Entrevistamos a Nani Castañeda (Niños Mutantes) por ‘Indilogía’
Si alguien piensa que cuando una banda histórica, porque eso fueron y serán los ya añorados Niños Mutantes, decide poner fin a su trayectoria por causas y circunstancias varias (y parece que insalvables desde el punto de vista logístico), eso lleva implícito que cada uno de sus miembros abandone la profesión durante al menos un período determinado, puede que en muchos casos se equivoque al cien por cien.
En el de Nani Castañeda, por ejemplo, batería titular de los granadinos desde el principio y alma mater de varios proyectos radicados en la capital andaluza desde su propia empresa de gestión cultural. Sin renegar de su espléndido pasado inmediato, el presente lo saluda desde las páginas de un manual imprescindible para entender los vaivenes de la industria de la música independiente en este país.
Se llama Indilogía y en él despliega un catálogo no sólo historiográfico, sino también sentimental, por el que desfilan algunos de los discos fundamentales, incluso alguno no comúnmente entendido como tal, de dicha escena. Un comunicador nato que se asoma al precipicio de la ausencia. Porque la necesidad de hacer música sólo puede suplirse con el impulso de escribir sobre ella.
«Lo que empezó siendo una pequeña secta de músicos que escuchaban todo el rato el pop y el rock alternativo británico y americano, acabó siendo una industria»
El libro se llama Indilogía, dándole ese acento que lo convierte en una especie de ciencia, o de enciclopedia. Pero también podría haberse llamado “Indilogia”, cambiando el acento, porque ¿esto del indie en los inicios no era como una logia, una entidad cerrada o una secta, entre comillas?
Muy buena la pregunta (risas). La verdad, primero, Indilogía se llama así por la palabra antología, es un juego de palabras entre lo supuestamente indie y el concepto de antología, porque al final el libro pretende ser una antología, una selección de piezas fundamentales de algo que en España yo prefiero llamar música alternativa. Y luego, efectivamente, tu propuesta sería maravillosa, hay otra gente que dice “indiología” que me parece casi mejor que la tuya, porque somos unos pocos indios (risas), pero como tú dices éramos bastante logia en los años noventa, bastante secta, pero ahí está el gran debate tanto del libro como de la sociedad hoy en día, lo que aquellos proto indies o primeros indies querían hacer y en lo que creían, y en lo que hoy en día se ha convertido esto. Hay un debate yo creo que demasiado exagerado a veces. Sigue habiendo buena música, sigue siendo música alternativa y siempre la habrá, siempre habrá música independiente hecha por estructuras independientes y hay que estar al día, escuchar a los nuevos grupos y sus propuestas. Han cambiado mucho los parámetros musicales y eso es también muy bueno, y lo que empezó siendo una pequeña secta de músicos que escuchaban todo el rato el pop y el rock alternativo británico y americano acabó siendo una industria, y es lo que intento explicar a lo largo del libro, cómo ha sucedido todo eso y cuáles son esos discos y artistas fundamentales que lo han hecho posible.
Dices en la introducción que tu reflejo artístico fue Luis Alberto de Cuenca con “Las cien mejores poesías de la lengua castellana”, al que sitúas como una de tus referencias literarias. ¿Cuánto de literatura hay en estas páginas, y cuánto de didáctica pura?
Pues yo espero que de literatura haya bastante porque a mí me gusta muchísimo la literatura, me gusta mucho leer, me gusta mucho el ensayo… Intento hacer un esfuerzo porque mi prosa sea muy correcta a la vez que divertida. Hay un gran esfuerzo detrás para escribir cosas que sean didácticas y divertidas y emocionen al lector, al final tienes que hacer tú un gran esfuerzo en la manera de escribir para que no sea un ladrillo, para que tampoco sea una novela pero esté en un punto intermedio en que el lector se emocione con lo que tú le estás explicando. No es sencillo, de verdad, no es sencillo el estilo que yo suelo usar.
Creo que es mucho más didáctico que académico.
De hecho, he huido muchísimo del academicismo. Se podría hacer un libro como este sobre la historia de la música alternativa española que fuera mucho más sesudo, más académico, y entonces tendría que hablar de todo lo que ha sucedido en treinta años y mencionar prácticamente a todos los grupos y artistas. Ese es un libro que sería posible y podría ser interesante pero no era el libro que yo quería hacer ahora mismo. Yo quería hacer una antología musical en la que de un plumazo bastante rápido cualquier persona se pueda hacer una idea de cuáles son esas referencias fundamentales. El libro parece sencillo de leer, porque lo es, pero en realidad el truco es que debería el lector pararse a escuchar lo que yo estoy proponiendo, entonces cuando tú lees el libro a la vez que escuchas ya tengo muchos lectores que me están diciendo que tardan en entender un capítulo tres días. Gente joven, gente que jamás en la vida ha escuchado a Lagartija Nick o Surfin’ Bichos o El Niño Gusano, imagínate el hachazo que es de repente llegar a ese capítulo porque no entienden nada. Para entenderlo necesitas ponerte la música.
Por eso hay que leer el libro escuchando los discos y las canciones de los que escribes. Gran idea, imprescindible diría yo, la de incluir los códigos QR al final.
Ahí está la clave, por eso pensé muy bien en que tenía que llevar unas listas rápidas donde poder escuchar al menos una o dos canciones de los grupos que estamos proponiendo.
El primer capítulo muchos intuíamos que debía ser un ejercicio de justicia. A Surfin Bichos les dedicas algunas de las líneas más sentimentales del libro, supongo que por pura educación musical y por lo que significaron para ti y para tu generación en particular.
Totalmente. Yo tengo una libreta en la que apunté un montón de artistas y grupos, y el número uno eran Surfin Bichos desde el primer día, desde el día que dije de meterme en esta movida pensé en el “1.” y después iba Surfin Bichos. Es verdad que hay mucho debate sobre si son parte de la música alternativa española o no, porque están a caballo, igual que Lagartija Nick o Los Enemigos, que son tres grupos para mí referenciales y yo creo que para todo el segmento independiente español son grupos seminales totalmente. Aunque todos sabemos que no forman parte exactamente de nuestra generación, pero no conozco a un músico de la música alternativa española que renuncie o reniegue de ninguno de esos grupos porque no eran ya los ochenta y tampoco eran ya los noventa, pero a todos los que formamos parte de esta historia nos fascinaban.
Un capítulo clave es el dedicado al debut de Australian Blonde, por lo que tiene de seminal, aunque hoy poco nos acordemos de ello.
Claro, porque aquí también hay que hacer un esfuerzo. Australian Blonde no es mi grupo favorito ni el de mi vida, pero es innegable que en los primeros noventa fueron los cabecillas de este movimiento junto con Sexy Sadie y bastante antes que Los Planetas. Fueron grupos que además dieron pelotazos televisivos y en radio, el “Chup chup” y alguna canción de Sexy Sadie llegaron incluso a sonar en las radio fórmulas siendo grupos que cantaban en inglés, fue una cosa muy rara. Luego ya las radio fórmulas nos abandonaron para siempre (risas), pero en ese momento fueron grupos muy importantes y hay que mencionarlos por supuesto, porque son historia viva de ese proceso.
Habrá quien intente desmarcar a bandas como Los Enemigos, Standstill, El Hombre Burbuja, Guadalupe Plata… Porque es una etiqueta tan difusa y a la vez tan concreta que quizá su música no esté normalmente emparentada con lo comúnmente entendido como indie.
Yo prefiero hablar de música alternativa más que de indie. Yo entiendo que al final lo de indie es una etiqueta muy fácil de usar pero en realidad la música independiente, que es de donde viene el término, es muy amplia y no es un estilo ni un género, puede abarcar desde el jazz al heavy metal o al folk o a un montón de estilos, porque se refiere a la estructura y a la forma de trabajo normalmente, entonces yo prefiero no utilizar demasiado la palabra indie, quiero hablar de música alternativa. Guadalupe Plata, por ejemplo, es un grupo, como Niño De Elche, que creo que mucha gente no metería, o Pájaro, pero a mí me parece que si hay artistas alternativos e independientes, esos tres son un ejemplo absoluto, independientemente del estilo.

También encontramos alguna que otra sorpresa, como Niño De Elche, del que tú mismo dudas si debería estar incluido. Lo calificas de burrada psicodélica y panfletista revolucionario que te voló la cabeza, incluso lo trajiste a una Feria del Libro. ¿Qué recuerdas no sólo de tu primer encuentro con él, sino en general de esos momentos en que coges un disco del que no tenías demasiadas referencias, lo pones, y empiezas a flipar?
Es que Voces Del Extremo es… Yo no metería al resto de trabajos más flamencos, aunque sea irreverente pero bueno, están más centrados en el flamenco, en una antología de música independiente o alternativa, pero Voces Del Extremo, que se hizo junto a los otros chalados de Pony Bravo y su productor, Raúl, es una maravilla de disco y es música alternativa ciento diez por cien, y tuve suerte de efectivamente uno de los primeros conciertos que hicieron lo hice yo cuando dirigía la Feria del Libro de Granada en el Centro Federico García Lorca, que estaba casi sin usar todavía. Fue una maravilla verlos a todos en directo porque la mitad de Pony Bravo hacían el directo de ese disco junto con el propio Paco, el Niño De Elche, y Raúl tocando el bajo y en la mesa de sonido, y aquello era una absoluta locura psicodélica, de las cosas más bonitas que yo he visto en muchos años. Ese disco merece estar en la antología.
Era, y supongo que seguirá siendo, un espectáculo brutal verlo en directo, sobre todo después ya a partir del segundo o tercer disco cuando sus conciertos eran prácticamente una rave electrónica, algo totalmente insospechado por quienes pensaban que era un verdadero cantaor de flamenco.
Es flipante. Y agárrate los machos, porque en nuestra empresa vamos a llevar a Niño De Elche a Camerún dentro de un mes, y veremos a ver los cameruneses qué opinan cuando lo vean salir allí y empezar a gritar (risas).
Si alguien piensa que esto es un lavado de cara a algunos nombres últimamente puestos en entredicho, o un manual de amiguismo bien documentado, debería leer algunas frases sobre Love Of Lesbian, por ejemplo, en las que afirmas no estar muy de acuerdo con ciertos aspectos de sus canciones.
En lo de amiguismo se equivocan al cien por cien. Soy super honesto, esto sólo podía funcionar si yo era muy honesto. Entiendo que la gente que no me conoce opine que esto es un libro para los amigos pero no lo es, ni mucho menos. No llego a hablar mal de nadie porque las cosas que no me gustan considero que no deberían estar, no quería hacer un libro amarillista ni provocador, no es eso, pero hay cosas que no me gustan y si considero que a un disco de Lori Meyers le sobran tres canciones pues lo digo, y nunca he entendido –y quiero mucho a Love Of Lesbian– la parte humorística que es de lo que hablo en ese capítulo. 1999 me parece un disco genial que sería una obra de arte incontestable si quitaran las tres canciones chorras que tiene y que a mí me sobran. No entiendo esas canciones chorras que hacen, que es verdad que les ha ido muy bien en la vida y en la música, pero a mí me sobran y como yo soy el que hace un poco la crítica de cada disco tengo que decirlo. Hay cosas de Los Planetas y de otros grupos con las que no estoy de acuerdo, y cuando hay rimas horribles… Mira que yo quiero a Nacho Vegas artísticamente hablando, pero tiende a las rimas más ripiosas y horribles de la música española, y lo digo en el libro. O sea, intento ser muy honesto y cuando hay cosas que no me gustan lo digo abiertamente y no he hecho el libro para hacer amigos, los amigos ya están ahí. Si acaso perderé alguno (risas).
Con algunos colegas que a la vez son paisanos, como los que dices, Los Planetas o Lori Meyers, por citar a los más conocidos, también estableces distintas conexiones. Es más, con la banda de J aseguras que hubo alguna disquisición no muy bien entendida en su momento. Algunos queremos saber exactamente a qué te referías.
Más bien me refiero a que se ha hablado de Los Planetas y de Niños Mutantes por parte de cierto público que ha estado en contra de unos y de otros, en el sentido de que ambas bandas se hayan enfrentado o no. Cada uno ha tenido su carrera, su forma de entender la música. No hemos sido nunca íntimos amigos y tampoco hemos sido nunca íntimos enemigos. Ha sido más siempre un rumor alrededor nuestro que lo que hemos alimentado los propios integrantes de ambas bandas, como un poco el mito de Blur y Oasis pero en granadino y más pequeño.
¿Quién recoge la herencia de todo esto? ¿Hay indie para rato o se difuminan las fronteras, teniendo en cuenta que la idea primigenia era la de mantenerse lo más al margen posible de la industria y hoy la mayoría de bandas graban en majors o llenan escenarios en festivales en prime time? No sé si eso tiene mucho que ver o no.
Las fronteras están muy difuminadas, sí, porque claro, si la gente quiere entender que el indie es todo aquello, ese pop rock de guitarras y estribillos coreables, vale, está bien… Pero siento decir que eso no es el indie, la música independiente es otra cosa y se puede hacer en una multinacional o en una discográfica pequeña e independiente. ¿Por qué? Porque me parece que al final hay una diferencia entre que una multinacional cree a un artista o que un artista trabaje en una multinacional y la ponga a su disposición para hacer lo que quiera. Ejemplo perfecto de estos días en los que vivimos: Lux de Rosalía, un ejemplo absoluto de alguien que está haciendo música independiente, porque si ese disco no es la independencia artística que baje Dios y lo vea. Desde luego es un disco en el que Rosalía ha hecho lo que le ha dado la gana, sin singles, sin estribillos coreables, metiéndose en la sinfónica, en la psicodelia, en la electrónica… Eso es hacer música de una manera independiente, y evidentemente no trabaja ella para una multinacional sino que la multinacional trabaja para Rosalía. Ahora, si nos referimos a si el pop rock alternativo, lo que nosotros entendemos como indie como etiqueta de estilo, si lo hubiera, claro que eso sigue ahí, sólo tienes que ponerte a Camellos, a Repion, a Alcalá Norte, a Depresión Sonora… Bandas y artistas que tienen unas propuestas musicales, artísticas y líricas super buenas, Cala Vento… Hay un montón de artistas nuevos que están empujando y que siguen siendo nuestros herederos. Rodrigo Cuevas, Tanxugueiras, Baiuca, Grande Amore… ¿Qué está pasando también? Que a la nueva generación de veinte, veintidós, veintitrés años le interesan cosas absolutamente opuestas a las que nos interesaban a nosotros. Por poner un ejemplo, la gran mayoría de grupos actuales que están triunfando están practicando un punk pop que a nosotros en los noventa no nos interesaban absolutamente nada, no había ni un solo grupo de los noventa en la música alternativa que se acercara un poquito a unos conceptos punk. Nosotros éramos post punk, ya veníamos hartos del punk, y sin embargo ahora pues toda esa generación tienen una actitud punk (Carolina Durante, incluso Biznaga), punk pop o punk alternativo podemos decir, porque punk de verdad son Reincidentes y los locos estos navarros, Lehendakaris Muertos, esos son punkis de verdad. Es verdad que esta nueva generación está metida en el punk y hay otra parte que está haciendo un rock de guitarras oscuras como Depresión Sonora o Alcalá Norte y gente que está mezclando el folk con el pop y con la electrónica como los que dije antes, y eso está de puta madre, lo que pasa es que ya no es la música alternativa que hacían Los Planetas, Sexy Sadie, Niños Mutantes y La Habitación Roja, ahora es otra cosa, pero está viva y hay cosas chulísimas.
Y estamos hablando de eso, de bandas que son el plato fuerte de varias multinacionales.
Ciertamente, pero es verdad que empiezan todas desde discográficas independientes. Si al final un músico alternativo acaba en una major pues mira, de puta madre, ¿o les vamos a negar algo a REM, a Radiohead, a Pearl Jam, a Nirvana o a Oasis porque tuvieron éxito?
Otro tema, y ya para poner el colofón, es el de los festivales. Los horarios, las bandas que tocan en prime time y las demás; la cuestión de por qué la gente acude cada vez más en masa a esos eventos y qué esperan encontrar, o si ya no son el refugio indie con el que se identificaban al principio.
Los festivales yo creo que hay que repensarlos. Lo que pasa es que mientras sigan teniendo un éxito masivo… Yo entiendo que hay festivales para el entretenimiento puro y duro, entiendo que sesenta mil personas vayan al Mad Cool a disfrutar de ese ocio y de ese entretenimiento, no creo que vayan a ver a ciento cuarenta grupos, porque sé por experiencia que es imposible. Eso está bien, es un producto de entretenimiento, pero creo que al final los pequeños festivales alternativos e independientes se van a ir imponiendo porque todo el mundo o gran parte prefiere pasar una buena tarde noche en un festival bonito donde se cuidan las cosas y con mil quinientas personas que festivales ultra masivos donde al final después de dos jornadas acabas destrozado y tampoco sabes muy bien lo que has visto. Pero bueno, hay mucha gente que los defiende, mucho público, y yo he tenido un vídeo muy polémico con Mara Torres sobre esto y hay muchísimos comentarios de gente a mi favor y muchísimos comentarios de gente en contra mía. Yo entiendo que hay mucha gente que opina que pagar ciento cincuenta euros por ver a cuarenta y cinco grupos está de puta madre, la cuestión es qué calidad tiene la experiencia para ver a esos cuarenta y cinco grupos.
Algunos nos quedamos, y sin dorar la píldora ni nada parecido, con festivales pequeños, a ser posible de una o dos jornadas, como el que organizas en Dílar (Granada) y al que tuvimos la oportunidad de asistir este año. Un Dee Fest maravilloso, acogedor y con un cartel que ya quisieran otros mucho más grandes.
Totalmente. Nosotros intentamos, y tú lo sabes, estar ciento ochenta grados más atrás, en las antípodas de cualquier macro festival. En el Dee Fest en Dílar intentamos que los que venís os lo paséis de muerte rodeados de árboles, de césped, de planticas y de Sierra Nevada. Y de alpaca para sentarte (risas).
Y ahora un mutante por la gracia de Dios como Nani, ¿a qué dedica el tiempo? Sin añadir lo de “libre” porque sé que de eso no tienes mucho.
Bueno, yo tengo una empresa de producción de eventos desde hace bastante tiempo –ya vamos para once años- y hemos hecho un montón de cosas, desde dirigir la Feria del Libro de Granada bastantes años a últimamente dirigir bastantes festivales en Granada y en Málaga, así que ahí estamos, generando eventos. Tenemos un proyecto ahora en Granada para apoyar a bandas emergentes, colaboramos mucho con la fundación Miguel Ríos y también hacemos teatro. Somos más una empresa de gestión cultural que una productora musical.
Puedes comprar el libro Indilogía de Nani Castañeda (Aguilar), en la web de su editorial.

