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Entrevistamos a Biznaga por ¡AHORA!

Biznaga se ha consolidado como uno de los grupos más destacados de la escena nacional, actuando como radiografiadores de la realidad que nos rodea. Con su nuevo álbum, ¡AHORA!, han logrado dar un paso adelante, presentando una colección de cortes que fusionan la esencia punk con un sonido pop vibrante.

Este disco se erige como uno de los mejores lanzamientos de la música nacional de este 2024, ofreciendo canciones de acción directa que abordan tanto las dificultades como las alegrías de nuestra vida cotidiana. ¡AHORA! no solo refuerza la estética y el sonido característicos de su anterior trabajo, Bremen no existe (2022), sino que también los complejiza y los lleva a nuevos horizontes. Temas como “El entusiasmo” y “Futuro sobre plano” se han convertido en himnos, resonando profundamente entre la banda y sus seguidores.

En esta entrevista, exploramos el proceso creativo detrás de este disco, la evolución de su música y el impacto que buscan generar con su mensaje, que invita a la reflexión y la acción en un mundo en constante cambio.

“No podemos aspirar solo a resistir”

Enhorabuena por vuestro nuevo álbum. ¿Cómo os sentís ante su lanzamiento y cómo valoráis el buen recibimiento de los adelantos?

Jorge: Nos sentimos muy bien, contentos, expectantes y un poco nerviosos. La ilusión por la inminente salida del disco es enorme. Estamos satisfechos con la acogida de los adelantos; lo que hemos mostrado ha tenido una respuesta muy positiva, y esperamos que lo que aún no se ha revelado también lo tenga. Hay varias sorpresas que la gente aún no ha escuchado, y tenemos muchas ganas de que las descubran.

 

Los cuatro singles que habéis lanzado hasta ahora han funcionado a la perfección, mostrando un interesante equilibrio entre un mensaje positivo y uno crudo y directo. En particular, “Espejos de Caos” es quizás una de las canciones más dolorosas que habéis compuesto, pero también es profundamente realista. ¿Cómo fue para vosotros el proceso de creación de esta canción?

Jorge: Es una canción dura y cruda, como la realidad que muchos enfrentan al convivir con otras personas en un contexto de precariedad. En este caso, se trata de una realidad emocional que continúa, a pesar de la falta de un vínculo auténtico. Es una situación donde ni siquiera hay respeto; ya no es solo que no se quieran, sino que ni siquiera desean verse. Sin embargo, no les queda más remedio que coexistir.

Es una historia muy verosímil, aunque no esté basada en una persona concreta. Es algo creíble, similar a lo que sucede en «Réquiem por un Rider», donde tampoco me baso en alguien que haya fallecido, pero la situación es realista si consideramos los riesgos y la falta de protección en esos tipos de trabajos.

En general, vamos creando un mapa que intenta analizar diversas situaciones actuales. Aunque algunos mensajes son duros, creo que son necesarios. A su vez, hay otras canciones que aportan un enfoque más optimista al disco, como «El Entusiasmo», «Imaginación Política», «El Futuro sobre Plano» y «Ocupar el AHORA». Estos temas equilibran el disco con una perspectiva positiva, junto a «Afinidades Eléctricas», logrando un balance entre luces y sombras. Hay un equilibrio en cinco o seis canciones que abordan tanto los problemas como los anhelos del presente.

“Réquiem por un Rider” es una canción que, tanto por la construcción de las estrofas como por la colaboración de Anxela Baltar, del conjunto Bala, evoca inevitablemente a “Domingo Especialmente Triste”. ¿Fue intencionada esta conexión entre ambas canciones?

Álvaro: Esta fue la segunda canción que compusimos para el disco. Buscamos ese tipo de estrofa con un estribillo similar. Podría considerarse como su prima hermana, aunque también hay muchas diferencias. «Réquiem por un Rider» me parece incluso más agresiva y con un toque más rapero, ya que queríamos algo más rítmico. Sin embargo, al contar con un estribillo tan melódico y una voz femenina, automáticamente nos recuerda a “Domingo Especialmente Triste”.

Este trabajo mantiene la esencia punk que os ha caracterizado desde el principio, pero parece llevar un paso más allá la dirección que empezasteis a explorar en Bremen No Existe, con una mayor inclinación hacia el pop. ¿Sentís que habéis encontrado una evolución natural en vuestro sonido sin perder vuestra identidad?

Álvaro: Esa energía siempre ha estado presente, y espero que nunca desaparezca. Sin embargo, ahora pasa por un filtro más melódico. Hemos tenido más tiempo para componer porque nos dedicamos laboralmente exclusivamente a Biznaga, lo que nos ha permitido grabar voces y probar coros con más tranquilidad. Eso se nota: las composiciones son más elaboradas, con más elementos y detalles. Aun así, la mala baba sigue presente, aunque a algunos pueda no parecerles así. De hecho, creo que este es el disco en el que he cantado de manera más agresiva. Lo comparo con temas del Centro Dramático Nacional, y para mí, este disco es más agresivo.

Un claro ejemplo de cómo combináis lo agresivo con lo melódico en vuestra forma de cantar se puede apreciar en “Afinidades Eléctricas”.

Álvaro: En los discos anteriores, tenía la impresión de que cantaba de una manera más plana y lineal, no tan agresiva, aunque más aguda, con muchas subidas y bajadas. Ahora hay más melodía en la voz, pero al mismo tiempo suena más desgarrada. En la grabación de este disco, he puesto más fuerza en las voces graves, que casi siempre son rotas. Puede que, debido a la mayor melodía, parezca lo contrario, pero la voz es mucho más potente.

¿Cómo lográis ese equilibrio entre ambas facetas vocales?

Álvaro: Hemos jugado mucho con los tonos en el estudio, algo que antes no hacíamos. En algunos temas, hemos elevado el tono, pero en directo no se pueden cantar así. Para contrarrestar esto, en las presentaciones en vivo hemos bajado algunas canciones; conservan la misma fuerza, pero suenan un poco más graves, lo que me permite no forzar tanto la voz.

Ha sido un reto grabar este disco, ya que hemos pasado muchos días en el estudio. En ocasiones, nos decíamos: ‘Esto está altísimo y muy desgarrado. Vamos a bajarlo’. En algunas canciones, como “El Entusiasmo”, incluso modificamos melodías. Es un proceso en el que me estoy encontrando a mí mismo, buscando un registro melódico y agresivo en el que me sienta cómodo. Al principio, tenía un poco de miedo a esos cambios; me generaban un cierto vértigo. Pero ahora, después de escuchar el disco, donde la voz está bastante alta, lo comparo con lo que hice en el Centro Dramático y me sorprende.

Lo cierto es que esto es lo que hemos estado buscando desde la formación de Biznaga. Creo que antes no teníamos las herramientas, ya fuera por cuestiones técnicas o porque no estábamos tan rodados; no sabíamos bien cómo llegar a ese sonido.

Jorge: Hemos encontrado nuestra propia voz y nos hemos ido sintiendo a gusto en cada vez más registros dentro del rock. Como tú mencionabas, partíamos de una esencia más claramente punk, pero poco a poco nuestros gustos musicales se han ampliado. Desde el principio, había una aspiración de explorar más estilos dentro del rock, y creo que hemos ido conquistando esos registros. Ahora nos sentimos cómodos para hacer cualquier cosa o cualquier canción, sin miedo ni dudas sobre si funcionará o no. Si pasa nuestro filtro, estamos seguros de que estará bien. Otra cosa es que no pase el corte y digamos: «Esto no mola, hay que cambiarlo». Pero si consideramos que está bien, es porque realmente tenemos confianza en ello.

 

Totalmente. Ese toque más melódico se refleja incluso en las líneas de bajo de canciones como “Réquiem por un Rider”, que nos recuerda claramente al estilo de Mike Dirnt de Green Day.

Álvaro: Las líneas de bajo son muy importantes. Siempre hemos dirigido el enfoque hacia las guitarras, y el bajo se mueve más arriba y abajo, algo característico del punk. Eso sigue presente, pero las guitarras ahora se desplazan mucho más y juegan con más acordes. Hemos pasado de las quintas de toda la vida a incluir muchos más arreglos.

Jorge: Sí, en este disco también hemos construido líneas de bajo muy melódicas.

Álvaro: Incluso hemos incorporado una batería con timbales en “Lorazepam y Plataformas”. Son estilos que antes nunca hubiéramos explorado, pero también a nivel compositivo hemos avanzado, como en la canción “Benzodiazepinas”.

Esta última canción, sin duda una de mis favoritas del álbum, aborda un tema muy delicado como es la salud mental, pero lo hacéis desde un enfoque holístico, señalando cómo el sistema y nuestras condiciones materiales son grandes responsables de la situación social actual. ¿Cómo fue para vosotros el proceso de componer una canción tan compleja y cargada de significado? ¿Qué desafíos encontrasteis al tratar este tema?

Jorge: De hecho, intentamos abordar este tema en Bremen no existe y no pudimos. Por suerte, seguimos perseverando y finalmente encontramos la forma de acercarnos a él. Como bien dices, es un tema delicado y amplio, y la manera en que lo tratamos fue fundamental. Creo que conseguimos encontrar el tono adecuado: no es aleccionador ni promueve el consumo de benzodiazepinas. No juzga, pero tampoco anima a ello. Adoptamos una mirada que no es individualista, sino contextual y estructural, reconociendo los factores externos que afectan la salud de las personas. Había varias líneas en este sentido, y eso fue complicado. A nivel musical, también le dimos muchas vueltas.

Álvaro: El tema ya existía antes de Bremen; la estructura estaba presente, y la idea era grabarlo allí. Teníamos una propuesta, pero no se parecía en nada a lo que se ha convertido ahora; era mucho más ruidosa y noise. Incluso se contempló hacerlo en acústico. Imagina la cantidad de posibilidades que barajamos. Pero ya en el estudio, fuimos probando, y ha pasado a ser una de mis canciones favoritas en la historia de Biznaga.

¿Cuáles diríais que son los temas recurrentes en este trabajo?

Jorge: La vivienda, la salud mental y la precariedad son los tres grandes temas del disco.

Tres conceptos clave derivan, en parte, de vuestro trabajo anterior, un disco que, a grandes rasgos, exploraba los sueños incumplidos y las promesas rotas surgidas de los años noventa y la entrada de España en la modernidad. Con vuestro nuevo trabajo, el propio título, ¡AHORA!, refleja claramente vuestra intención de capturar y radiografiar el momento presente. ¿Cómo habéis logrado trasladar esa urgencia del aquí y ahora al disco?

Jorge: Sí, somos conscientes y trabajamos en esa línea. Compones temas y luego te das cuenta de que guardan cierta relación; no hay un concepto detrás, al menos no uno tan claro como en otros trabajos. Sin embargo, al elegir la portada, el nombre, y una serie de elementos estéticos y títulos, intento darles cierta unidad, como un pegamento. Pero eso no constituye un concepto en sí. Creo que los temas dialogan bien entre sí, aunque no hay una unidad tangible. Hablar de salud mental implica hablar de vivienda y de precariedad laboral; son elementos estructurales.

Otro de los elementos estructurales de este trabajo es la crítica a la situación habitacional tan lamentable en la que nos encontramos actualmente. No solo habéis abordado este tema musicalmente, sino que también habéis dado voz a colectivos como el Sindicato de Inquilinas durante vuestros conciertos, como en Madrid o Barcelona.

Álvaro: Ya teníamos los temas compuestos; sabíamos más o menos por dónde iba a ir la movida. Así que se nos ocurrió esa idea tanto en Barcelona como en Madrid, y seguimos en contacto.

Jorge: Sí, venimos trabajando y colaborando con el Sindicato de Inquilinas desde hace tiempo. Antes no habíamos abordado directamente el problema de la vivienda como lo hacemos ahora en este disco.

Álvaro: Ahora está en los medios y hay una mayor presión social, pero este problema lleva tiempo presente. Hablas con cualquier colega y te lo va a decir: cobramos poco y pagamos mucho.

Otro elemento de gran relevancia en este trabajo es la incorporación de Álvaro Casado, conocido como Torete, como sustituto de Pablo Garnelo a la guitarra. ¿Cómo fue que os conocisteis y qué os llevó a tomar esta decisión?

Álvaro: Conocí a Torete cuando tenía 16 años, en un concierto de La Trinidad. Ahí surgió una conversación con él, que en ese momento era un adolescente. No lo había visto tocar, pero estuvimos hablando y me comentó que tenía una banda. Más adelante, lo vi en directo con Error 97, y me impresionó su actitud en la música y cómo se posicionaba. Cuando se unió al grupo, tenía 18 años, y pensé: «Este chico tiene un gran futuro». Inicialmente, entró como sustituto de Pablo, quien no podía asistir a muchos conciertos. Fue entonces cuando realmente lo conocimos y vimos su talento; es increíble. Cuando Pablo dejó el grupo de forma definitiva, fue como: «Oye, vamos con este chico», y la verdad es que ha sido un acierto total. Toca excepcionalmente bien y es una persona increíble. A pesar de su juventud, tiene una vasta cultura musical, le encanta aprender y está deseando girar.

 

¿Qué ha aportado Álvaro al sonido y la dinámica del grupo desde su llegada?

Álvaro: Su energía y su entusiasmo por comerse el mundo son lo mejor. Estar en la furgoneta y ver su deseo de tocar y descubrir se contagia. Además, su espontaneidad transmite una actitud que está haciendo maravillas en la banda.

Jorge: Ha inyectado energía al grupo, nos ha revitalizado y reencantado después de más de una década funcionando. Su llegada ha sido un revulsivo tanto en lo personal como en lo musical. Además, aporta ideas frescas y es muy enérgico. Por ejemplo, la canción “Afinidades eléctricas” refleja esa energía. Su actitud sobre el escenario es enorme. Nos sorprende el aplomo con el que se sube; hemos tenido la oportunidad de tocar en eventos muy importantes, como San Isidro, en La Riviera llena o en el festival Sonorama. Y él se presenta en el escenario con una normalidad sorprendente para un chico de 20 años.

Álvaro: Si yo me hubiera enfrentado a esto a los 20 años, habría estado muy, muy nervioso. Parece que ha estado con nosotros toda la vida. Es increíble.

Antes mencionasteis que ahora ya podéis vivir todos de la música, lo que ha mejorado intrínsecamente vuestra condición laboral. Este es, de hecho, el primer disco en el que todos estáis dedicados plenamente al proyecto. ¿Cómo ha cambiado esa transición en vuestra forma de trabajar y crear música?

Álvaro: Antes era muy complicado. Aunque lo hacíamos, teníamos que combinar nuestros trabajos con giras constantes, lo que resultaba muy cansado. Ahora, al dedicarnos completamente a Biznaga, estamos dando lo máximo. Se nota un cambio en la energía de la banda. No nos vamos a engañar: conciliar tu vida personal y la banda mientras trabajas en varios sitios es agotador y está lleno de frustraciones que, quieras o no, se reflejan en la furgoneta; llevas tus enfados, tu energía y tu cansancio.

Jorge: Actualmente, todos estamos más centrados en la música. Álvaro ha terminado sus estudios y ahora está entregando su Trabajo de Fin de Grado (TFG). En este momento, los cuatro estamos dedicados plenamente a la banda. Ya en la segunda mitad de 2023, con la integración completa de Milky, quien fue el último en dejar su trabajo, todos estamos viviendo 100% de Biznaga.

Álvaro: Bueno, más que vivir, sobrevivimos. Nos mantenemos.

Jorge: No es que antes estuviéramos nadando en la abundancia. Si me apuras, a nivel personal, incluso estoy mejor, tanto en lo emocional como en lo económico, que cuando tenía un trabajo de lunes a viernes, ocho horas al día.

Álvaro: También es cierto que, con los sueldos tan de mierda que se pagan, siempre hemos estado en modo supervivencia.

Es indudable que para desarrollar un proyecto cultural se requiere, a menudo, provenir de una familia acomodada o contar con tiempo de calidad. Es realmente complicado y lleno de sacrificios, tanto físicos como mentales, tener un trabajo de mil horas y luego subirse a un escenario. En tu caso, Álvaro, que además trabajabas en el sector de la sanidad en Madrid, el desgaste mental debe haber sido abrumador.

Álvaro: Tomé la decisión hace mucho tiempo. Si esto no funciona, buscaré un trabajo que no me suponga un desgaste mental ni físico, algo con menos responsabilidades. No puedo estar en un empleo que me absorba tanto, como era el caso de la enfermería, que es lo que estuve haciendo durante mucho tiempo. Tengo otra vida, la creativa, a la que me gustaría dedicar más energía. Si estoy invirtiendo tanto esfuerzo en trabajar en un hospital, no me da. Prefiero un empleo en cualquier cosa que me permita, aunque cobre menos, dedicarme a lo que realmente me gusta, ya sea con mis grupos de música o asistiendo a conciertos, que estar encadenado a un trabajo que me consume.

 

Hay un libro de Layla Martínez titulado Utopía no es una Isla, que replantea cómo, en la sociedad actual, especialmente dentro de la izquierda, hemos dejado de lado la visión de futuros positivos y utopías. Ella sostiene que es crucial generar nuevos imaginarios que nos permitan concebir formas de vida dignas. Este enfoque es algo que también reflejáis musicalmente en canciones como «El Entusiasmo» o “Imaginación Política”. ¿Cómo creéis que la música puede contribuir a reimaginar estos futuros?

Jorge: Lo hablábamos el otro día en el programa de Carne Cruda y también lo mencioné en una entrevista para el disco Bremen No Existe. Desde la izquierda, no podemos aspirar solo a resistir. Eso significaría que solo podemos encajar bien los golpes, pero no seremos capaces de asestar ninguno. Deberíamos tener imaginación para poder desarrollar una táctica, una estrategia que, al ejecutarla, sea capaz de impactar y generar una consecuencia. No se trata únicamente de esquivar o de encajar el golpe continuamente, intentando no derrumbarte y evitar que te hagan daño. En algún momento, hay que tratar de contrarrestarlos y atacarlos.

Me encantó ese libro porque ofrece muchos ejemplos a lo largo de la historia de personas que han soñado y aspirado a cosas que, en su momento, parecían loquísimas. Muchas de estas ideas se hicieron realidad o dieron origen a conceptos que hoy en día son una verdad. Esas ideas eran necesarias, pero alguien tuvo que soñar y pensarlas para que luego pudieran llevarse a cabo.

El terreno de lo simbólico es fundamental para reencantar a las personas; cuando estás desmotivado, no llevarás a cabo acciones que tengan un gran impacto. Tienes que sentirte fuerte, y sentirte fuerte implica estar ilusionado, encantado y con la creencia de que tus acciones pueden tener algún sentido. Para mí, esto es fundamental. Dentro de nuestro campo de acción, que es la música y la creación de canciones, tratamos de incidir y elevar ese mensaje. Y esos ejemplos se reflejan en nuestras canciones.

Álvaro: Las canciones pueden darte esa chispa, como un rayito de luz que te impulsa a salir a la calle y hacer algo. Pueden ser un empujón; a mí me han ayudado.

Jorge: Las canciones hacen su trabajo, pero eso es solo un aspecto de esta lucha contra la desilusión. Buscamos crear canciones que sean capaces de ilusionar y que propongan vidas mejores. Pero, como he dicho, son solo uno de los jugadores en este partido, uno de los agentes; hay muchas otras cosas que también se tienen que poner en juego, no solo la música.

 

Canciones como “Madrid nos Pertenece” o “El Futuro sobre Plano” de este nuevo disco han servido para dar voz a diferentes colectivos y formar parte de movimientos sociales. ¿Qué significa para vosotros formar parte de estos movimientos a través de vuestra música?

Jorge: Es una maravilla, la verdad. «Madrid nos pertenece” además mola porque se ha llevado por ahí, pero no era tan evidente como “El Futuro sobre Plano”, lo cual me congratula muchísimo.

Álvaro: Mola porque cada uno hace su propia interpretación y, joder, a mí me emociona. No era algo que esperábamos ni que se hiciera a conciencia; esos tema se lanzarón y, por su propio camino, ha ido llegando a sus sitios.

Este año se cumple una década desde la publicación de vuestro primer trabajo, Centro Dramático Nacional. Sin embargo, me gustaría preguntar sobre una canción incluso anterior: “Aladies de la Nada”, que para mí es una de las mejores composiciones de Biznaga. Curiosamente, no se puede encontrar en plataformas de streaming como Spotify. ¿Qué recuerdos tenéis de esa canción?

Jorge: Solo está disponible en Bandcamp, y creo que hay alguna versión en YouTube. Quizás en el futuro la subamos a Spotify.

Álvaro: En Bandcamp puedes incluso descargarla. Las canciones están abiertas, por si quieres bajarte todo el LP, tanto de la primera maqueta que sacamos como de la segunda, que tiene cinco temas. Me sorprende que la gente todavía conozca “Aladies de la Nada”. En directo transmite muchísimo.

Jorge: Volviendo a lo que decíamos sobre Torete y cómo le conocimos, creo que Olaya de Axolotes Mexicanos nos etiquetó en una versión de un concierto que hicieron unos chavales, daba la casualidad que era Error 97. No sé si era su primer concierto o el segundo, pero estaban haciendo una versión de “Aladies de la Nada”, y nos preguntamos: ¿qué edad tienen estos chicos?

Álvaro: Creo que esa canción se ha convertido en una especie de culto. Para mí, es una de las canciones más importantes de Biznaga, a pesar de que no sea la más escuchada.

Jorge: La publicamos en un EP de 2013, pero estaba compuesta desde finales de 2011 o principios de 2012. De hecho, podría haber salido en la demo, pero no nos convencía cómo estaba grabada y la rehicimos, por eso salió un año después. Es la segunda canción que compusimos; la primera fue “Váteres”, que dura unos 30 segundos y es puro punk. Esa fue la primera canción que grabamos. “Aladies de la Nada” es completamente diferente, y ahora parece que ambas canciones han manifestado las dos vertientes del grupo desde el principio.

Ha sido un verdadero placer hablar con vosotros. Para concluir, ¿cómo estáis preparando el inminente comienzo de la gira?

Jorge: La gira comienzó el 11 de octubre en Zaragoza y después, tenemos muchos lugares programados: Alhaurín de la Torre, Pamplona, Valencia, Castellón, Alicante, Donosti, Bilbao y Vitoria, entre otros. Hemos elegido salas que conocemos bien, ya que llevamos tiempo girando y sabemos qué esperar de cada ciudad y de cada sala.

Además, tras tanto tiempo en la carretera, estamos en una posición en la que podemos exigir ciertos mínimos en cuanto a las condiciones. Esto, sin duda, repercute en la calidad de la música que vamos a ofrecer. El público podrá disfrutar de un buen espectáculo, no solo por parte del grupo, sino también gracias a las condiciones adecuadas de las salas y el entorno. Con un buen sonido y un público dispuesto a disfrutar, estamos seguros de que será una experiencia de calidad en todos los aspectos

Escucha ‘¡AHORA!’ de Biznaga

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