Nadadora – Mañana y siempre (Ernie Records)
Nadadora se fueron antes de tiempo dejando un vacío que nos costó llenar. Ahora regresan por sorpresa y lo hacen al lugar que ocupaban, pero desde una nueva perspectiva.
Y es que su vuelta ha sido un rayo de sol en mitad del tiempo gris, como si una puerta que dábamos por cerrada se abriera de repente para dejar entrar un aire familiar, que reconforta. Son apenas 20 minutos de nueva música, seis canciones que irrumpen con la delicadeza de quien conoce el peso de los silencios, en los que donde antes había niebla, ahora se envuelven en una claridad sorprendente.
No vuelven haciendo ruido, sino desde la serenidad que aporta la madurez, un poso que se percibe en una escritura más refinada, en la producción cuidadísima y en la forma en que la voz de Sara Atán parece situarse un paso más cerca del presente, respirando sin miedo.
Mañana y siempre afronta la nostalgia no como una herida abierta, sino como un territorio que se puede recorrer con calma, asumiendo lo que duele y celebrando lo que permanece. Nada sobra en el conjunto, desde la resplandeciente de “1997”, a la sacudida de guitarras reverberantes de “Aparecer” o el dreampop cristalino de “Valiente”. Estamos ante un puñado de composiciones que no buscan replicar un pasado idealizado: lo redibujan, lo comprenden, lo acarician. Son temas que nacen de aceptar que el tiempo transforma, pero también cura.
Un feliz reencuentro que emerge como un acto íntimo y profundamente humano.

