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Laurie Anderson – Amelia (Nonesuch Records)

Circula una foto muy bonita de Amelia Earhart supuestamente tomada poco antes de su desaparición. Earhart fue la aviadora más famosa del mundo. Junto a su copiloto Fred Noonan despegaron de Papua Nueva Guinea en 1937, y la intención era hacer escala en la isla de Howland – un espacio de tierra muy pequeño en el océano Pacifico – para repostar. Pidió la ubicación de la isla por radiocontrol, pero el contacto nunca se produjo y el avión desaparición al día siguiente.

Pero volvamos a la foto: en ella se puede contemplar a una mujer subida en la avioneta mirando a un punto en el infinito. Se la ve una mujer segura de sí misma, de pelo corto ondulado y vestida con camisa y pantalones. Esboza una sonrisa de satisfacción y no es para menos. Ella fue la primera mujer que sobrevoló el Atlántico sin hacer escalas, además de ser la pionera de la aviación comercial (sobrevoló por los cielos de todo el mundo), y luchar por derechos civiles de las mujeres. Murió antes de cumplir los cuarenta dejando tras de sí un halo de leyenda, pero también un misterio que la prensa norteamericana reabre cada cierto tiempo.

Laurie Anderson rinde homenaje a esta gran mujer en su último disco Amelia (Nonesuch Records, 2024), aunque esa fijación por los aviones y su representación simbólica no es nueva en la cosmología de Anderson. Desde sus inicios con “O Superman” incluida en su obra maestra Big Science (1982) hasta plasmar pasajes líricos a vista de pájaro en Homeland (2010). Y es que Laurie Anderson, de la misma forma que Amelia Earhart, es una mujer visionaria, capaz de crear un universo sonoro único adelantado a su tiempo.

Mediante fragmentos del diario de la célebre piloto, la de Illinois ha hilvanado una hermosa obra fragmentada en veintidós temas – la mayoría de ellos de muy corta duración – en la que colaboran artistas como Ahohni, Marc Ribot, el batería de Sexmob Kenny Wollesen, el bajista Tony Scherr, y la gran aportación de la orquesta filarmónica de Brno. Un marco sonoro ideal para una escucha inmersiva, en la que Anderson muta en Earhart, y seduce con su fraseo sereno y melancólico.

Si el corpus literario del disco, como se ha dicho anteriormente, son los diarios, en el tema “This Modern World” que dura 34 segundos, escuchamos la voz de Earhart, y es como si de repente, el pasado volviese al tiempo presente para sobrevolar el futuro, y Anohni parece reproducir en “Radio” el bullicio de ondas radiofónicas que colapsaban el cielo inmenso justo antes del desastre final. Y después el silencio.

Un disco menor de Laurie Anderson siempre es mejor que miles de discos que se publican al cabo del año.

Escucha Laurie Anderson – Amelia

 

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