Asistimos al Fly Me To The Moon
Apenas un mes después que el Primavera Sound cerrara las puertas de su edición más masiva, los organizadores del mismo programaron un festival de bolsillo para que la espera hasta la edición del año siguiente, o al menos hasta un Primavera Club que ya apunta maneras de ser el mejor de su historia, fuera lo más llevadera posible y que endulzara la siempre sosa programación urbana en los meses de verano. Con un desfile de nombres muy consolidados y en el recuperado marco del Poble Espanyol, el Fly me to the Moon ha colmado las expectativas que depositamos desde el día en que durante el Primavera Sound nos enteramos de este insospechado regalo. Una idea excelente, las oportunidades hay que cogerlas al vuelo, que más allá de saber si tendrá o no continuidad, certifica la plena madurez de la línea de trabajo de sus programadores. El estreno ha logrado buena nota en cuanto a público, excelente en su organización y artísticamente dos noches para recordar.
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