Black Moth Super Rainbow – Eating us (Memphis industries)
Si se introduce en una caja el sonido espacial del Moon Safari y Talkie Walkie de Air, y los ritmos y atmósferas de Soft Bulletin y de Yoshimi Battles the Pink Robots de The Flaming Lips y se remueve, surge Eating us, de Black Moth Super Rainbow. Un disco experimental, positivo, muy alegre y fácil de escuchar. Sin preparaciones, ni previas, el viaje al espacio está servido para quien quiera descubrirlo a través de este excelente disco; el cuarto de la banda norteamericana después de su primer Falling Through a Field en 2003.
De inicio a fin, Eating us sigue la misma línea musical. Puede variar, en cierta medida, la rapidez de los ritmos, pero la atmósfera no varía. Éste es su punto positivo y negativo. Positivo porque si te gusta su primera canción el álbum al completo no te defraudará. Negativo porque puede llegar a ser reiterativo. A pesar de ello, hay canciones que sobresalen de las demás: es el caso de «Born on a day the sun didn’t rise», la canción que abre el disco y muestra todo el potencial pop electrónico distorsionado de Black Moth Super Rainbow; la cañera «Tooth decay» y la melódica «Gold splatter». Eating us mantiene su nivel en las 11 canciones y en cada escucha se va descubriendo un nuevo sonido atmosférico o un nuevo pequeño detalle.
Para la voz del cantante, cuyo seudónimo es Tobacco, se utiliza en todas las canciones el efecto conocido como vocoder, que es un analizador y sintetizador de voz. Éste, sumado a los ritmos de percusión, el imprescindible bajo e incluso los acordes acústicos hace inevitable las comparaciones con Air. De hecho, mientras transcurre Eating us es imposible no recordar el mono del videoclip de «Sexy Boy» que aparece volando sobre ciudades y en el espacio. La influencia, por otro lado, de The Flaming Lips es también una evidencia si se tiene en cuenta que el disco ha sido producido por Dave Fridmann, miembro de Mercury Rev.