Siguiendo la estela del frio
La cita, el pasado 4 de noviembre, el lugar, nada mas y nada menos que el Liceo de Barcelona y la protagonista, una de las grandes musas del pop, Björk.
Como una exhalación fué la visita de la cantante islandesa a la ciudad condal para llevar a cabo uno de esos exquisitos y elitistas conciertos de presentación de su último trabajo, Vespertine. Un disco que esta siendo llevado al directo en un formato de autentico lujo, una orquesta de cámara de 54 músicos, un coro de quince niñas groenlandesas y el dúo electrónico Matmos, son los ilustres acompañantes de Björk, en una puesta en escena que requiere unas condiciones muy especiales de acústica y espacio que la mayoría de los locales dedicados a la música pop en directo no disponen, “básicamente es una necesidad acústica. Tenían que ser espacios que nos permitieran reunir el sonido acústico, no amplificado, de una orquesta, con la música electrónica, el arpa o la voz. Por eso, éste es un concierto que no sería posible en un recinto de rock donde todo es mucho más contundente” admitió Björk. Por ello, ha hecho falta buscar nuevas ubicaciones no acostumbradas ha recibir, ni a escuchar este tipo de música. Una difícil e intensa búsqueda como aseguraba la propia cantante en la rueda de prensa: “podría escribir un libro de todos los edificios que hemos llegado a ver. Finalmente nos quedamos con los que no eran ni demasiado pequeños, ni demasiado grandes” . En nuestro caso ha sido el barcelonés Liceo el lugar elegido para escuchar esta nueva interpretación de Vespertine. Una elección que pudo ser doble, ya que el madrileño Teatro del Real fue otra de las citas que se barajo desde un principio, pero que finalmente no pudo llegar a buen fin, “no espero que en todos los sitios me abran las puertas inmediatamente” , dijo. “Me gustan las diferencias y por tanto entiendo que haya lugares que no quieran abrir sus puertas al pop. Es como si en una clase de yoga intentaras introducir a un grupo que practica karate. Por otra parte, yo sólo quiero actuar allá donde sea bien recibida” .
Todo este impresionante montaje y parafernalia redundo como se temía en el precio de las entradas (entre 6.000 y 22.500 pesetas), “es un experimento muy atrevido, porque el hecho de llevar una orquesta de 54 músicos hace que éste sea un proyecto muy caro. Este es el motivo por el cual las entradas para este concierto han tenido un precio tan elevado” , justificó.
Una corta estancia en tierras nacionales pero que permitió conocer algunos detalles mas del mundo interior de esta increíble cantante, “mi trabajo como compositora comienza cuando voy a una tienda y no encuentro ningún disco que me guste. Entonces regreso a casa destrozada y empiezo a componer” . Y también sobre las motivaciones e influencias en de su último disco, “en Vespertine, parte de la inspiración se remonta a su más tierna infancia, en la cocina de mi abuela solía jugar cantando y percutiendo con tenedores y eso me hacía sentirme feliz. Años más tarde, el hecho de trabajar junto a Lars von Trier me permitió usar objetos cotidianos para hacer música. Así, que convencí al productor Mark Bell para experimentar con ruidos y sonidos, al estilo de la música concreta de los años 50” .
Por supuesto, la relación de la islandesa con la gran pantalla fue otro de los puntos importantes, a lo que ella sentenció, “ya hay demasiadas actrices en el mundo” .
Así se cerró una visita muy especial que nos dejó con el buen sabor de boca que deja saber que estará el próximo verano en uno de los festivales que se desarrollaran en nuestro país…