Lil Yachty – Let’s Start Here (Concrete Records)
Let’s Start Here es el quinto álbum de estudio del irónico y poco tomado en serio rapero Lil Yachty. La relevancia de este proyecto se sostiene en lo rompedor que ha sido respecto a su carrera. Lil Yachty fluía anteriormente en bases post-irónicas de trap, detroit-trap, hip hop y mumble rap; pero esta vez sorprende con referencias no esperadas, e instrumentales similares a las de Tame Impala, Pink Floyd o Childish Gambino.
Para intentar entender el porque ha aparecido Lil Yachty con Let’s Start Here solo hay que echar un vistazo al equipo que hay detrás del disco. El combo completo lo conforman el propio Lil Yachty, Sad Pony, productor para Nicki Minaj, Charlie XCX, Sky Ferreira o Lizzo; Jacob Portrait; productor para Porches, Paloma Faith o Alex Cameron; Patrick Wimberly, productor para Joji, MGMT o Solange y Justin Raisen, productor para Billie Eilish, Sky Ferreira y Charlie XCX también. No es una mera tirada de nombres, los productores de este disco son la base y la explicación de todo el contexto de Let’s Start Here. Además, como bien dijeron en la revista Pitchfork algo que alabar a Lil Yachty es que su presencia no queda detrás de todo este grupo y sigue sabiéndose que el disco es suyo.
Se ha catalogado dentro del rock psicodélico en un intento de ser encasillado, aunque también intervengan el rap, el funk, el pop o el soul. El adjetivo psicodélico le queda quizás superficial al disco, que por venir de la trayectoria que viene en la carrera de Yachty ha sido recibido como algo más estrambótico o raro de lo que realmente es.
No existe corte en el disco que se quede mediocre, es cierto, pero también por como la producción lleva a las espaldas todo el mumble rap de Yachty, que intentan ajustar como bien se pueda al rock, a los riffs de guitarra en el final de “the BLACK seminole”, los synths de “sAy sOMETHINg”, o el ambiente trippy que se crea en “THE zone”. Tenemos también las voces de Diana Gordon en “drive ME crazy!”, los aullidos de Daniel Caesar en “REACH THE SUNSHINE” y la intervención de Foushee en “pRETTy”. Aunque estas sí quedan un poco desvanecidas al no darles el propio artista demasiada importancia.
Quizás viniendo de un equipo tan potente y con unas instrumentales tan buenas esperábamos un producto sobresaliente, que realmente se queda en un notable. Ni si quiera un bien, no estamos hablando de un álbum mediocre o malo en absoluto y hasta el más fan del ritmo trapero que venía siguiendo Lil Yachty quiere ver como sigue mejorando y aportando nuevas ideas al rap/rock psicodélico que nos ha presentado. Él ya tiene hecha la plantilla perfecta, solo queda que el protagonista juege mejor sus cartas y sepa adecuar su voz y estilo al género que le toque presentar.