Dean & Britta – Neu!Club (Madrid)
La cita de Madrid era la penúltima fecha de la gira que ha llevado a Dean & Britta por seis ciudades de nuestra geografía, presentando ese delicado compendio de versiones y temas propios que es Black numbers.
Ejercían como teloneros Clovis, o lo que es lo mismo, Fino Oyonarte y Cristina Plaza, en esta ocasión sin banda. Su pop sigue resultando más bien insulso y el escaso público que había en la sala a la hora de su actuación, no contribuyó a mejorar el desolador panorama. Lo más destacado, la versión del “Sunday morning” de la Velvet con la que abrieron, y su tema más reconocidamente resultón, Mundo.
A pesar de que el goteo de público fue constante, cuando el matrimonio formado por Dean Wareham y Britta Phillips hizo su aparición, la asistencia no era tan numerosa como cabía esperar teniendo en cuenta su pasado en la banda de culto, Luna.Él, elegante y con un corte de pelo impecable y ella, con larguísimas pestañas y descalza sobre la moqueta que cubre el escenario del Neu!, comenzaron con “Singer sing” de forma tan íntima -serios y poco comunicativos- que transmitían algo de frialdad. La sensación desaparece cuando escuchamos una de las voces más reconocibles del indie americano, y así, con los característicos acordes y maneras a la guitarra del ex–Galaxie 500 interpretando “Chinatown” de Luna, nos introducen en un ambiente minimalista y brumoso del que ya no escaparemos hasta el final.
Los mejores momentos de Black numbers, con ese halo de clásico misterio heredado de sus antiguas bandas, vinieron con “Words we used to say”, “White horses” y especialmente “You turned my head around” (seria candidata a canción bonita del año), con la que Britta se desata definitivamente, inundando con su voz cada rincón de la sala… El tema más esperado, “Bonnie & Clyde” de Serge Gainsbourg, sonó como el enorme clásico que en manos de los neoyorquinos es desde hace ya años, y significó el fin de la parte central del concierto. Aún habían reservado “Moon palace” del mítico disco Penthouse y “Tugboat” de los atmosféricos Galaxie 500, para dejar claro que en ocasiones, talento, clase y buen gusto son imperecederos y no se permiten marchitar con el paso del tiempo…