Entrevistas

Entrevistamos a Tonino Carotone

Tonino Carotone, esa especie de trovador inclasificable, está de vuelta. Tras afirmar que vivíamos en un mundo difícil recién estrenado el siglo XXI, ahora se deja seducir por los encantos del vino y arranca un proyecto junto al músico y enólogo Giulio Wilson que, como no podía ser de otro modo tratándose de quien se trata, se ha bautizado como Mondo DiVino.

Las cosas han cambiado mucho, pero no sus ganas de pasárselo bien y de seguir exportando su visión canalla de la vida y del rock and roll. Hablamos con él aprovechando su visita a Madrid sobre el origen de esta nueva aventura, sobre cómo se ha ido desvirtuando el gusto por lo auténtico o incluso, sobre Emir Kusturica, sin permitir que nos invada la nostalgia.

«Me siento afortunado de casi sobrevivir con la música y dedicarme a eso»

Hay un concepto muy interesante detrás de este nuevo disco, con esa comunión entre música canalla y el vino tinto reserva elaborado en las bodegas de Giulio Wilson en la Toscana. Cuéntanos, ¿cómo surge esta colaboración conceptual tan atractiva?

Pues es una propuesta de Giulio Wilson, que es enólogo, productor, artista y músico. Yo no le conocía, pero me hizo una propuesta para hacer un disco en torno al mundo del vino. Es una cosa que ya me parece sugerente, algo que me atraía mucho y rápidamente me sentí interesado en ello. Y bueno, el vino es una cosa que siempre me ha acompañado, no solo a mí, sino a nuestra cultura ancestral, desde milenios, y algo que une a nuestra cultura, y alrededor del vino siempre hay una mesa, y está la comida, está la familia, hay un montón de cosas interesantes para hacer algo bueno.

 

¿Es Mondo Divino una respuesta a Mondo Difícil en algún sentido?

Podría ser, pero no está basado de ninguna manera en eso, sino es otra excusa más para explicar tus sentimientos y tus ideas, lo cual es válido, y todo argumento es bueno. Y esto todavía me parece más interesante, a mí manera de personal y de manera de vivir la vida, y eso, al final son todo… ¿Conexiones? No, la manera de pensar. ¿Punto de vista? No, cuando uno piensa sus propios pensamientos y llegas a una… no me sale la palabra justa ahora.

¿Qué le diría Tonino de Mondo Divino al de Mondo Difícil? Y si el mundo era difícil en el 2000, ¿cómo lo calificarías en el 2025?

Bueno, el vino siempre ayuda bastante en un mundo difícil, obviamente, y este disco tiene el punto alegre, la manera alegre de beber, hay algunas canciones más íntimas, pero sí, es una manera de… con unvaso de vino se ven las cosas distintas, y es otra manera de explicar las cosas en torno a este argumento, y sí, es un mundo difícil siempre difícil, que digo en italiano, siempre más, siempre más difícil. Le diría, pues eso, primero que estamos vivos, colega, y después que, bueno, que no cambies.

Tus dos últimos discos se llamaban Etílico Romántico y Whisky Facile, que fue un tributo a Fred Buscatione, con lo que ese maridaje entre el elemento etílico y la música continúa en este trabajo. Alcohol y música siempre se han retroalimentado en la historia de las grandes estrellas del pop y del rock. Cuéntanos cómo lo ves tú.

Pues en mi vida particularmente sí está relacionado el mundo del… digamos, eso, las drogas y el rock and roll, en este caso el vino particularmente, y es algo que nos ha acompañado desde la infancia y algo que, bueno, siempre ha sido inspiración para trabajar, para hacer mis canciones, para liberarme también de prejuicios y para sentirme más libre. Y siempre el vino es algo para compartir. ¿Qué hay mejor que compartir las ideas con vino, buenas canciones y buena compañía? Esta trilogía sí es una trilogía etílico-romántica de alguna manera, que define también mi trayectoria histórica, musical, incluso personal, mi vida artística.

Vienes del mundo del punk y la vertiente más arrabalera, festiva de la música italiana en su momento. ¿Ahora te abres a otros estilos?

Yo he estado siempre abierto a todos los estilos, sin prejuicios y siempre he ido, no sé si contracorriente, pero siempre he ido a mi bola y me gusta aprovechar todos los estilos y todos los tipos para sacar lo mejor que tengo de mí y mis ideas. Nunca me he cerrado, ni cuando era punk, ni nada.

Éramos mariachi-punk, cantábamos rancheras a nuestra manera, siempre con las ideas claras y las ganas de decir lo que te sale del alma.

¿Cómo recuerdas aquella explosión que supuso un mundo difícil?

Pues una vida intensa, como ahora, pero de otra manera y, bueno, sí, sí, todo muy rápido y todo muy, no sé, algo… No sé si decir un comienzo de una carrera, una sucesión de mi carrera, pero sí, una parte importante de mi vida y, sobre todo, el sentido de explicar las cosas con lo más profundo de mi alma, de mi espíritu y profundamente.

Muchas canciones pueden parecer banales, pero tienen mucho trasfondo y, bueno, creo que es un estilo único y, hostia, recuerdo de una vida muy intensa, que ahora puede parecer menos, pero, bueno, también es una vida imparable, que desde entonces no he parado hasta ahora.

Para ti, que atesoras una carrera tan larga y has vivido tantas cosas, ¿cómo valoras el panorama social y musical actual?

Cuando empecé también era, digamos, negativo. En el tema más comercial, en las corrientes musicales comerciales y en esas ondas de moda. Y, bueno, me siento, no lo sé, yo siempre he estado aparte un poco de todo ese mundo.

 

 ¿Te sientes identificado con algún artista actual o con algún estilo concreto?

Pues no, no me veo identificado con ningún estilo y menos con los estilos que están de moda, pero sí que me veo identificado con los estilos clásicos atemporales como el flamenco, como el blues, como el rock and roll, cosas que son, no cambian nunca y, digamos, son, no sé, casi… Bueno, no, no iba a decir, yo me veo una especie en extinción. Me veo en una línea fronteriza a través de una época, de una manera de vivir y del mundo que estamos viviendo ahora. Todo es positivo y, no lo sé, siempre he sido independiente además a todo lo que pueda ver alrededor. Me puedo proclamar nostálgico, completamente romántico, romántico en el sentido de la palabra rebelde y de defender el honor y las ideas frente a otro tipo de cosas. Y creo que en ese sentido han cambiado mucho las cosas, las letras y la manera de hacer la música.

El legado de la música italiana tiene en ti un representante icónico, dándole una vuelta de tuerca muy a la manera teatral, ácida e irónica de Kusturica, al que admiro y considero un referente de autenticidad. ¿A ti te aburre lo convencional?

Es que lo convencional es efímero, es muy superfluo. He tenido la fortuna de conocer a Kusturica y, bueno, puedo decir que somos amigos y nos entendemos de alguna manera y vemos las cosas de manera diferente. Y, bueno, lo mismo que la música, en el cine  hay cosas diferentes a lo convencional, que es lo que siempre me ha dado vidilla y lo que me ha animado y me ha llevado a hacer cosas distintas.

Cuéntanos qué diferencia ves entre el panorama cultural de España y el de Italia.

Primero estaba el tema propiamente comercial y superfluo y luego había bandas de un año, de una canción, de algo que yo siempre he preservado mi propia manera de hacer y la diferencia entre Italia y aquí, pues  Italia podemos decir que igual incluso es mucho más comercial en este momento en el panorama, lo que sí que puedo decir, que sí que nos pone en común, es que cambia todo muy rápido y estamos en una nueva era, en una otra historia que no veo como una historia mía. 

¿Qué emociones te genera embarcarte en un nuevo proyecto y presentarlo en tantos países?

No lo sé, pues, desde el mundo difícil me ha tocado, por ejemplo, empezar así y presentarlo en muchos sitios distintos, pero bueno, siempre está bien. Trabajar con públicos distintos y cuanto más mejor y cuanto mejor, mejor para todos. Y con gente distinta que no sabes cómo va a ir. Pero bueno, mi trabajo tiene un sello profundamente mediterráneo y no vendible, pero sí que tiene un sello cultural especial que funciona a través de los años y de las épocas. Puede ser un poco también atemporal. Está fuera de modas y es una cosa muy personal y no es comercial para nada.

¿Qué nos puedes contar sobre el espectáculo que tenéis preparado para presentar este proyecto tan poliédrico y original?

Pues es una cosa nueva, un giro teatral a lo que es mi espectáculo. Además, es el primer espectáculo que hago compartido con otro artista, digamos a medias. Y con bases casi con metrónomo y fuera de lo que estoy acostumbrado a hacer yo, más improvisado y esto ya es mucho más marcado. Y luego pues tiene mucho punto teatral en el espectáculo. Llevamos también cosas visuales distintas. Pero bueno, sobre todo es distinto a todo lo que he hecho antes y es interesante. Es divertido. Sí, es alegre. Y luego tiene mucho punto también lírico, literario.

 

Siempre has sido un espíritu nómada, inconformista y bohemio. Algo que contrasta con la dependencia que la sociedad muestra en la gran medida sobre lo material y desde hace ya tiempo sobre las tecnologías. ¿Se ha ido perdiendo la emoción conforme se ha ido ganando en ese supuesto progreso?

Yo he vivido la emoción de otra manera. Una manera, como dices, nómada, bohemia, personal, inconformista.

«¿Qué hay mejor que compartir las ideas con vino, buenas canciones y buena compañía?»

¿Se está perdiendo la emoción conforme hemos ido ganando en el desarrollo, en el supuesto progreso, por culpa de las tecnologías?

Además que perderse, la emoción se transforma de otra manera. Si lo que era emoción, igual de cambiar las cosas o de la manera que veíamos nosotros de cambiar las cosas, que creo que era distinto ahora, que es mucho más material todo, a nivel físico, a nivel estético sobre todo, y se valora mucho más lo que siempre hemos temido, el propio materialismo puro y duro, Con el idealismo y el romanticismo que teníamos antes, de cambiar las cosas. Ahora, en general, sí, hay cierto inconformismo, pero tampoco tengo mucho contacto con el mundo juvenil de ahora y con la música y eso, pero sí que ahora el interés está en otras cosas mucho más banales, como el parecer ser mucho más guapo, cómo te muestras, pero de una manera física y más de fachada.

Antes teníamos más contacto con la calle, teníamos más contacto en general, se ligaba de otra manera, y hostia, vivimos en un mundo… Necesitamos emociones más tangibles. Sí, yo me considero más de aquel otro mundo que de este nuevo. Y por supuesto que antes nos jugábamos la vida literalmente por otras cosas, a veces utópicas. Y antes igual había cosas igual que se podían salvar y que ahora parece que no sé, se dan por hechas, por pedidas. Sí que cambia todo muchísimo y me siento nostálgico en ese sentido y sufro mucho con la manera de ver las cosas, con esa rebeldía que hay ahora y con la que había antes. Sobre todo en el sentido consumista y material, en la imagen más que en otras cosas más profundas, con muchas cosas mucho más interesantes que podemos aportar a los demás y entre nosotros.

Desde tu experiencia, ¿qué le dirías a alguien que está empezando en el mundo de la música?

Hombre, pues que yo diría sobre todo que primero que se crea lo que hace y luego que tenga claro que es difícil sobrevivir con la música. Yo me siento afortunado de casi sobrevivir con la música y dedicarme a eso, pero lo primero que le diría es que tenga otro trabajo o alguna parte económica de apoyo porque la gente del arte, está expuesta a pasar hambre y pasar penurias y ha cambiado un poco en ese sentido para los artistas, somos un porcentaje mínimo de gente que vive de la música y yo sobrevivo a duras penas como he vivido siempre.

Tenemos pocos derechos y ser artista quiere decir que no tendrás nunca estabilidad, seguridad. Jubilación y todas esas cosas aparte. Es una especie aparte y es un mundo muy difícil de llevar pero, por otro lado, es importante, es muy bonito. Rock and roll, claro. Aparte de la manera de vivir las cosas, de transmitir, de comunicar y de sentirte bien con lo que haces, que a mí eso me da la vida.

Escucha ‘Mondo DiVino’ de Tonino Carotone

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