Desgranando Sci-Fi Lullabies 2 de Suede
Es muy posible que Suede no fueran conscientes de lo que supuso lanzar Sci-Fi Lullabies en 1997. Uno de esos tesoros que ha quedado para siempre como esa carta que guardamos al fondo de un cajón y de cuando en cuando recuperamos; como esa fotografía que aún conserva el olor de la habitación donde pasaron algunas cosas que nos estremecieron por primera vez.
La mejor recopilación de caras B de los 90 desbordó expectativas. Lo que para otros grupos hubiera sido un simple vertedero de descartes, ellos lo convirtieron en un manifiesto de sensibilidad decadente y grandeza melódica que dejó huella. Una colección de temas menos habituales que tomó vida propia gracias a su desbordante angustia juvenil, a esa mezcla de deseo y romanticismo sucio con la que irrumpieron para nuestra suerte.
Gracias a sus tres primeros discos y especialmente a Coming Up, Suede se habían convertido en una banda popular. Ocupaban portadas en nuestras revistas favoritas, sonaban en la radio y muchas de sus canciones formaban parte de esa colección de clásicos del pop de mediados de década. Pero también tenían otro repertorio, una especie de código oculto en los temas que acompañaban a sus singles, que demostraban que lejos de clichés y fórmulas repetidas en eso del britpop, eran capaces de emparentarse a referentes inmediatos como The Smiths, también poseedores de una ingente cantidad de joyas escondidas en la parte de atrás de sus sencillos.
Canciones como «My Insatiable One», «My Dark Star», «Europe Is Our Playground» o «Killing of a Flash Boy» siguen ocupando un lugar principal en nuestra memoria emocional, han resistido el paso del tiempo y son responsables de que la llegada de Sci-Fi Lullabies 2 vuelva a despertar algo importante en quienes vivimos esa primera entrega. Es como si nuestro yo pasado regresara para recordarnos cómo aprendimos a habitar las canciones como si fueran lugares secretos que solo compartíamos con quienes lo merecían. Una continuación que no persigue cerrar un ciclo, sino ampliarlo y extender la sombra de aquello con el mimo y el cuidado que les caracteriza.
En Suede, las segundas partes siempre son buenas
Nada es igual que entonces; ni ellos, ni nosotros, pero la nostalgia ha vuelto a hacer de las suyas y los de Brett Anderson -tan cuidadosos siempre- dan continuidad a una obra tan especial volviendo a pensar en los fans, lanzándola durante el Record Store Day y compartiéndola en los servicios de streaming. Ya no son 27 cortes, sino 19. El formato físico ha ido perdiendo el valor que tenía hace unos años y de ahí que contemos con menos material. Aparte de que su discografía desde Head Music (1999) hasta su separación tras el muy discreto A New Morning (2002) fue cayendo en picado. Pero ya saben que su vuelta en 2013 con Bloodsports y sus otros tres discos hasta el más reciente Autofiction (2022), les mantiene en un nivel raramente visto en artistas de su generación. Por ello no es de extrañar que Sci-Fi Lullabies 2 contenga más material compuesto esta última década, que en la justo posterior a la primera entrega.
Arrancando con esa gran «The Sadness In You, The Sadness In Me», todo un single en potencia que como antaño, brilla muy por encima de los sencillos titulares del que fue su último disco. Álbum que se reeditó en una versión ampliada y cuyos descartes encuentran su sitio en este recopilatorio por derecho propio. Les acompañan algunas canciones que salieron de foco principal y ahora brillan solas, desde las atmósferas más narcóticas hasta los estribillos incendiarios. Piezas para degustar con calma en este mundo superficial como la dupla de caras B de «Can’t Get enough»; el pop de «Let Go» y la dulzura de «Since You Went Away». Ahí están también la fragilidad «Simon» y «Heroin» que hubiera engrandecido su disco de 2002.
El nervio asoma en «You Don’t Know Me» y «Darkest Days», mientras que los Suede más melodramáticos aparecen en otra de las perlas del conjunto, una «What Violet Says» que no hubiera desentonado en un The Blue Hour (2018), del que rescatan el que fue uno de sus bonus tracks, «Manipulation». Vuelta Head Music (1999) y a las cara B de «Everything Will Flow» para contornearnos con el glam sucio de «Crackhead» y mecernos con la dulzura de «Leaving», o a la de «She’s in fashion» en una sentida «God’s Gift», perfecta compañía para la inédita «Blinded» con el que se cierra.
Un sucesor que a pesar de estar lejos del original, nos ayudará a recordar quiénes fuimos cuando pensábamos que la música podía explicarlo todo.
Escucha Suede – Sci-Fi Lullabies 2
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