuicios y muros porque firmaron con una discográfica importante como EMI Odeón, ya en 1980 y poco a poco, el mentado trío de “insurrectos” pioneros rítmicos fueron alcanzando un descomunal éxito, en toda España; siempre fieles a su propia personalidad armónica.

En este terreno de colocar el nombre a una agrupación, se podría pensar que, en un principio, Carlos Segarra se acordó de la película Rebelde sin causa (1955), protagonizada por James Dean pero, de modo totalmente contrario, dicho intérprete barcelonés sí que pensaba, firmemente, que hay que tener motivos para ser un amotinado: en su caso, 1) el rock y 2) la vida misma.  Efectivamente, el propio LP Rebeldes con causa (1986) parece corroborar dicha contestataria mentalidad de este histórica banda catalana.

 

5 – EL ÚLTIMO DE LA FILA

Después de conocerse en Barcelona, en 1981, y militar juntos en bandas de poca repercusión y duración como Los Rápidos o Los Burros, el cantante Manolo García y el guitarrista Quimi Portet decidieron intentarlo con un tercer proyecto juntos, ya en 1985, al que calificaron como El Último de la Fila debido, probablemente, a la canción “The last in line” (1984), del músico metalero Ronnie James Dio.

Según los mismos García y Portet, aquella era una de las cinco mil espantosas frases que ambos habían apuntado en una lista para denominar a su novedosa aventura y como ellos mismos, en aquel instante, se consideraban “los últimos de la fila del rock” que se practicaba en España pues, finalmente, por ahí fueron los tiros sin tampoco, ambos músicos, romperse mucho más la cabeza sobre el asunto.

Sin embargo y por otro lado, al propio Quimi Portet le produjo lástima dejar de lado el nombre de Los Burros (de hecho, el álbum Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana, del año 85, se grabó inicialmente con este apelativo) porque Portet pensaba, obstinadamente, que con ese équido nombre también se podría haber arribado al éxito. Sin embargo, aquella expresión de “El Último de la Fila” sonaba mucho más divertida y vendible a juicio de Manolo García y del productor Rafa Moll y aunque, por contra, a Quimi no le parecía demasiado afortunada la frase y sí deprimente, finalmente, el guitarrista no se opuso ante la insistencia de los otros dos integrantes de su entorno artístico más cercano.

 

6 – COZ

¿Que llevó al grupo Coz a ponerse el nombre de esa agresiva patada defensiva que sacuden, por ejemplo, los caballos o los asnos? Aquello tuvo su semilla en 1974, cuando Jesús Albéniz (voz), Juan Márquez (voz y bajo), “Kanguro” (guitarra) y Miguelo Jiménez (batería) instauraron dicha agrupación, en Madrid. En concreto, uno de los motivos del propio apelativo común fue que, en el año 1971, la banda británica de glam-rock Slade había publicado el single “Cuz I luv you”, con lo que la primera palabra en dialecto de la zona de las Midlands británicas, “Cuz”, llamó la atención de Albéniz, Márquez y compañía y, de tal modo, éstos últimos, efectuaron un juego de sentidos con el término en castellano “coz”, en aquel año 74.

En realidad, la manera de escribir en inglés oficial la canción de Slade es “ ’Cause I love you”, donde “ ’cause” supone la contracción de “because” (el sustantivo explicativo y causal “porque”) y es que, en consecuencia, la banda madrileña Coz pretendía ser una respuesta que buscaba la audiencia y, por contra, no deseaba generar preguntas.

Otra razón de adoptar ese contundente alias comunal, Coz, fue porque durante aquella época de sus inicios Juan Márquez y sus chicos querían dejar muy claro que su nombre sonara a puro y agreste rock and roll y así, evitar que los promotores de conciertos de los 70, en España, les solicitaran para que interpretaran jotas o pasodobles como si se tratase de una orquesta de una verbena o de una boda. Poco después, se incorporarían al seno de un renovado combo los hermanos Armando y Carlos De Castro y de ahí a “pistoletazos” hard-rockeros de la magnitud de, por ejemplo, el single “Más sexy” (1980) ya solo hubo un paso.

 

7 – PRESUNTOS IMPLICADOS

En 1983, en Yecla (Murcia), los intérpretes Sole Giménez (voz) y su hermano Juan Luis Giménez (guitarra) solían observar en las noticias que ofrecían por televisión que, en diversas ocasiones, se hablaba de casos de corruptelas y que los presentadores de los informativos repetían, constantemente, que en las tramas delictivas había “presuntos implicados”. De ese modo, a los dos familiares comentados se les ocurrió tomar la oración de ahí mismo cuando constituyeron, por vez primera, su banda de funk junto con otros 9 componentes más provenientes de los grupos Orquesta en Forma y Brasa de Villena; aunque, tras vencer en un concurso de maquetas, aquel numeroso tropel interrumpió su actividad al poco tiempo, en 1984.

Ya instalados en Valencia, en 1985, los hermanos Giménez, junto a Pablo Gómez (guitarra), reactivaron y replantearon aquella aventura musical y ya como terceto, y recuperaron, definitivamente, el nombre de Presuntos Implicados; enfocándose aquí hacia estilos como el  sophisti-pop, el jazz, el soul o el blues.

Matizaremos que los fans, en ocasiones, abrevian su nombre a “Presuntos”…

Una magna banda ésta que compuso canciones de una belleza ilimitada como, por ejemplo, “Como hemos cambiado”, “Alma de blues” y tantas otras.

 

8 – CORIZONAS

Desplacémonos ahora hasta el año 2010.

Durante una iniciativa musical llamada Alternativa en concierto, el quinteto madrileño Los Coronas, capitaneado por Fernando Pardo (guitarra) y David Krahe (guitarra), tocó un par de conciertos, a dúo, con el trípode vallisoletano Arizona Baby, es decir, Javier Vielba (voz y guitarra), Rubén Marrón (guitarra) y Guillermo Aragón (batería y percusiones); donde ambos interpretaron juntos una serie de versiones de clásicos del rock anglosajón como Pink Floyd, Neil Young, Dead Kennedys o Johnny Kidd; entre otros.

Aconteció que al apercibirse ambos grupos de que eran realmente complementarios en conceptos artísticos y con química sónica entre sí; entonces todos ellos, al unísono, siguieron tocando dichos ”covers” mentados por varias ciudades durante una gira conjunta, la cual se llamó precisamente Dos bandas y un destino; incluso editando un EP y un DVD sobre ello.

Hasta tal punto arribó ese amplio entendimiento artístico que pronto, en 2011, los componentes de ambos experimentados y reputados proyectos, es decir, Los Coronas y Arizona Baby, decidieron combinar los dos nombres y acabar de ensamblar sus respectivos sonidos para, finalmente, conformar Corizonas, efectivamente, y plantearse editar un primer álbum de tonadas propias.

Con toda probabilidad, a la hora de realizar esta misma maniobra nominal esta formación paralela de Pardo, Krahe, Vielba y cia., se pudo inspirar en los californianos Guns N’ Roses; los cuales también emergieron, precisamente, de la unión de los grupos Hollywood Rose y L.A. Guns, en 1985. De todos modos, en el caso de nuestros protagonistas hispanos, los dos proyectos-nodriza prosiguieron con sus trayectorias a pesar del nacimiento de Corizonas.

 

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