Sónar Festival – Fira Montjuic y Fira Gran Vía 2 (Barcelona)
Los acérrimos creyentes de la electrónica tienen marcado en el calendario las fechas de junio, momento en el que acuden como fieles al templo de la mejor música electrónica del planeta. Tras más de veinte ediciones –este año es la vigésimo segunda-, el evento barcelonés está más que consolidado a nivel internacional. Prueba de ello es la asistencia masiva de público tanto de día como de noche, para disfrutar de todo tipo de propuestas musicales y tecnológicas, cosa que el festival fusiona a la perfección.
Puesto que llegué más o menos temprano, y me pudo la curiosidad, me di una vuelta para ver algunas de las propuestas que van más allá del ámbito sonoro. Y es que éste año se celebra la tercera edición del Sónar +D, un apartado en el que participan los grandes protagonistas que lideran los procesos de innovación en sectores como el audiovisual, el diseño o la comunicación. Un auténtico lujo.
JUEVES
ARCA
Fácilmente, el de Arca haya sido uno de los conciertos más memorables de la historia del Sónar. Su set fue una bajada a los abismos del ruido gutural y de la hipnótica magia de los sonidos incómodos, sugestivos y desestructurados. Un set en el que hizo despertar fuertes sensaciones y en el que repasó Xen, ese disco brutal, en la acepción más literal de la palabra. Con un volumen doloroso y una puesta en escena parca protagonizada por las grotescas y tergiversadas figuras de los visuales de su inseparable Jesse Kanda, Arca desplegó toda la violencia de su música, presentó un agresivo tema nuevo que cantó (o mejor dicho, berreó) bajando del escenario y rodeado del público, se contoneó al ritmo de “Sad bitch”, arrancó una ovación cuando sonó “Thievery” y en cuarenta minutos dejó al público descompuesto, eufórico, alterado y estremecido. Y todavía quedaba afrontar el resto del Sónar. Qué duro.
KORELESS + EMMANUEL BIARD: THE WELL
El conciertazo audiovisual que dieron de Koreless y Emmanuel Biard no dejó a nadie indiferente. La explosión tanto de sonidos como de láseres arrancó aplausos desde el principio, culminando con “Sun”, uno de sus mejores temas. Fue sin duda uno de esos momentos SonarComplex que se deben guardar en la retina durante años. Ambos son artistas visuales, y se nota a la hora de desarrollar su propuesta. En lo musical, siguen corrientes expansivas, por momentos muy en la onda de Daedelus. En lo visual, su diseño lumínico parece ser fruto de un intenso experimento.
AUTERCHE
Y por fin llegaba el turno de Auterche, para mí uno de los momentos más esperados de todo el jueves. Después de 19 años sin pisar el festival, se encargaron de cerrar el SónarHall manteniendo el listón muy alto. Su proyecto de música abstracta no fue entendida por todos los presentes, y algunos decidieron abandonar la sala sin saber que se iban a perder algo espeluznante y tétrico a la vez. Sorprendieron con una propuesta basada en la oscuridad más absoluta, y no solo me refiero a l aspecto musical, sino también al marco que quisieron crear en la sala que estuvo sin luces durante toda la hora que duró el set. La intención era que la música lo inundara todo, sin ningún tipo de distracción visual, aunque el público decidió romper esa atmósfera alumbrando sin piedad con la linterna de los móviles. Empezaron muy electrónicos, pasando por el dubstep, y como no por el IDM (Itelligent Dance Music) más radical, que por algo son los padres. Muy desconcertante todo. Pero maravilloso.
J.E.T.S
No parecían las 7 de la tarde en el SónarVillage cuando aparecieron sobre el escenario Jimmy Edgar y Machinedrum. El adelanto de su último proyecto “The Chants” cargado de electro funk futurista, no dejó a nadie indiferente. Aparecieron de riguroso blanco, como si de una ceremonia se tratase, y no bajaron el nivel ni un solo segundo. El público parecía sorprendido pero no dejaba de bailar, escogiendo ésta actuación frente a otras para ir anunciando el final del día. Quizá si hubieran actuado en el Sónar Noche tampoco hubieran desentonado.
HOT CHIP
Los elegidos para cerrar el primer día fueron los ingleses Hot Chip, con los que fue imposible dejar de bailar. Quien podía pensar que hacían doblete al día siguiente, porque pusieron toda la carne en el asador ya en su primera actuación. Nos presentaron su recién estrenado álbum, “Why Make Sense”, sexto de su carrera. No faltó “Huarache Lights”, su poderoso último single. El quinteto, liderados por Alexis Taylor y Joe Goddard, salieron con su máquina de synth pop al punto. No faltaron, “Over and Over”, “I Feel Better”, “Ready For The Floor”, “One Night Stand”. Magnífico colofón para la mayoría.
VIERNES
OWEN PALLET
En un principio Owell Pallet prometía mucho irrumpiendo por sorpresa en el cartel a un mes del festival, pero creo que la organización ésta vez no tuvo buen ojo. Su propuesta no es mala pero estuvo descontextualizada totalmente. No era hora de violines ni de entonaciones melódicas, por mucho que se entregara el artista en el escenario. La mayoría de la gente optó por un plan B o aprovechó para buscar a los amigos perdidos.
KIASMOS
Qué bien le sienta a Kiasmos subirse al escenario. La pareja artística del islandés Ólafur Arnalds y el feroés Janus Rasmussen graban como Kiasmos canciones preciosas y discos preciosos. Sin más. Pero se suben al escenario y, como Hulk, se transforman en una bestia que regurgita sus bonitos temas en forma de aunténticas fuerzas de la naturaleza, que se apoderan de un público entregado por lo menos tanto como la banda. Acompañados de unos visuales de paisajes islandeses, Kiasmos encendieron al público con temas donde la frialdad y la exquisitez se dan la mano en una mezcla que tan bien se les da a los músicos nórdicos. Hay pocas cosas mejores que asistir a una sesión electrónica donde los músicos se lo están pasando tan bien como el público. Eso pasó con Kiasmos. El set rozó la perfección, técnica y musicalmente.
KATE TEMPEST
Fue un gran acierto acudir al SónarHall esta vez, aunmuque los problemas técnicos en la sala afloraran de nuevo a mitad de actuación, pero la poeta londinense lo llevó bien y supo lidiar con naturalidad. Era su primera vez en nuestro país y parecía que iba a mostrar lo mejor de su repertorio. Empezó con su “Who cares, we’‘re having a ball” de su primer disco “Everybody Down” llena de nergía y drum n’‘ bass. Se metió al público en el bolsillo con sus letras, aunque muchos todavía no logramos descifrar el mensaje.
ARTHUR BAKER
No podíamos perdernos a ésta leyenda de la electrónica y el hip hop. Creo que no tuvo tan buena tarde como esperaba, y los problemas de sonido también le tocaron a él. Empezó combinando finamente deep house y house y se creció cuando se puso a los mandos de su Roland TR-808 realizando su inconfundible electro. Nos dió una lección de historia, de la que él también forma parte, e hizo bailar al público con su infinita sabiduría. 6,5
DORIAN PROJECT
El jazz fusión de Dorian Project inundó el SónarHall, con un público sentado descansando para la noche que estaba apunto de empezar. Su propuesta minimalista logró poner de pie a varios, que se arrancaron a bailar al ritmo suave de la música. Oliver Thoman Johnson ofreció un concierto muy a lo Herbie Hancock y aunque fue una delicia se echó de menos su toque electrónico. 6,2
RENDER B2B VESKI
Llegamos de los primeros al Sónar Noche, y descubrimos una propuesta DE impacto. La hora no favoreció a éstos barceloneses, que estuvieron a la altura de las circunstancias. Con un techno minimal noventero con mucha personalidad, acompañado de una magnífica proyección visual, clavaron una actuación digna de recordar. Desde luego van a dar mucho que hablar, y no me sorprendería verlos en ediciones posteriores actuando en hora punta como merecen.
A$AP ROCKY
A$AP Rocky consiguió que meneásemos las caderas y gritáramos con su último y celebrado álbum “At Long.Last.Asap”. Se rodearon de tres pantallas gigantes donde se proyectaron sus videos y alguna que otra imagen impactante. Pronto comenzaron a sonar sus hits como «Goldie», «Multiply» o «Electric Body». Con «Wild for the night» humo, cañonazos de papel, confeti y pirotecnia explotaban en escenario que ya era una fiesta. Su hip hop norteamericano con rapeados psicodélicos creó una atmósfera fantasmal única.
ROISÍN MURPHY
La ex cantante de Moloko, venía a presentar su último disco, “Hairless Toys” y lo dejó clarísmo, al no cantar sus grandes éxitos como el público esperaba. Por mucho cambio de vestuario que hiciera, mostrando sus estilismos imposibles, dejó una sensación agridulce en el ambiente. Finalmente cayó algún clásico como “Simulation” y “Jealousy”, con su mezcla de pop, disco y soul que tan bien sabe hacer.
TOTALLY ENORMOUS EXTINCT DINOSAURS
Otro de los descubrimientos de la noche vino de la mano de Totally Enormous Extinct Dinosaurs. Con sus melodías sofisticadas y su groove reminiscente procedente del mejor old school house, nos conquistó a todos. Se nota su exquisita formación en las mejores escuelas de música del planeta.
TIGA
En TIGA, el escenario estaba abarrotado de principio a fin. La puesta en escena fue brillante, con sus amigos los maniquís como atrezo y mucha estética ochentera. No apareció solo a los mandos, sino que apareció de la mano de sus amigos Jori Hulkkonen, y Pfanderei encargado de los efectos visuales. Comenzó fuerte, con el ya célebre “Bugatti”, y continuó con hits como “Plush”, “Mind Dimension” pero la cosa no quedó ahí. La recta final de su live fue de infarto, llena de temazos de entre los que destacó su versión de “Sunglasses At Night” de Corey Hart. Cerró con “You Gonna Want Me” que nos hizo saltar, gritar y no parar de aplaudir. Tan cercano como siempre se mostró en todo momento muy atento con el público, interactuando constantemente.
JAMIE XX
Había cierta expectación por saber como sería Jamie como dj, y os puedo asegurar que fue una auténtica maravilla. Mezcló repasando parte de su carrera sonora y nos llevó al sincero éxtasis, sacando su artillería pesada sin pudor. Enloquecimos con «Loud Places» (ft. Romy), «I’‘ll take care of you» (ft. Gil Scott-Heron) o el potentísimo «Gosh», una de mis favoritas. La sublime elegancia con la que ejecutó el set dejó el listón muy alto.
DANIEL AVERY
Daniel Avery, un habitual de la ciudad condal, llegó al Sónar con su tech house dispuesto a hacernos sudar las penúltimas gotas. Se mostró muy afable y pinchó también con mucha clase intentando agradar a todos los públicos. Las fuerzas flaqueaban un poco pero él se encargó que los pies no parasen de moverse todavía.
FLÜGEL
Parecía que estaba todo visto, pero no, faltaba Flügel. Nos hizo bailar sin cese con su tecno alemán del que puede presumir ser parte indispensable. Llegó ataviado con su gran colección de vinilos y nos brindó un cierre tan digno como memorable.
SÁBADO
GRAMATIK
Gramatik comenzó su directo acompañado de 2 músicos muy versátiles, que lo mismo tocaban el saxo, la guitarra o se arrancaban a cantar. Con éste equipo se presentó el esloveno afincado en New York para deleitarnos con su rap haciendo delicias con su MPK 49. Versionó a los clásicos desde Justice a Michael Jackson con miles de loops que él mismo escogía en su disco duro. Su aire macarra hizo que se arrancara con un dubstep bastante radical que no descuadró la actuación, sino todo lo contrario. Se mostró tal cual es, y se le veía entregado a su público sin rechistar. Sencillamente fantástico.
SWINDLE
Éste productor inglés nos ofreció una combinación singular de jazz y música electrónica de su primer álbum “Long Live The Jazz” de 2013 y de su EP en 2014 “Walter’‘s Call”. A parte de ser un virtuoso de los instrumentos, sobre todo del piano, tambien se le dan muy bien los platos, demostrando ambas facetas en su set. Alternando house, dubstep, trap, grime, hip hop, electro, nos deleitó con The Bug que actuarían posteriormente, como Quincy Jones. Vamos, que le pega a todo.
JUST BLAZE
El dj y productor nos mostró su visión más peculiar del hip hop americano. Empezó introduciendo bases propias como la de «Compton» para Kendrick Lamar, pero pronto comenzó a derivar a la EDM y ese trap que parece haber convencido a todos. Encantada de que cada vez el hip hop cobre más protagonismo en éste tipo de festivales, para conocer maravillas como ésta.
THE BUG
Las bases contundentes, llenas de riffs radicales, se combinó con un flow jamaicano que cobró gran protagonismo durante toda la actuació. El dubstep, el grime, ragga y hip hop se mezclan en el escenario en donde salen hasta tres vocalistas diferentes. El show estuvo muy animado hasta la recta final donde cayó en una especie de estancamiento, con una cierta monotonía.
HENRIK SCHWARZ
El productor alemán Henrik Schwarz, veterano de la escena deep house europea, fue el encargado de cerrar la jornada diurna. Su potente y entregado directo nos dió la energía para llegar aforntar lo que se nos avecinaba en el Sónar Noche.
DURAN DURAN
A pesar de que su carrera hace años que es una sombra de lo que fue, en cuanto a éxito pero sobretodo creativamente, es de agradecer que Duran Duran se hayan mantenido (más o menos) en activo todos estos años. Se presentaban en el Sónar para llenar el hueco nostálgico de la edición y con la excusa de poder ver a la formación original presentar su nuevo disco, Paper Gods. La realidad es que su nuevo disco no hizo acto de presencia y solamente sonó el single de adelanto “Pressure Off” por los altavoces antes del concierto. Precedido por una versión instrumental de “A view to a kill“, y con veinte minutos de retraso, salieron los cinco miembros de Duran Duran al escenario, acompañados de una corista y un pensionista/saxonfonista de soporte, y abriendo con “Wild boys” entregaron un concierto de “oldies but goldies” con lo más memorable de su discografía. “Notorious”, “Hungry like the wolf”, “A view to a kill“, “Come undone”, “Ordinary world”. Para regocijo de un público que en su mayoría se había acercado el sábado al Sónar solo para ver este concierto, estuvieron todos los singles obvios, y además se permitieron salpimentar la actuación con una versión de “Election day” de Arcadia y otra del tema “White Lines (Don’‘t Don’‘t Do It)” de Grandmaster Flash & Melle Mel. Muy buena actuación de los de Birmingham con un gran sonido y una excelente actitud sobre el escenario. Nostalgia, sí, pero rematada muy dignamente con elegancia y ganas.
EROL ALKAN
Alkan es un raver. Un fiestero que se ha subido a la cabina para trasladar al público sus ganas de bombos machacones y ritmos frenéticos de rave. No se me malinterprete, lo de fiestero no es peyorativo. ¡Todo lo contrario! Alkan entiende que la gente está en la pista para pasarlo bien, para gastar suela. Y entrega con precisión milimétrica lo que el público quiere: ejecución perfecta y una fiesta sonora en la que es imposible no dejarse llevar. Atronador, efectivo y divertido.
THE CHEMICAL BROTHERS
The Chemical Brothers empezaron fuertes, como de costumbre. Con las pantallas en negro absoluto y con la base de su inigualable “Hey girl, Hey boy” empezaban su actuación desatando gritos de euforia entre los fans primerizos en sus shows. Tom Rowlands y Ed Simmons podían hber sido más originales, pero apostaron sobre seguro. El repertorio por suertefue variado: sonaron clásicos desde el principio, reinventaron éxitos dándoles su toque, y por supuesto mostraron maravillas de su nuevo y esperado trabajo “Born in the echoes”, todo ello aderezado con unos visuales que te cogen de la mano y te llevan de viaje a una psicodelia incesante. Dos robots gigantes que aparecen y desaparecen en varios momentos del espectáculo muestran una divertida y ficticia entre ambos. A ellos no les vimos ni la cara, ya que una de sus condiciones en no grabar el escenario. Tendrán pánico escénico.
PIONAL
Después de reponer fuerzas llegamos expectantes a Pional ya que sabíamos de la calidad de su directo no nos iba a defraudar. Miguel Barros ha hecho un pase de lo mejorcito, mostrando sus hits más famosos como su versión del “Precious” de Little Dragon y acabando con un “It’‘s all over” mucho más movido. Las proyecciones de su set fueron de lo más original y bonito visto hasta ahora.
SCUBA
El londinense Scuba fue quizá una de las mejores actuaciones de éste Sónar 2015. Nos presentó su evolución artística con su nuevo trabajo, “Claustrophobia” su cuarto álbum ya. Coge los mandos de la nave para dar paso a la primera sorpresa “Why You Feel so Low”, con un bombo ardiente mientras la melodía fluye con cierta intensidad. Un auténtico disfrute que se hizo corto. ¡Qué bien le ha sentado el cambio!
(Fotos de Ariel Martini / Sónar).