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Especial: #CulturaDeSala y el vital papel de las salas de conciertos

Las salas de conciertos desempeñan un papel vital en la cultura musical: son el crisol y campo de entrenamiento para artistas y bandas que aspiran a destacar en la industria.

Es en estos recintos donde los talentos emergentes se forjan y los grandes nombres se consolidan; donde se vive ese mágico viaje desde los nervios e ilusión de los primeros shows hasta la experiencia y nostalgia de los últimos.

Para otorgarles el protagonismo que merecen, nace #Culturadesala, ciclo que se ha llevado a cabo entre los meses de abril y julio de 2023, con alrededor de 200 conciertos organizados por diversas salas de España, presentando a más de 25 artistas en gira por toda la geografía del país.

#Culturadesala surge gracias al convenio firmado entre el INAEM (Instituto de las Artes Escénicas y de la Música) del Ministerio de Cultura y Deporte y ACCES, la Asociación Estatal de Salas de música en directo, que se llevará a cabo en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea, NextGenerationEU.

Han sido los profesionales de cada una de las más de 100 salas de más de 40 provincias quienes han ejercido, como no podía ser de otra manera, de prescriptores de talento para elegir las propuestas que consideren que más gustarán a su público, ese que ellos conocen mejor que nadie. Para ahondar en la importancia de su papel, hemos charlado con los responsables de la programación de cinco importantes salas de nuestro país: Maravillas Club (Madrid), Revólver (Murcia), Mardi Gras (A Coruña), Malandar (Sevilla) y Euterpe (San Juan, Alicante).

¿Cuál es el papel de las salas de conciertos como programadores en el panorama musical español?

Clara Collantes de Maravillas Club: «Mi sensación es que muchas veces se confunde el papel del programador con el del promotor de conciertos. Esa confusión suele reducir la labor desarrollada por las salas a la de meros gestores de calendario, que vamos rellenando huecos con las bandas que nos contactan. Es una percepción que no tiene en cuenta que todos somos necesarios, no contingentes.

Los grupos pueden darse a conocer y también desarrollar sus propuestas artísticas en las salas. El público que disfruta de la música en directo, disfruta de los conciertos en salas. Creo que merece la pena tener esto en cuenta, sin obviar las muchas cosas a mejorar por nuestra parte».

Tomi Legido, programador de Mardi Gras tiene claro que son espacios de convivencia y de cultura: «Somos el comercio de proximidad cultural en el que personas que tienen gustos comunes se encuentran y son felices. Así de sencillo y así de importante».

Para Toni Pérez (Sala Revólver): «El papel de las salas a nivel musical “underground” y medio, es la columna vertebral. De las salas parten todas las propuestas que deben después crecer o llenar espacios de mayor aforo. Extrapolarse a festivales y otros recintos. Marcamos el origen de muchos proyectos e ideas que se impulsan a través de nuestra escena. También mantenemos ¨el ecosistema¨ musical activo durante los meses de otoño, invierno y primeros de primavera».

Jonathan, de la sala Malandar apunta: «Yo lo definiría como encontrar el buen tiempo dentro de la época de invierno. Damos muchísima vida a los amantes de la música en directo, es el punto de encuentro de muchos amigos, la oportunidad de ver a tus artistas favoritos desde cerca y conocer nuevos talentos, las salas se llenan de muchísima vida en la temporada».

Mientras que Fran Bordonado de Euterpe deja claro que: «Somos prescriptores de cultura. Nuestra función es la de estar junto a los artistas, somos el trampolín y consolidación de todos esos proyectos que a día de hoy llenan grandes eventos; apostando siempre por el talento y vertebrado el acceso a la música de una manera sostenible y descentralizada. Estando atentos a las nuevas tendencias sin dejar de lado los estilos más populares o clásicos, y todo esto con la dureza de muchas veces no conseguir cuadrar los números a final de mes».

Somos conscientes de la importancia de las salas como verdadero corazón de las giras. ¿Qué aporta un ciclo como #culturadesala?

Tomi Legido se lamenta de que un altísimo porcentaje de la población no es consciente de ello. «Y es una pena, estoy convencido de que seríamos una sociedad más sana a nivel físico y mental visitando las salas de conciertos con más frecuencia. Descubrir artistas que no te suenan de nada nos ayuda a ser conscientes de la cantidad ingente de bandas y estilos que hay en el planeta. #Cultura de sala nos da la oportunidad de ofrecer a nuestra afición artistas que normalmente actúan en espacios con más aforo y eso es un plus dentro de nuestras programaciones. Que las administraciones apoyen a las salas de conciertos y las de teatro es ahorro en sanidad, insisto en este tema porque no se suele verbalizar, pero está demostrado».

Fran Bordonado cree que «Aporta muchísimas cosas, alguna de ellas posicionar la labor de los programadores privados de música en directo, que con una pequeña ayuda económica se ha podido demostrar que somos capaces de realizar una programación de primer nivel, haciendo una programación atractiva con variedad de estilos, y teniendo una gran acogida de público.

También se demuestra que las salas de conciertos, a pesar de las diferencias que podemos tener en nuestras características de aforo o de estilos, apostamos por la unidad del sector y hemos tenido una gran capacidad de trabajar todas juntas para conseguir objetivos comunes».

Para Clara Collantes: «Además del apoyo institucional que ha permitido poner en marcha el circuito, creo que el mayor potencial del ciclo está en dar valor a los conciertos en salas desde una doble perspectiva. Por un lado, la idea de una “cultura de sala”. Los conciertos en salas de pequeño aforo son algo distinto, tienen una entidad propia, nos permiten disfrutar la música de una manera especial. Por otro lado, la idea de un circuito de salas, que puede ser muy poderosa. Muchas veces, las salas olvidamos que no estamos solas y que, probablemente, si colaboramos nos puede ir mejor que yendo cada una a lo nuestro».

Toni Pérez comenta que «la escena de las salas cambia en cada temporada, tenemos una variedad muy rica en estilos actualmente en la mayoría de salas de conciertos. Artistas de todos los niveles pasan por los escenarios pero con #CulturaDeSala hemos apreciado un línea de artistas que seria difícil ver en algunas salas de pequeño y mediano aforo. Además han proporcionado a rinconcitos de la geografía musical nacional la visita de estos artistas animando a las salas a volcarse como promotores y ayudar a traer a este perfil de artistas».

«Ha ayudado a que artistas que ya estaban en un escalón por encima hayan tenido la oportunidad de volver a muchas salas que habían tocado con anterioridad y también a descubrir nuevos talentos» apostilla Jonathan de Malandar.

¿Qué desafíos han surgido durante la implementación de este circuito y cómo se están abordando?

Toni Pérez: «Sobre todo la cantidad de publicidad que se debe de hacer para un concierto convencional, pero esta vez doblando en esfuerzos. Que siempre se hace esta producción en publicidad pero esta vez compartiendo la visión de promotor/administrador sala. Aun así a resultado apasionante, ya que en nuestro caso, hemos podido traer a dos bandas a través de esta ayuda que de otra manera sería imposible  traerlas sin esta iniciativa».

En opinión de Tomi Legido «El primer desafío era realizar una selección artística dentro de lo razonable, ya que somos salas de tamaños muy diversos. En nuestro caso estamos en una esquina del país y eso supone una dificultad extra porque los costes para los artistas son más elevados casi siempre. Mardi Gras se ha aliado con la Sala Rebullón de la provincia de Pontevedra y con Porta Caeli de Valladolid para realizar una oferta de tres actuaciones a Dr. Explosión. El hecho de que los programadores de ciudades con distancias razonables para tocar en días consecutivos ha sido algo muy positivo».

Fran Bordonado cree que «Uno de los desafíos principales ha sido la de adaptarnos a las apretadas agendas que tenemos las salas con la disponibilidad de fechas que tienen los artistas, porque hay que tener en cuenta que son casi 200 conciertos en apenas 4 meses, el trabajo logístico ha sido impresionante».

Mientras que Clara Collantes apunta: «Diría que ha sido ACCES quien ha tenido que abordar los mayores problemas para dar forma al circuito, coordinar a las salas, ayudarnos con el proceso, etc».

¿Cómo se fomenta la participación y el compromiso del público en los conciertos del circuito?

Jonathan de Malandar considera que «Al final el público va a ver a su artista, por lo que la participación y compromiso siempre es buena».

Tomi Legido «Al ser la primera edición, intentamos realizar la misma estrategia que con otros conciertos.  Trabajo intenso en redes sociales, pegada de cartelería, envío de notas de prensa… En nuestra ciudad ahora mismo se está produciendo una oferta enorme de conciertos, muchos de ellos gratuitos en plazas y calles, conseguir que la gente pague una entrada está resultando complicado. Pero confiamos en que la calidad de las bandas que tenemos, Dr. Explosión y Bala impulse que haya buenas entradas en los dos conciertos».

Toni Pérez:  «Siempre dando una oferta atractiva tanto en entrada, como en horario. Con una publicidad honesta, mostrando al artista o artistas que acuden a este circuito con un gran compromiso por parte de toda la empresa. Desde luego lo hace especial porque no se suelen ver artistas en salas pequeñas de la talla de Sex Museum, Niña Coyote Eta Chico Tornado o Bala. Así que se suele apreciar ese punto de vista y también que pone en valor organismos como ACCES, que pelean cada día por dar voz a nuestros espacios».

Fran Bordonado: «Pues apostando muy fuerte por la comunicación, mostrando por todos los medios posibles las virtudes de este circuito. Además, las salas de conciertos seguimos teniendo esa cualidad especial de cercanía con los artistas, la capacidad de transmitir el arte de una forma pura y directa, generando sensaciones únicas para esos «pocos» elegidos que apuestan por los conciertos en las salas de su territorio, o que incluso se desplazan a otras zonas sabiendo que van a presenciar un concierto singular, valorando la capacidad de arriesgar que tienen las programaciones de las salas con el fin de conseguir el equilibrio y mantenerse a flote dentro de la industria musical».

¿Qué criterios se tienen en cuenta a la hora de programar un concierto?

Clara Collantes: «En Maravillas intentamos mantener un equilibrio entre la viabilidad de los conciertos y su interés musical. En esta nueva etapa de la sala, que cumple ya 10 años, en primer lugar se buscó volver a poner a Maravillas en el circuito de conciertos de música pop, rock e indie, en su sentido más amplio. Y adaptarnos a la nueva realidad de los conciertos en Madrid, tan diferente del pasado de la sala en sus etapas anteriores como Maravillas y Nasti. Hemos intentado posicionarnos como un espacio para propuestas musicales y artísticas de la comunidad LGTBIQ+. Queremos ser una sala abierta, pero con una idea de programación coherente».

Jonathan de Malandar: «Es muy importante que haya un reclamo por parte del público y que haga tiempo que no haya estado por la ciudad».

Tomi Legido: «Esta pregunta da para escribir un buen rato. Cada sala tenemos una dirección artística más o menos abierta y, partiendo de ella, ofreces durante cada mes una serie de conciertos dirigidos a públicos distintos. En Mardi Gras programamos unos 16 días al mes, en una ciudad pequeña, es impensable que la gente vaya a pagar por más de 3 conciertos (salvo alguna excepción, gente la que le hacemos la ola cada vez que viene) al mes. Intentamos también no pisarnos el mismo día con salas hermanas, pero luego tiene que coincidir que la banda pueda venir por ruta hasta A  Coruña… digamos que programar en una sala es como tener un circo de tres pistas. A veces sale todo perfecto y otras sabes que vas directo al fracaso. “La ciencia de programar en una sala”, como digo, sería un libro a escribir».

Toni Pérez: «Si es viable tanto en distancia, si está lejos del recinto. Como en fecha para el artista y sala/organización. Sobre todo, si el perfil del artista o de la sala, aforo y localización. Encajan entre ellos. Y el nivel de popularidad del artista en la localidad».

Fran Bordonado: «Pues la particularidad que ha tenido este circuito frente a otros, es que cada sala con independencia ha propuesto artistas que, bajo su criterio, saben que por estilo funcionan en su sala, si alguien conoce bien al público objetivo es precisamente quienes trabajan a diario con ellos».

¿Qué papel juegan las salas de conciertos en zonas periféricas o rurales?

Toni Pérez: «El valor es inmenso, dar color a la agenda mensual. Aportando una cantidad de artistas “de paso” que suelen caer de camino. Además que enriquecen localidades que no suelen estar presentes en agendas culturales abundantes en actividades. Y además dan altavoz a propuestas fuera de núcleos urbanos».

Fran Bordonado: «Son imprescindibles para hacer llegar la cultura a zonas donde el acceso a ella es muy difícil sin desplazarse, ayudando de manera clara al mantenimiento económico y social de sus territorios, frenando en parte la despoblación de la “España Vaciada”.

Tomi Legido: «Soy mánager de artistas que visitan esas salas y procuro ir con ellas. Me encanta ver lo que se genera. Casi te diría que podemos volver a la primera pregunta, pero allí la sensación de comunidad es aún mayor. Son puntos fundamentales en la vida de su localidad y las vecinas. Tengo claro que los ayuntamientos deberían contribuir a la existencia y mantenimiento de esas salas que generan una vida en su entorno que nadie parece valorar. Los músicos suelen ser muy felices en esos pequeños espacios rurales en los que todo va más despacio, que te dan de cenar, que lo de los horarios suele ser más flexible… Recomiendo viajar a esos espacios como experiencia».

Clara Collantes: «Programo en Maravillas desde hace varios años, pero llevo algunos más tocando la guitarra en distintos grupos. Como música, y también como público, he vivido algunas de mis mejores experiencias en salas fuera del circuito habitual. Los grandes festivales están muy bien, pero la música en directo también tiene que llegar a otros lugares. No lo veo como una idea romántica, es pura supervivencia de la música en directo como alternativa cultural y de ocio».

Jonathan de Malandar: «Para esta pregunta puedo hablar desde fuera, pero lo que noto es que dan una oportunidad a las personas que no viven en el centro y no tienen facilidad de transporte para poder disfrutar de la mu?sica en directo».

¿Cómo se lleva a cabo la selección de artistas y bandas para formar parte del circuito?

Tomi Legido: «Supongo que cada programador o cada equipo de sala tendrá sus bandas favoritas, además de un histórico de la sala con artistas que han crecido pero que antes nos visitaban… Y partiendo de eso se van realizando cribas hasta llegar a que las piezas encajen. Uno de los problemas de esta primera edición es que los ritmos de las administraciones son unos y los de nuestras programaciones son otros. Teníamos pocas fechas disponibles. Pero al final lo conseguimos».

Fran Bordonado: «Pues siguiendo los criterios de programación, se realizó todo el trabajo de encajar las agendas de las salas con las agendas de los/las artistas, un trabajo impresionante con un magnífico resultado».

Clara Collantes: «Si #culturadesala tiene una continuidad, como esperamos, creo que las salas podremos involucrarnos más en el proceso de selección y, sobre todo, comunicarnos entre nosotras.

Una vez que hemos visto cómo puede funcionar el circuito, creo que nos va a resultar más fácil proponer artistas y bandas. Sería realmente interesante intentar consolidar un circuito de programación que no dependa solo del respaldo institucional. Soy consciente de que somos muchas salas, cada una con sus propios criterios, problemas e intereses. Pero puede merecer la pena».

Jonathan de Malandar: «Mediante un cuestionario, puedes aportar las bandas que te gustaría que participaran en el circuito».

Toni Pérez: «En nuestro caso se lanza una propuesta a una serie de bandas y artistas que nos resulten atractivos. Esa primera propuesta se analiza después en las respuestas, si el interés es mutuo y hay buena comunicación la mayoría de cuestiones se resuelven sin inconvenientes. Nos amoldamos muchas veces al artista para que se sienta cómodo y cercano».

¿Qué oportunidades brinda este circuito a los artistas emergentes y a aquellos que buscan expandir su público?

Clara Collantes: «Participar en #culturadesala es muy positivo para las bandas y artistas. Es tarea de todos afinar el oído en la selección, para atinar al máximo la hora de ofrecer esas oportunidades».

Jonathan de Malandar: «Muchísima, porque mediante esta oportunidad que brinda este circuito se puede apostar por artistas que quieran darse a conocer y estén en ese proceso, además de las campañas de promoción que se invierten en ello».

Toni Pérez: «Pues aparte de una oportunidad para pisar escenarios en toda España también pueden compartir tablas con artistas de la altura Kitai, que llevan girando años a pesar de su juventud. Así crear sinergias con otras propuestas. Abriendo camino a nueva audiencias, estrechando lazos con ella en salas muy cerca de sus experiencias como público».

Tomi Legido: «El hecho de tener garantizado un caché digno provoca un efecto muy interesante si las bandas lo saben aprovechar. Cualquiera que conoce este negocio sabe que “conquistar” nuevos territorios es muchas veces deficitario. #culturadesala puede ser un punto de apoyo para realizar tres conciertos en una zona en la que sabes que necesitas ir una primera vez para que el boca a boca, si lo haces bien, corra como la pólvora de cara a siguientes visitas».

¿Cuál es el enfoque en cuanto a diversidad musical y géneros dentro del circuito?

Tomi Legido: «Por lo que he visto hay mucha variedad. Está claro que con tantos conciertos tiene que haber muchos estilos reflejados.  Si hay vemos en las salas con esos más de 150 conciertos que programamos al año es que hay muchísimo talento y grandes músicos creando canciones y propuestas muy alejadas entre si. La clave es la calidad que ofrezcas y, algo fundamental para mi, la pasión sobre el escenario. Algo que se puede trabajar, pero que si tienes una vena artística dentro, se nota claramente. Y eso marca la diferencia».

Clara Collantes: «Mi percepción es que la programación ha reflejado la propia diversidad del circuito de salas de conciertos y los géneros que más suenan en ellas».

Jonathan de Malandar: «Podría decirse que es como darle a todos los botones jaja, no hay un género definido, lo bueno y bonito que tiene este circuito es que hay hueco para todo tipo de estilo musical».

¿Qué mensaje les gustaría transmitir a los amantes de la música y al público en general sobre la importancia de apoyar y disfrutar de los conciertos en salas?

Clara Collantes: «Si realmente supieran y sintieran lo que se están perdiendo, vendría más gente a conciertos en salas. Tal vez es hora de involucrar más al público habitual, que nos ayuden a propagar la palabra. Porque asistir a un concierto en una sala se está convirtiendo, cada vez más, en un acto de fe».

Jonathan de Malandar: «Que es muy importante conocer, muy importante acercarse a conocer las nuevas músicas y los nuevos artistas, que necesitan la fuerza y el empuje del público. Y es importante apoyar a tu sala de siempre, para que nunca deje de sonar».

Fran Bordonado: «Lo primero que hay que entender, es que las salas de conciertos son los escenarios de base, sin ellas a la música les faltaría un eslabón imprescindible para su desarrollo, por lo tanto, asistir a conciertos en salas de conciertos, ya sean bandas emergentes o consolidadas, es apoyar a toda la estructura de valor que tiene la creación artística. Por otro lado, la mayoría de las salas están gestionadas por pequeñas estructuras, son personas de tu entorno arriesgando muchísimo en pro del valor añadido que generan en sus barrios o poblaciones, que apuestan por un modelo de ocio cultural, responsable y beneficioso para el bienestar anímico de la sociedad».

Tomi Legido: «Que arriesguen, que no vayan solo a ver a artistas que ya conocen. Que busquen a las bandas que llegan cada fin de semana o por semana (normalmente las giras internacionales valen mucho la pena porque es gente que toca casi todos los días y eso se nota) a sus pueblos o ciudades y le den una oportunidad. Si una copa cuesta 7 euros, que cuatro o cinco artistas lo den todo en un escenario por 12 o 15 euros es muy barato. Aunque si la gente lo compara con los festivales con grandes patrocinios, a veces les parece caro, pero no lo es en absoluto. Y que vengan a las salas a conocer gente. Uno de mis mejores amigos a día de hoy lo conocí con 18 años (tengo muchos más) haciendo cola delante de un camerino para que los artistas, The Del Fuegos una de las primeras bandas americanas que vi en mi vida, nos firmasen el disco».

Toni Pérez: «Que aprecien su tejido musical, su escena, que vayan y apoyen los conciertos. Pequeños, medianos y que sepan que detrás de un concierto hay una larga lista de profesionales que luchan para poder llevar música a las salas y poder crear una programación a la altura y al alcance de todos».

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