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Duelo de Discos I: Ianva vs Main Source

La verdad es que uno termina por aburrirse. Siempre andamos con lo mismo. Que si un poco de indie por aquí, que si algo de soul por allá, que si algo de rock clasicote… Pero al final no deja de ser una zona confortable de la que no salimos jamás. Siempre hablamos del mismo tipo de discos y artistas, en una sucesión cómoda que nos viene al pelo y nos mantiene en un apacible estado lineal. Sin sobresaltos, sin retos.

Por eso se nos ocurrió esta idea. No estaría mal que alguien que te conoce y que, además, tiene un amplio espectro musical a cuestas, te proponga algo que sepa, o intuya, que no va a estar en tu radio de acción. Un poco ponerte en un brete, vamos. Sin barrabasadas, sin discos de Andy y Lucas, pero sí con la suficiente mala baba como para significar un “anda, ahí lo llevas, chaval…”. Hablando siempre de grandes discos, por supuesto.

Pero es que a todo el mundo, nos pongamos como nos pongamos, nos resulta difícil llegar a todo. Y sin embargo, nos empeñamos en generar reductos mentales en que sí lo hacemos. En que somos todopoderosos. Por eso creímos bonito -y sano- el generar una situación en que alguien, de buen rollo, por supuesto, te coloque en  la situación de escuchar un disco que le gusta, pero que sabe que tú ni has escuchado, ni escucharías si él no te lo dijera.

De esa forma, esta especie de duelo que Fidel Oltra y Juanjo Frontera, vuestros seguros servidores, nos proponemos el uno al otro, significa encontrar una sugestión que, aunque nos gusta lo que hacemos habitualmente, no solemos encontrar ya de forma frecuente. Plasmar negro sobre blanco las impresiones sobre un disco que alguien nos ha colocado delante, sin haberlo elegido, es para nosotros completamente inusual. Y por tanto, estimulante, divertido. Esperamos, por supuesto, que para vosotros también lo sea.

Duelo de Discos I: Ianva vs Main Source


IANVA – DISOBBEDISCO! (Antica Fonografia Il Levriero, 2006)

Duelo de Discos - Ianva

No sé si lo saben, pero Fidel es un gran jugador de ajedrez. Tal vez por eso yo ya sabía, cuando le propuse la idea de hacer este pequeño duelo, que me iba a hacer jaque. Tal como hemos explicado, esto se trata de hacer salir al otro de su zona de confort. De proponer discos que uno sepa, o intuya, que no van a estar dentro del radar del otro, de su contexto habitual y que, por tanto, le costará un esfuerzo extra poder asimilar y formarse una opinión.

Y vaya si me ha hecho jaque. No mate, pero caramba, me ha costado salir del entuerto. Fidel sabía perfectamente que ponerme por delante un disco conceptual, de inclasificable mezcla estilística, cantado en italiano y basado en una historia romántica del período de entreguerras, no iba a ser precisamente mi taza de té. Y la verdad, al darle por primera vez a la señal de reproducción (por supuesto, en streaming, el duelo no obliga a comprar nada físico), la sensación era un poco la de estar ante un ladrillaco.

No obstante, Fidel es demasiado sabio como para ponerme en un brete y ya sanseacabó. Él sabía que aquí había mandanga, que si tenía paciencia acabaría viendo las virtudes a un disco que, precisamente por situarse en los márgenes de todo eso a lo que el pop convencional nos tiene acostumbrados, resulta bastante más sugerente de lo que inicialmente cabía pensar.

Y es que Ianva son una especie de anomalía en el panorama musical italiano. Nueve musicazos cuya misión es reivindicar el europeísmo, los ecos de otros tiempos, una especie de arqueología, tanto histórica como musical, que es de todo menos evidente. Su música, por tanto, es muy cinematográfica, busca que la historia, en este caso, una historia de amor imposible entre un militar, el mayor Renzi, y Elettra Stavros, una espía enemiga, en el marco de la ocupación de la ciudad adriática de Fiume por parte de los acólitos de Gabrielle d’Annuncio, un escritor pseudofascista que inspiraría a posteriori a Mussolini y que disputó esta ciudad a la futura Yugoslavia. Unos Romeo y Julieta de entreguerras, vamos.

Como ven, el contexto aquí lo es todo. O casi todo. Aporta el conducto a través del cual este conjunto genovés de exquisita formación musical despliega todo su poderío. Canciones que evocan tanto a compositores clásicos, como a los scores de Morricone o Rota, a crooners oscuros como Fabricio de André o Scott Walker, ciertas reminiscencias post-punk como David Sylvian o Piano Magic y un cierto tufillo al mismo plano europeísta y romántico que evocan, aunque de otra forma completamente distinta, los portugueses Madredeus. Todo eso mezclado.

Disobbedisco! es, por tanto, un disco tan inhabitual como interesante. Aunque algo ampuloso a ratos, eso sí. Su ánimo de teatralizar todo al máximo aporta algunas aristas, igual que cierta sobreproducción que sobrevuela el conjunto. Pero eso no quita para que su valor como documento sonoro que retrata a la perfección tanto una historia como una época, tenga su atractivo. No obstante, seré sincero: no me ha cambiado la vida, ni creo que me lo ponga a menudo. Pero me ha sorprendido. Lo cual no es poco, no señor. Uno, después de tantos años de escuchar, coleccionar y hasta estudiar, se termina creyendo, bendito iluso, que lo ha escuchado casi todo. Está muy bien que te descoloquen y que te pongan en tu sitio. Así que gracias, Fidel.

Juanjo Frontera

 

MAIN SOURCE – BREAKING ATOMS (Wild Pitch Records, 1991)

Duelo de Discos Main Source

«Un soneto me manda hacer Violante, que en mi vida me he visto en tanto aprieto”. Estos versos de Lope de Vega, espero me perdonen la pedantería, bien podrían ser el subtítulo de esta sección que hoy inauguramos mi compañero (y de momento amigo, veremos lo que dura) Juanjo Frontera y yo mismo en Muzikalia. Me ha venido a la cabeza el famoso soneto a cuenta de lo que me voy a encontrar por aquí en los próximos meses: un desafío tras otro, intentando sacarme a empujones de mi zona de confort musical.

Para empezar mi colega aquí presente, sabedor de mi poca inclinación y escaso conocimiento respecto del universo hip hop, me lanza (zas, en toda la boca) este disco de un grupo que hasta ahora desconocía: Main Source. Un colectivo formado a caballo entre Nueva York y Toronto en el que, al menos en el momento de grabar este disco de debut, destacaba el MC y productor Large Professor. Encuentro por ahí que se les relaciona con el movimiento Daisy Age, una especie de rap de buen rollo y con toques de pop encabezado por De la Soul. Ciertamente, escuchando ese Breaking Atoms noto esa suavidad en el flow, esa accesibilidad y ese rapeo melódico que, debo confesar, sí que me gusta. Es decir, debo aclarar que dentro del mundillo hip hop / rap sí que hay cosas que me atraen, y sobre todo son aquellos grupos y discos menos agresivos, más melódicos y que se contornean alrededor del pop mientras fluyen con gracia y sentido. Main Source, a quienes solo ahora tengo el gusto de conocer, entran en el saco desde hoy.

Me imagino que buena parte de culpa de este pulgar hacia arriba la tienen las bases que usa el grupo. Sonidos extraídos en su mayoría de temas de soul y jazz, agradables al oído, reconocibles y amistosos. Nada más arrancar el disco con «Snake eyes» me encuentro con ese flow melódico que, repito, sí que aprecio. Dos o tres canciones después se confirman mis sospechas, y es que canciones como «Large Professor» o sobre todo «Just a friendly game of baseball» (a pesar de la intensa crítica implícita en la letra de esta última) se disponen sobre una base jazz exquisita, y además hacen un uso del ritmo y el fraseo que las hace casi tarareables. «Live at the Barbeque», donde colabora el por entonces casi desconocido Nas, es otro de esos temas que fluye con una naturalidad que aprisiona los sentidos.

Dentro de esa concepción pop del rap, que me ha llevado a adorar discos como el My Beautiful Dark Twisted Fantasy de Kanye West, quizás mi tema preferido del disco sea «Watch Roger do his thing». Ese bajo pegadizo de fondo, que seguro que he escuchado en alguna canción de soul o funk pero ahora no identifico, le da un buen rollo a la canción (volvemos al Daisy Age) y un groove que me hacen bajar la guardia y olvidarme de que esto es un reto. Sí, lo cierto es que se está convirtiendo en un placer.

Todo no es color de rosa, claro. Como dije, «Just a friendly game of basketball» esconde una dura crítica contra la violencia policial, como también parece hacerlo por ejemplo «Peace is not the word to play». Pero, insisto a riesgo de hacerme pesado, todo fluye con tanta naturalidad, sin altibajos ni escupitajos ni estruendosos experimentos, los sonidos me resultan tan agradables y familiares, que el disco se me hace incluso corto. Además, me he divertido tanto escuchando la maravillosa «Vamos a rapiar» y a su hilarante locutor (recomiendo escuchar atentamente su ‘speech’ en castellano), que no puedo menos que agradecer que mi (por hoy, todavía) amigo Juanjo me haya disparado este disco para empezar el duelo.

Si alguien, como yo, tiene algunas reticencias a la hora de introducirse en el mundo del hip hop y el rap, este Breaking Atoms no es un mal sitio para empezar a sacudirse prejuicios. Así, sí.

Fidel Oltra

 

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