Holywater – Handle with care (Astro Discos)
En una estepa africana ver un papagayo de trillones de colores se te quedará en la mente siempre. O una gaviota en los Cárpatos. Holywater hacen algo distinto. Destacan en su sello, Astro, dónde no encontramos nada similar. Y destacan en la escena nacional porque no recuerdo ninguna banda que realice esta música de este modo. Es rock, sí, pero con sensibilidad pop. Y una voz increíble. Y buenas letras.
Fuimos a la nieve a centrifugar la mente. En el regreso escuchábamos Handle with care. El que conducía es cantante de un grupo. Yo le dije que sería genial que tocasen algún día con Holywater. Giró la cabeza y, sonriendo con todos sus huesos, dijo: -ni de coña, canta demasiado bien.
11 temas entre lo intenso, lo retorcido, y lo acústico y sencillo. “Black shining lights” es sólo una voz desnuda, un medio tiempo potente, sensible. Temas en inglés, con un cierto sabor a Radiohead. Emocionantes, desgarradores. Escucha “Unknown Skin” y verás como no te estoy mintiendo. Podría contar la historia que les ha llevado hasta aquí, cómo antes de tener discográfica ya se había fijado en ellos Ken Stringfellow (The Posies) o Pablo Iglesias (productor, entre otros, de Niños Mutantes o La habitación roja). Podría decirte que su directo es genial, con fuerza, haciendo que lo que en disco es intenso, sobre un escenario sea tensión y épica. Podría decirte que llevo una semana sin dejar de escuchar este disco, pero entonces perdería credibilidad todo esto.
Y voy a regresar a mencionar la producción y las mezclas porque creo que ha sido un trabajo muy acertado. Gracias a la labor de Pablo, los temas ganan en matices, haciendo que esa tendencia a la excesiva grandilocuencia, ciertamente repulsiva (un ejemplo: Muse), en este tipo de composiciones, desaparezca. “The Bad Attitude Man” y “Reach you” hunden sus raíces en el sonido americano más guitarrero, sin dejarse por el camino la intención de emocionar. Son canciones con estribillo, que no pegadizas, con melodías casi íntimas, que se quedan, grabadas en tu mente, como la imagen de un pez moribundo flotando en tu bañera.