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Entrevistamos a Yawners por ‘Superbucle’

En su tercer disco como Yawners, Elena Nieto sublima la fórmula que con tanta maestría lleva perfeccionando desde su debut, y redondea una obra radiante plagada de dianas de pop directo y a la vez, sentido.

Superbucle supone una vuelta de tuerca a su libro de estilo en el que predominan las guitarras acústicas y los estribillos soleados que esconden letras cargadas de altos y bajos emocionales. Una radiografía fiel de la vida misma, ni más ni menos. Todo ello sin dejar atrás sus secciones rítmicas contundentes y su instinto privilegiado para dar con singles de flechazo instantáneo.

Charlamos con la compositora y multiinstrumentista salmantina sobre este momento efervescente de su trayectoria y sobre muchas otras cosas relacionadas con la actualidad de la escena musical, y la conversación transcurre con la inercia con la que fluyen sus canciones: directa y sin rodeos.

«Hacer un disco es un proceso muy bonito y muy gratificante, pero también es un camino lleno de piedras»

Percibo en este disco que el sonido ha ido ganando en matices a medida también que los textos evolucionan en cuanto a complejidad, profundidad, lo cual es normal por el paso del tiempo. ¿Crees que hay un paralelismo en ambos sentidos, entre esa riqueza de detalles a nivel sonoro y complejidad de los textos?

Sí, al final supongo que es como con cualquier otra cosa, a medida que vas haciéndola más y más, vas mejorando y vas perfeccionando. En mi caso, al ser ya un tercer disco, la verdad es que me apetecía explorar un nivel de producción que hasta ahora no lo había hecho, le he dedicado bastante más tiempo y esfuerzo, he tardado más que con los otros dos discos en general en el proceso, y me apetecía mucho meter cosas nuevas y salirme un poco del formato al que ya estaba más acostumbrada de guitarra, bajo y batería. Y la verdad es que creo que el resultado ha quedado muy guay, un disco muy heterogéneo pero sin perder la esencia y estoy contenta.

 

¿Cómo resulta un poco el do it yourself, la complejidad de abarcar tú, como multiinstrumentista, el aspecto sonoro y también darle forma a las canciones? ¿Cómo surgen, cómo las trabajas, cómo es ese proceso para ti?

Pues la realidad es que ese proceso, que a priori puede parecer muy difícil, que lo es, es muy laborioso, pero creo que dentro de todas las cosas que tiene la música es la parte que más disfruto- Porque cuando compongo habitualmente parto de un riff de guitarra o de una frase que se me ocurre, entonces ir construyendo a partir de ahí absolutamente todo es un proceso que me encanta.

Ir construyendo las melodías de voz, las guitarras, los arreglos de guitarras, los bajos, las baterías, los arreglos de otras cosas, es como muy terapéutico. Es muy laborioso pero es que me gusta mucho. Y luego, bueno, en este caso he tenido la suerte de que en el estudio para grabar las baterías me ha acompañado Joan de Cala Vento, entonces eso ya no he tenido que hacerlo yo a la hora de grabar todo definitivamente, y me ha quitado un peso de encima, por así decirlo.

Hablando también de otros elementos que se añaden, he leído que te has encargado de la postproducción, y que has ido trabajando las canciones personalmente, pero luego ha habido un trabajo coral de un montón de productores, entre ellos Marcel Vallés o el mítico Santi García, por ejemplo. ¿Qué ha aportado cada uno? ¿Las propias canciones te han ido diferentes cabezas pensantes para darles forma?

Pues mira, el disco lo he coproducido, algunas canciones junto a Santi García, con el cual ya hice mis dos discos anteriores, luego dos canciones las he coproducido con Emili Bosch, que es un chico también catalán, y una la he coproducido con Juan Pedrayes, de Carolina Durante. Y luego con todo esto lo he mandado a mezclar, como has dicho, a Marcel Vallés y a David Soler, que han hecho una mezcla no al uso, sino una mezcla creativa, por así decirlo. Y también han aportado su grano de arena y han hecho como de pegamento para unir todo lo que había y aportando ahí su toque. Es como que las canciones tienen la huella de muchas personas, pero a la vez siento que si te lo digo te lo crees, pero si no te lo digo a lo mejor no te lo imaginas, ¿sabes? Es como que no es tan evidente, como que tiene un cierto grado de homogeneidad.

“Self-diagnose” es la única canción en inglés de este disco, y por cierto, me parece un single potencial. ¿Cómo se ha ido afianzando en tu discurso el español, siendo un lenguaje menos musical, más intrincado a la hora de acompañar una buena melodía pop?

Siempre he pensado, y lo mantengo, que el inglés a nivel fónico es mucho más sencillo utilizarlo para escribir letras. ¿Qué pasa? Yo estoy en un momento en el que acabo de sacar un disco en el cual solamente queda una canción en inglés. No es que haya sido una decisión premeditada, sino que simplemente creo que a lo largo de los discos me he ido sintiendo más cómoda con el castellano y en este disco en particular, como en realidad toco temas muy cotidianos y además los cuento de manera muy literal, hablo de mis amigos de aquí de Madrid, de mi familia de Salamanca, creo que ya automáticamente en mi cabeza me los he imaginado en castellano por eso, porque se me haría muy raro hablarle a mi padre en inglés o a mis amigos en inglés. Es como que ya es un poco obligatorio, por así decirlo, pero tampoco sin imponérmelo, es como esto tiene que ser así.

 

El álbum se coedita entre Montgrí y varios sellos en el extranjero. Cuéntanos un poco cómo ha surgido ese nicho de público que tienes en Japón y qué te produce saber que allí tienes gente que te sigue y que está esperando que toques otra vez.

El hecho de trabajar con sellos internacionales, entre los cuales se encuentra Counter Intuitive, que es mi sello de Estados Unidos, del cual yo ya era muy fan antes de que ellos supiesen acaso de mi existencia, es algo que me hace mucha ilusión. O sea, me siento muy orgullosa de haber podido conseguir esto porque creo que no es algo que consiga mucha gente. No sabría decirte muy bien dónde empezó como toda esta rueda internacional y por qué de repente he tenido esta atención.

Supongo que en mi primer disco toqué varias teclas, por así decirlo, era como muy indie-rock, un sonido como bastante más de nicho. Y puede ser que éste anterior de repente tocó varias teclas, tuvo repercusión en medios internacionales bastante importantes, entonces yo creo que ahí se desencadenó todo esto. Pero la verdad es que es una de las cosas que más ilusión me hace y me da un poco de rabia que en España esto le de igual a mucha gente no le de ninguna importancia. Yo creo que es un hito bastante chulo. O sea, no es por darme importancia, pero es que creo que es una cosa muy guay que me ha pasado, estoy muy agradecida.

En el nuevo libro de la Editorial Muzikalia, ‘No sonamos mal. Crónica oral de la nueva escena indie de guitarras’, se habla de un lugar y un momento en el tiempo en el que coinciden multitud de bandas que comparten una misma realidad a muchos niveles, no sólo musicales sino también en términos de la dificultad alrededor de sacar un proyecto musical adelante en este país y todo lo que conlleva la precariedad asociada a ello. ¿Te sientes identificada con esa forma de reivindicar las guitarras, por decirlo de alguna manera, en una época en la que a lo mejor dominaba más la música urbana u otro tipo de música?

Yo  desde luego me siento muy parte de la escena porque al final nos conocemos todos. Mis mejores amigos tocan en grupos de aquí de Madrid. No se puede generalizar porque no es que seamos todos mejores amigos, pero sí que hay un sentimiento de pertenencia muy fuerte. No sé si esto es debido un poco a lo que dices de reivindicar la música de guitarras y tal, en mi caso no creo porque yo empecé a hacer música de este tipo hace diez años y no lo hice por ningún tipo de contracultura, no, lo hice porque es lo que siempre me ha gustado y sin ninguna otra pretensión, pero bueno, siempre considero que es positivo que haya un movimiento potente en sintonía con lo que yo estoy haciendo.

Conectando con lo que comentábamos sobre las dificultades por la falta de apoyo en muchos casos, ¿qué supone a nivel logístico y personal para ti lanzar un disco y organizar una gira a día de hoy?, ¿cómo lo tienes, digamos, estructurado en tu mapa vital?

Hacer un disco es un proceso muy bonito y muy gratificante, pero también es un camino lleno de piedras. Sobre todo en mi caso, que por decisión propia soy yo quien licencio mis discos, que eso significa a grandes rasgos que pago todo yo. No hay un sello súper grande que me pague el estudio ni el videoclip, me lo pago todo yo. Por lo tanto, es algo de lo que, en mi caso, tienes que estar muy convencida de que quieres hacerlo y ya está. Entonces, es como todo, ¿no? Creo que… a ver, la música es muy guay y también lo es ver la respuesta de la gente que te sigue e irte de gira y ver a la gente cantar las canciones en las que tú has estado dos años trabajando. Eso es genial, pero también hay una parte muy sacrificada, sobre todo si trabajas paralelamente en cualquier otra cosa para poder subsistir, a nivel de tu vida personal tienes que renunciar a mogollón de cosas. A ver, si haces dos conciertos, pues no, pero si te vas de gira en gira, renuncias a tu tiempo, a lo que sería tu tiempo libre para irte de gira, entonces no verás a tus amigos, no verás a tu pareja. Bueno, tienes que estar muy convencida, yo creo. En el momento en el que yo me encuentro ya, con este tercer disco y que ya tengo 30 años, pues no es lo mismo hacerlo con 20, que estás como más a tope con todo, ¿sabes? Ahora tienes que tenerlo más claro.

Volviendo al disco, ¿cómo ha sido la elección de los singles? Personalmente, “Las Horas Pasan” supuso para mí un flechazo instantáneo, la canción que más me atrapó en una primera escucha.

Pues mira, el primero que salió fue “La Estrella Eres Tú”, que salió en verano del año pasado, un poco descolgado del resto, y esto fue simplemente porque es una canción que compuse de manera muy rápida y de repente, junto a Montgrí, dijimos, pues venga, la sacamos ahora. Respecto a las otras tres, pues muy sencillo, “1 De Enero”, de repente llegaron navidades y dijimos, venga, pues la sacamos el 1 de enero, y luego “Las Horas Pasan”, que coincido bastante contigo, ya que creo que es una de las que más guay ha quedado, sobre todo a nivel de producción, pues también lo tuve bastante claro que fuese esa, y luego la última, no, o sea, la penúltima “Merienda-Cena” también era una canción, cuya letra aparentemente es un poco chorrada, y dije, “sí, pues será esta misma”, que ya tampoco hay mucho más trasfondo.

 

El título del disco, Superbucle, y el hecho de que empieces con una canción como “Un Día Genial” y acabes con “Un Día Horrible”, conceptos que hacen alusión a un “sube y baja” a la vez repetitivo, ¿cómo se integran en tu universo creativo, o en tu día a día?

Este disco, como los otros dos anteriores, son muy autobiográficos y a un nivel muy del día a día, sin metáforas y sin nada. La manera que tengo de escribir siempre ha sido muy literal y muy cotidiana, por así decirlo.

Cuento historias que me pasan y ya está. Y en el caso de Superbucle, lo que quería plasmar era un bucle vital que transcurre a lo largo de las once canciones y que comienza con “un día genial” y termina con “un día horrible”, pero luego se vuelve a repetir y se vuelve a repetir hasta el infinito. Creo que es algo que nos pasa a todos muy a menudo. Como que a veces entras en un bucle y yo qué sé… También quería enfatizar la idea de que tal vez tú estás hoy en un día genial, pero el de al lado está hoy en un día horrible. Entonces, es importante ser conscientes de que a lo mejor el de al lado está pasando mal y que hay que ser un poco empático porque a lo mejor eres tú, el que el día de mañana está mal y el otro está bien y será quien pueda echarte un cable. De manera unificadora, decir que somos todos en general bastante parecidos y que hay que empatizar con el resto.

¿Qué influencias podrías citar a la hora de componer este disco? Creo que ceñirse a Weezer, como mucha gente señaló con los anteriores trabajos, se queda muy corto en este caso…

Evidentemente, supongo que a todo el mundo le influencian cosas, pero en mi caso nunca soy muy consciente. Desde luego que creo que me han influenciado muchas canciones acústicas noventeras, muy rollo Natalie Imbruglia o Tracy Chapman, que no tienen, a priori, nada que ver conmigo, pero yo qué sé.

Son como canciones muy minimalistas, que no tienen mucha mandanga por detrás, es como una voz de una guitarra y alguna cosilla más, pero en las que prima mucho la melodía, que con eso me he sentido bastante identificada porque en mi caso creo que también pasa algo parecido. Entonces creo que eso se nota en el momento en el que hay bastantes canciones del palo más… Bueno, no es que sean acústicas, pero es que hay guitarras acústicas, pero más allá no sabría decirte más influencias.

¿Dirías que este es un disco más personal en cuanto a letras, en el sentido de que haya más parte de ti, más textos en primera persona?

Creo que más personal que los otros dos, realmente no, porque siempre he mantenido la misma perspectiva a la hora de escribir, creo. Otra cosa es que sea más literal. Creo que sí que lo es y que se puede leer mejor el mensaje, pero personal diría que por igual.

La letra de “Dolor En El Pecho” es representativa un poco de ese contraste de emociones, de arriba y abajo, un poco porque juega con el lenguaje en ello.

Sí, sí, total. O sea, esa idea está plasmada un poco, creo que casi en todas las canciones. Y esa es una canción que habla sobre los días buenos y los días malos, en la amistad. Parece una canción como más rollo de amor, pero no, es una canción de amistad.

Otra canción que me ha enganchado es “Sálvame”, que para mí tiene un principio y un ritmo que se repite que me recuerda mucho a “Sweet Disposition” de Temper Trap.

Habla un poco de aprender a estar satisfecha con las decisiones tomadas, que no siempre es fácil, porque al final lo hecho, hecho está y más te vale asimilarlo y sacar lo mejor de la decisión que has tomado y ya está, porque no te queda más remedio. Entonces va un poco de eso, porque yo soy una persona bastante indecisa y es un ejercicio que tengo que hacer de vez en cuando de, “mira, ya está”. Tampoco sabrás nunca lo que hubiera pasado si hubieras decidido hacer otra cosa.

 

“La Estrella Eres Tú” tiene un aire hip-hop en la melodía.

Esta batería la compuse yo en el ordenador con simuladores, y la idea era esa, meterle un rollo hip-hop pero a la vez orgánico y no tan electrónico. Creo que la mezcla entre la guitarra acústica, la letra sentida, y esta percusión, configuran un combo que ha quedado muy guay y a la vez, moderno.

Analizando un poco la portada, en este caso apareces un poco más lejos comparada con las de los dos discos anteriores, y me llaman la atención los garabatos. ¿Cuál es la idea detrás de ese diseño?

Pues mira, como el ‘superbucle’ es una historia interminable que se repite, se me ocurrió que una manera de plasmar bien la idea era ir a un cine vacío para poder representar que estás viendo una película.

Luego aparte, es como que las butacas se repiten hasta el infinito porque de hecho, si te fijas, no se ve ni el principio ni el final. Es como que yo estoy ahí en el medio y eso puede ser tan grande como tú quieras imaginártelo. Y de hecho, los garabatos que aparecen en la portada son los primeros bocetos, por así decirlo, de las letras de las canciones cuando no eran todavía ni demos. Representa un poco algo similar a ese momento en el que los guionistas empiezan a escribir un guion con tachones. Es un poco ir trazando tu propia historia y tu propio bucle, por así decirlo.

Echando la vista atrás, tras estos diez años aproximados de trayectoria, ¿cómo te sientes mirando a tu material antiguo ¿Has cumplido expectativas a nivel personal? ¿Te sigue ilusionando como el primer día todo este mundillo, a pesar de lo difícil que es salir adelante? Eres un ejemplo de autogestión y de seguir ahí con tu idea hasta el final y abrirte a explorar mundo con tus canciones.

Pues mira, te diré que escribir canciones, componerlas, producirlas, me sigue ilusionando lo mismo o más que al principio, y creo que eso es lo más importante y el motivo principal por el cual continúo haciéndolo. Todo lo que viene siendo el mundillo, los intríngulis, la industria, cada vez me da más pereza e intento, de hecho, ya ni siquiera enterarme mucho de lo que pasa. Prefiero ir como a mi bola, a pesar de que es inevitable, evidentemente, si tienes cierta pseudoambición, estar al día de las cosas y saber qué está pasando y tal, ¿no? Pero creo que para un proyecto del tamaño de Yawners, es muy desgastante estar todo el rato comparándote inevitablemente con otros grupos. Es como… es una mierda. Para mí es una mierda. O sea, ojalá no existiese internet y yo pudiese hacer lo mío. Que salga el disco en la tienda y la gente lo compre ahí y ya está. Y no hubiese Instagram, ni Spotify, ni números, ni nada. Es como… ya está. Entiendo. Muchas veces nos contamina todo ese ruido alrededor, y lo que importa es la música.

¿Cuál es la idea para el directo en términos de gira y de formato para presentar el disco?

Pues en cuanto al formato, la idea es ir mayoritariamente en formato trío como hasta ahora. No descarto la opción de ir en formato cuarteto en algún momento, porque es algo que siempre he querido hacer, pero a nivel logístico y a nivel económico evidentemente es más complicado. Pero bueno, de momento formato trío y estamos ahora yo junto a mi agencia cerrando una gira de salas para otoño-invierno, a finales de este año y principios del que viene incluso, que la anunciaremos pronto, y hasta entonces haremos festivales en verano.

 

Hablemos de la experiencia que supuso tocar en la gira del anterior disco por Europa. ¿Cómo fue abrirte a ese público cantando las nuevas canciones en español?, ¿cómo fue esa experiencia y cómo sientes a ese público comparado con el de otros lugares?

Pues fue una experiencia muy guay, que de hecho espero repetir a finales de este año también. Según donde toques en Europa pues la gente es como más comedida que en España, pero bueno, creo que son maneras diferentes de disfrutar la música y tampoco hace falta que vayas a donde vayas haya cinco pogos en el concierto; ya está, no pasa nada.

También te diría, por ejemplo, que en los conciertos que hicimos en Inglaterra, allí la cultura del rock es parte de su vida, es como súper intrínseco a su cultura. Por tanto, sí que noté una apreciación diferente, como que la gente tiene más visión en ese sentido, y tiene la capacidad de comparar más, ¿no? En el buen sentido quiero decir, como que te analizan un poco más, y eso está guay.

El sello con el que has editado tus dos últimos discos, Montgrí, es un ejemplo de autogestión en el sentido de que funcionáis como una cooperativa, donde todos los ingresos, se reparten entre los artistas.

Yo trabajo en gran parte con ellos, por sus ideales y su manera de hacer las cosas. También por su transparencia, que no es una cualidad que abunde mucho en la música. Es un sello pequeño y no tiene los mismos recursos que, por ejemplo, el sello del Primavera Sound o que cualquier multi. Yo llevo trabajando con ellos ya dos discos, y tuve la oportunidad de editar el anterior con muchos otros sellos, pero decidí hacerlo con Montgrí un poco por esto que hablamos. Y desde luego, no me arrepiento en absoluto. Creo que hacen muy bien las cosas a pesar de la infraestructura pequeña que tienen.

Precisamente, hace poco se hablaba, entro otras cosas, de esta precariedad en términos de prensa musical en el primer congreso organizado por PAM (Periodistas Asociados de Música), algo que como comentábamos antes, también rodea a la quimera de sacar un proyecto musical adelante en este país. De hecho muchos artistas digamos “pequeños”, dicen: “si estamos mal nosotros, imaginaos vosotros”. ¿Cómo analizas esta realidad desde tu perspectiva?

Es que muchas veces es todo precario que te cagas. Entonces el límite lo pones tú. Es que vas a Bélgica o Francia y el apoyo a la cultura por parte del gobierno, es infinitamente más grande. A nivel cultural, está mucho más arraigado este tema también en esos países. En España, históricamente, y por lo que sea, no ha sido nunca así. Creo que debería haber mucho más apoyo de los organismos públicos a la prensa musical y a los grupos para desarrollar sus carreras. Si no, haces un disco a los veinte años pero el segundo, ya te lo planteas, y no vuelves a hacer nunca nada más porque es ir a contracorriente y remar al lado que no es, y es una pena porque te estarías perdiendo cosas muy interesantes que podría hacer la gente.

Escucha Yawners – Superbucle

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