Nuevos Hobbies – Monstruoso (Hurrah Música/Discos del Kirlian)
Este es uno de los discos que se me habían quedado en el “debe” a lo largo de este año. Uno de los muchos (demasiados). Y eso que le tenía muchas, muchas ganas.
El primer largo de estos pamplonicas amantes del pop de factura C-86, es decir, lo que antes se denominaba “indie”, término altamente pisoteado en la actualidad, me impresionó mucho en su día. Palmeras, que así se llamaba, fue editado por la muy necesaria -y hace poco recuperada para la causa- disquera alicantina Pretty Olivia Records en 2017. Ha habido que esperar, por tanto, cuatro años, con pandemia por medio, para ver editada su continuación, que viene ahora acorazada por la unión de los no menos apreciables sellos Hurrah Música y Discos del Kirlian.
Monstruoso es un compendio de todas las virtudes que encontrábamos en el debut: canciones redondas como soles, letras inteligentes, equilibradas entre un hilarante patetismo confesional y la sensibilidad bien entendida, y un sonido cristalino de guitarras tintineantes que sobrevuelan melodías infalibles. No obstante, el crecimiento es evidente y exponencial. Pese a lo mucho que nos gustaba lo primero, aquello no era esto. La banda está cohesionada, el sonido es pletórico, pluscuamperfecto y hacen gala de una variedad estilística mucho más rica que en sus canciones primerizas.
Ahora, toda aquella deuda que tenían con bandas ochenteras de los sellos Postcard, Creation o Rough Trade se ve diversificada con una paleta que incluye el pop sixties vía Byrds-Beau Brummels-Phil Spector -escúchese esa maravilla absoluta que es “Sentado a la esquina de tu cama”-, el power pop nuevaolero (“De mayor”), o la psicodelia más lisérgica con la final “La canción ha muerto”. Todo ello para ofrecer una radiografía certera del estado de forma de una banda que ha llegado a ese difícil estatus en el que, por más que uno se esfuerce, no encuentra parangón en todo lo que puede escucharse en el panorama pop nacional. Y si me apuran, internacional.
Lo de Nuevos Hobbies es modesto, sí. No asaltará festivales ni radiofórmulas. Pero pueden tener la cabeza bien alta. Son ellos mismos, contra viento y marea. Distinguibles perfectamente de la masa, tanto en estilo como en calidad. Un compendio de inmensas cualidades que además, se traduce en las canciones más resplandecientes. Desde el imparable inicio con “No puedo esperar”, todas y cada una de las golosinas que contiene este paquete -”Cara limpia”, “El viento”, “Inundación”…- tiene un sabor tan refrescante que, oiga, casi me alegra haber sido un tardón al reseñarlo. Me parece un disco tan adecuado para degustar en verano que creo que es el momento perfecto, tan perfecto como su contenido, para deciros que ya tardáis en haceros con él y disfrutarlo en compañía de una cervecita helada.