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Entrevistamos a Ismael Serrano

Seremos supone la nueva colección completa de canciones que Ismael Serrano venía demorando desde La Llamada (2014) por un buen motivo: 20 años. Hoy es siempre (2017), merecida celebración con una extensa gira a ambos lados del Atlántico, la posterior publicación de un valioso acústico en directo, Todavía (2018), y un nuevo título en su bibliografía: El viento me lleva (2019). Y siempre es un placer conversar con él, sobre todo por ese mérito tan poco valorado hoy en día como es mantener el tipo artístico, compositivo y personal a pesar de los fuertes vientos que a diario se llevan la razón, la sensatez más elemental, por decirlo de alguna manera.

«Nos estamos jugando el futuro en un momento en el que se plantea una batalla ideológica de trincheras en la cual hay poco diálogo, en la cual estamos trasladando las peores dinámicas de las redes sociales»

“Un Último Acto de Rebeldía” tal vez sea la clave de este arco de canciones, en un momento dado dices: “Aún no hemos perdido la partida”. ¿Qué nos estamos jugando?

Bueno, nos estamos jugando el futuro en un momento en el que se plantea una batalla ideológica de trincheras en la cual hay poco diálogo, en la cual estamos trasladando las peores dinámicas de las redes sociales, sobre todo de Twitter, las estamos aplicando a cualquier debate político con todo lo que conlleva, es decir, con esa polarización, con esa falta de diálogo, con esa intolerancia, ese hermetismo de alguna manera, parece que sólo queremos oír lo que escuchamos.

Entonces nos jugamos, entre otras muchas cosas, avanzar hacia una sociedad cada vez más polarizada, de comunidades cerradas que pierdan el contacto unas con otras, una cierta segregación por así decir, de gente con intereses afines, con gustos afines, que yo creo que es lo que promueven las redes en contra de lo que inicialmente se pensaba, pensábamos que nos iban a comunicar más, que iban a generar espacios abiertos y cada vez son más cerrados. Nos jugamos todo eso, nos jugamos como siempre el futuro, tampoco hablo de una batalla concreta pero sí de la necesidad de no sucumbir a la melancolía, creo que a veces me da esa sensación, que sucumbimos a la apatía y a la melancolía. Ahora nos preguntamos todo el rato “qué va a ser de nosotros, ¿vamos a ser mejores?, ¿vamos a ser peores?”. Y todos, el 70% de las personas caen en el pesimismo y dicen “no, no, no, ni mejores ni peores, saldremos tal…”. Bueno, pues yo creo que esa es la batalla, el no sucumbir a la melancolía.

Ese factor tan humano también se ve reflejado en parte con el adelanto que fue “Farenheit 451”, aquel libro de Ray Bradbury cuyo título indicaba la temperatura a la que arde el papel.

Sí, esa canción hace referencia, bueno, leí una cita de Bradbury que no sé si será verdad pero me gustaba, decía: “con el tiempo nos dimos cuenta que no hacía falta quemar los libros para la construcción de una post verdad”, que es de lo que habla esto. En la distopía de Bradbury se queman los libros para convertir a la sociedad, para que la sociedad pierda su capacidad crítica, sumirlos en un cierto letargo, en una cierta apatía, y aquí trato de hacer un paralelismo con una sociedad en la que sin la necesidad de quemar libros y a través de ciertas dinámicas que se reproducen en las redes sociales y a veces en algunos programas de televisión pues sí se nos desconecta de la realidad tratando de imponer un relato alternativo, esa post verdad que poco tiene que ver con lo real, no deja de ser un espejismo que genera unas sensaciones artificiales que generan frustaciones que nos deshumanizan en algún punto.

En “Adiós”, que sigue la estela musical deLa Llamada’ (2014), dices: “Un hasta nunca a las heridas (…) y digo adiós a los fascistas que se alimentan del miedo y las mentiras (…)”, bueno, es un poco todo este círculo que estamos comentando, pero donde también, ojo, se echa en falta que nosotros mismos contrastemos más todo, tener una verdadera opinión propia.

Sí, sí, también, no se trata de eludir la responsabilidad también como individuos, ¿no? Como sociedad hay mecanismos, efectivamente, que nos empujan a eso, a perder la manera crítica pero también de manera individual tenemos una cierta responsabilidad cuando no somos capaces, como bien dices, de cuestionarnos la información que nos llega, hay también un cierto reproche en ese sentido, claro.

Muy acertado el bloque de las colaboraciones, justo con gente que tiene una vertiente actoral como es el caso de Litus, por ejemplo. También Jimena, Ede y Pablo Alborán, con quien tienes un público quizá diferente pero que sin embargo suma. ¿Cómo se fraguan?

En el caso de Ede es una voz que ya conocía por algunas colaboraciones, también con Xoel López y demás, me había llegado por diferentes caminos… Estaba buscando una voz de mujer para “Cállate y Baila” y convertirla en un diálogo, buscaba una voz muy particular que equilibrase el peso de la mía, que fuera diferente y mucha gente me hablaba de Ede, de repente empezó a aparecer su nombre, después estamos grabando en el estudio de Rosillo y al lado que está lleno de locales de ensayo estaba Xoel con ella y, bueno, un día fui a buscarla pero no la encontré, se dieron como varias circunstancias y al final me animé a pedirla que cantara conmigo. Y bueno, no hay más que escuchar la canción porque es una pasada como la interpreta ella, la sensibilidad con que lo hace, la personalidad, está llena de verdad, te la crees, te crees el relato que están contando los dos, ella y yo.

Y efectivamente con respecto a la vertiente actoral de alguno de los colaboradores es que es así, o sea, por ejemplo en “Porque Fuimos” sabes que yo siempre he tenido la fantasía de hacer un musical, lo del teatro es algo que tengo ahí metido en la cabeza, “Porque Fuimos” era una suerte de ensayo de un musical que está en mi cabeza y ojalá podamos llevarlo un día para adelante, Litus está trabajando con Sergio Peris Mencheta y Clara Alvarado que también participa ha hecho teatro musical durante mucho tiempo, entonces me apetecía imprimirle un cierto carácter de musical a una canción que, bueno, creo que pretende, tiene como una vocación épica y darle un carácter coral iba a ayudar a que eso creciera.

En el caso de Jimena me apetecía mucho cantar con ella, además una canción que habla sobre la lucha de las mujeres, “Cuando Llegaron Ellas”. Había colaborado en sus discos pero ella nunca había colaborado en uno mío, me apetecía cantar con ella una canción que habla sobre la lucha de las mujeres, como casi dedicada a nuestra hija, a su futuro.

Y en el caso de Pablo Alborán yo creo que, como bien dices, es un público que suma. Creo que en este país, hablaba el otro día con un periodista, hay un cierto prejuicio a la hora de mezclar, de sumarte a los proyectos de otros, quiero decir, es muy bonito, “La Primera que Despierta” ha quedado preciosa pero es que Pablo tiene un talentazo como intérprete, como músico, creo que es innegable la sensibilidad y además cuando lo conoces personalmente te das cuenta, entiendes esa sensibilidad con la que canta,  esa pasión con la que vive la música, cómo lo vive todo. Cuando le propongo una canción que habla sobre la tarea de los cuidados enseguida piensa en su madre y empezamos a hablar de nuestras madres, y es cómo se fragilizan con el tiempo, con la pandemia, con todo, nuestras preocupaciones y demás, y ha sido super bonito, es una experiencia super bonita, cuando ves el resultado dices ¡guau! Es que este tipo canta, es que es especial.

Además vuestros colores de voz también suman aunque es difícil evitar los posibles prejuicios por género musical, también por ser supuestamente comerciales…

Sí, pero luego hay una cosa del mainstream sobre todo desde cierta crítica periodística musical, sabes, que es raro porque es como considerar… ¿por qué consideramos que Camela es canción popular y que qué guay?, ¿por qué Tangana canta con La Húngara y lo vemos como…? Hay un punto de impostura a la hora de analizar según qué colaboraciones, es absurda quiero decir, si lo de Tangana, joder, yo no estoy en la vanguardia de la experimentación musical y lo que ha hecho Tangana es sumamente inteligente y muy potente, yo he hecho una canción pequeñita y de corte más tradicional por así decirlo dentro de lo que es la canción melódica si quieres, pero bueno, nadie se sorprende de esas cosas, la gente dice “guau, que bien”. Más que impostura hay un cierto prejuicio del que no te escapas finalmente, del que no se escapa cierto periodista musical y es capaz de decir “Camela mola porque es popular”, pero es que Pablo Alborán es tan popular en el sentido de que está arraigado en el imaginario de la gente y es una figura casi icónica en el día de hoy porque es uno de los cantantes más admirados y queridos, además querido incluso también por el gremio, es una persona a la que la gente le quiere mucho por esa sensibilidad, claro.

Y además en el caso de Alborán, Camela o tú mismo, tuvisteis éxito de por sí, desde el principio, empezando desde diferentes posicionbes pero calando por vosotros mismos y luego ya se suma la gran industria, por así decirlo.

Eso es, tal cual, tal cual.

Hablando de C. Tangana me llamó la atención el hecho de que compartierais top de venta digital la semana de tu estreno, tú estabas primero y C. Tangana el tercero. Una buena representación de la diversidad de estilos, el caso es que tanto él como tú podríais ser dos caras de la misma moneda, complementarios al final, ambos madrileños para más señas.

Claro, es que efectivamente eso es lo bonito también, yo estoy seguro que alguien que escuche C. Tangana le puede gustar mi disco y a alguien que le guste mi disco le puede gustar C. Tangana. Creo que a veces el oyente medio tiene menos prejuicio del que tiene una cierta crítica especializada o cierto periodismo y creo que eso lo hemos hablado tú y yo alguna vez, creo que esos prejuicios no sé si existen en otros países, en otras culturas, ¿sabes?, quiero decir, en los discos homenaje a  Leonard Cohen te encuentras a gente muy diferente, de otros ámbitos, y le tienen como referencia y le tienen respeto, ese tipo de cosas yo creo que no sé si aquí, aquí hay como un cierto prejuicio mayor.

Durante la pandemia sufrimos la pérdida de Luis Eduardo Aute, quizá él sea de los pocos que reunía esas características como las de Leonard Cohen a la hora de los discos que le han homenajeado, el propio Aute también participa en un homenaje a Cohen (‘Acordes con Leonard Cohen’, 2007). Es cierto que Aute es un ejemplo único y hay pocas figuras así.

Las hay, las hay, y fíjate muchos son cantautores, gran parte de ellos, pero las hay, creo que hay figuras que son veneradas, que son respetadas pero también son carreras que se consiguen con mucho tiempo y Aute era una de ellas, claro.

En esta ocasión, Rodolfo ha compuesto la letra de “Derramando Nuestros Sueños” y comenta Manuel Jabois en el texto promocional que era una forma de responder a tu “Papá, Cuéntame Otra Vez”. ¿Cuando la estabas musicando lo entendiste así?

No, la verdad que no la veía tan así, elegí “Derramando” porque es un ejercicio de composición que a mí me gusta mucho hacer, que creo que no se hace tanto y que a mi padre se le da muy bien, que es lo de contar historias. Es como “La Extraña Pareja” que compuso para mi primer disco y demás, que es eso de contar un encuentro con un final, un giro un tanto inesperado ¿no? Que es eso, el cantante que se cree un gran seductor y se encuentra con la horma de su zapato, una chica que lo único que quiere es que le firme el disco y entonces toda su fantasía se queda en eso, en una fantasía, sin más, y me hacía gracia. Y ese estilo de canción, de casi presentación, nudo y desenlace, esa canción en la que aparece el diálogo como en “La Extraña Pareja”, ese tipo de canciones me gustan mucho, algo que a mi padre se le dan muy bien, sí.

“Soltar” adelanta a “Adiós” para ser la última canción de ‘Seremos’, algo que me llamaba la atención cuando la oía porque “Soltar”, aunque sé que la letra va por otro lado, pero entre el arreglo de cuerdas y un poco lo que dices en su arranque: “Elegir nunca fue sencillo”, la sensación es de epílogo.

Totalmente, totalmente, además, joder, das en la clave porque el cierre responde a eso, a hacer un gran final. La lógica hubiera dicho que la última canción fuera “Adiós” pero no, yo quería que fuese “Soltar” que tiene ese punto de alivio, que tiene una… En clave sentimental también es como una revisión de la eterna canción de desamor que por lo general suele estar llena de rencor, y quería terminar con una canción en la que nadie se muere de amor como dice la canción, “Soltar” con esa sensación de vamos a acabar bien, bueno, pues vamos a acabar bien el disco. Y acabar con un gran final con este punto de cuerda, con esa coda final que es casi también de musical, con esa melodía (tararea), es que toda la canción tiene un punto ochentero si te fijas y hasta eso de los coros y demás, y a mí me hacía gracia, es decir, me parecía bonito terminar con un final que tuviera ese punto, esa intención de reconfortar un poco el alma.

Escucha ‘Seremos’ de Ismael Serrano

Un comentario en «Entrevistamos a Ismael Serrano»

  • interesante entrevista. un tipo lúcido, con un discurso muy interesante y cabal. Nos hace falta gente con esas ideas tan claras y esa lucidez

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