The Ships
La escena indie es una farsa. Ni es indie, ni es escena, es más bien pantomima. Los festivales son una burbuja, y como todas las burbujas, va a explotar
A finales del pasado mes de septiembre, se publicó el debut de The Ships. Tres músicos bien conocidos (Dani Llamas, Juan Ewan y Paco Loco) al frente de una propuesta de powerpop soleada que destaca desde el minuto 1.
Directo a lo mejor del año. Hablamos con Dani sobre tan grata sorpresa.
Enhorabuena por el disco. Recuerdo cuando en primavera el capo de Miel de Moscas me habló del grupo… Soy un fan convencido del powerpop y considero que habéis logrado con éxito que las canciones transmitan y enganchen. ¿Por qué este género está tan «maltratado» en España?
Muchas gracias. Yo tengo la sensación de que en España se maltratan muchos géneros, grupos, escenas, historias. Y, sobre todo, se vanaglorian muchos fenómenos, aunque la trascendencia de estos sea efímera o inexistente.
Buena parte de las canciones de vuestro debut fueron grabadas hace cuatro años si no me equivoco. Juan y Dani lleváis muchos años compartiendo canciones desde la distancia. ¿Cuándo tuvisteis claro que debíais formar The Ships?
Hubo un momento, igual fue después de grabar mi primer disco en solitario «Speaking Thru The Others», que ya teníamos suficiente material como para formalmente ponerle un nombre y meternos a un estudio. Fue todo muy natural. Dos amigos que hacen música juntos se meten a grabar con un tipo que les aporta mucho a su música, en un estudio mágico y voilà.
El verano de nuestras vidas, así se titula el disco. Parece que todo el mundo tiene en su historia un verano (o varios) mágico… ¿Se refiere este título a un verano vuestro concreto? A la hora de escribir canciones es la nostalgia una herramienta muy potente, tal vez la que más?
La nostalgia, en nuestro tiempo, es el valor más en alza. Piensa en la cantidad de contenidos culturales que se generan en torno a lo nostálgico como eje central. Piensa en cuantas bandas se han vuelto a reunir, sin ir más lejos. Corren tiempos difíciles, oscuros, donde parece que está todo dicho y hecho. ¿Qué nos queda? El recuerdo de nuestra adolescencia, que siempre, o casi siempre, es dulce.
En mi caso, he tenido algunos buenos veranos, pero no he sido muy de verano.
Cuando llegaba el verano, en Jerez se llegaban a 40º y mis padres no iban a veranear a la playa. Muchos amigos se piraban a El Puerto, Rota, Chiclana… Los que resistíamos, el lumpen de nuestra pandilla, nos aburríamos mucho, y al final acabábamos pasando más tiempo en el local de ensayo. El aburrimiento ha sido el gran motor de la música, en mi caso.
El entusiasmo de Paco Loco por su trabajo es bien conocido. Aún no he escuchado a ninguno grupo que haya grabado con él que la experiencia no fuera gratificante. ¿Cómo os dijo que quería unirse al proyecto?
Yo conozco a Paco desde hace casi 20 años. He grabado una infinidad de veces allí. Es un tipo especial que tiene un nosequé que a todos nos encanta. Fue tan entusiasta con The Ships, que le fichamos para ser uno más, y entró al trapo. Él dice que no se ha dado cuenta de que era miembro del grupo. Así es nuestro Paco.
Los tres tenéis trayectorias musicales amplias. Seguramente, conocemos menos la de Juan fuera de lo que es El Sueño de Morfeo.
Bueno, conozco a Juanín de cuando él tocaba en un grupo de hardcore llamado Hard Ups. Incluso llegaron a subirme a Asturias para participar en la grabación de su primer disco. Morfeo surgió después, y es su curro. Nuestra afinidad musical viene de antes y se ha seguido manteniendo a lo largo de todos estos años.
¿De qué aspectos del disco os sentís menos satisfechos? A la hora de valorar el álbum, qué os lo que menos os gusta con la perspectiva del tiempo?
Todavía no ha pasado el tiempo suficiente para encontrar aspectos negativos. Aún es algo fresco para nosotros, a pesar de que el 70% del disco se grabó hace 4 años. Lo escucho y lo escucho y cada vez crece más. Surgió, sin más, y, a lo mejor por no tener ningún tipo de presión, conseguimos que saliera tan redondo. Las canciones acabaron siendo mejores de lo que llevábamos. Está bien cantado, bien tocado y Paco estuvo especialmente fino con sus decisiones.
Ofrecer en un mismo lp cuatro o cinco hits está al alcance de pocos. ¿Qué temas os llenan más? Imagino que tu hija Julia estará encantada con su canción…
Gracias. A mí personalmente me encantan «I got lost», «Want», «Julia», «Camera Eye» y «Better World». Julia vino al mundo casi dos años después de grabar esa canción, y claro, ella dice que es su preferida del disco.
Siempre es importante la acogida de la prensa, ¿algún «moderno» os ha sorprendido positivamente alabando el disco?
Estamos muy sorprendidos de la gran acogida que está teniendo el disco. Vivo en un entorno donde no sé distinguir muy bien quiénes son los modernos, los antiguos, los buenos y los malos. Si algo tiene este disco es que está por encima de su tiempo, podía haber salido hace 20 años, 10, 5… O en el futuro.
¿Consideras que hoy en día la atemporalidad es una virtud?
La atemporalidad es siempre una virtud. Es muy difícil superar las barreras del tiempo y del espacio. En el caso de The Ships hemos conseguido superar las dos. No es por ser pretencioso, pero si no nos conocieras y el disco te llegara de manera anónima no sabrías ni de dónde somos, ni de cuándo. Jeje.
El primer concierto fue en el Monkey Week de este año. ¿Cómo os sentisteis?
Si te soy sincero, íbamos asustados. No sabíamos qué podía pasar porque fue difícil quedar todos para ensayar y no pudimos dedicarle tantos ensayos. De repente, empezó el concierto y nos mirábamos flipando. Ése ha sido un momento especial, ha multiplicado las ganas y las ilusiones que ya teníamos puestas en este proyecto.
El 7 de noviembre se celebrará en Madrid el primer aniversario de vuestro sello. Miel de Moscas, principalmente con Perro, ha hecho mucho ruido este año. ¿Hubo interés por parte de otras discográficas en este disco?
La verdad es que cuando nos propusimos buscar un sello para editar el disco teníamos dos propuestas: ser cola de león o cabeza de ratón. Optamos por Ángel, Eva y Adrián porque les conozco personalmente y cuando sabes que existe gente que trabaja de una manera tan vieja escuela tal y como está el patio, y cuando los que hacemos música sabemos que poder contar con gente así para tus proyectos, sabemos que es una auténtica suerte. Hasta la fecha no podemos estar más contentos con nuestra decisión. Les auguramos muchos éxitos, hacer las cosas con amor solo traerá cosas buenas.
Dani, tú eres un buen ejemplo de currante en el mundo de la música. DIY y lo que haga falta… La escena indie actual está marcada por la rentabilidad que ofrecen algunos grupos, pocos, y lo que ello condiciona a la hora de programar. Hay demasiados festivales con el mismo cartel… Tengo la sensación de que hace diez años, cuando comenzó seriamente a caer la venta de discos, la industria en España supo reflotar gracias a las nuevas tecnologías y formas de consumo… pero, ahora, ¿no estamos volviendo a llegar a un colapso de la fórmula actual? ¿No es necesario un nuevo cambio? ¿Qué hacemos con los cientos de buenas bandas que no tienen hueco en ningún festival?
La escena indie es una farsa. Ni es indie, ni es escena, es más bien pantomima. El indie es casta, jajaja.
Los festivales son una burbuja, y como todas las burbujas, va a explotar. Estoy deseando que llegue ese momento. La mayoría de festivales se hacen para que unos cuantos ganen pasta, pero no se hacen para la gente ni para las bandas. Eso puede explicar tu pregunta. La música está por encima de las fórmulas y de los mercados, y todos los que la hemos vivido desde fuera de estos y por amor al arte estamos muy tranquilos. Si hay bandas que no tienen hueco en ciertos festivales, son estas bandas y su público los que tienen que crear sus propios espacios.
Peralta, Vicente Prats (disco que recomiendo encarecidamente), Hermanos Dalton, la vuelta de Australian Blonde… ¿Qué os parece? ¿Hay lugar para un festival de powerpop?
A Peralta les vi el pasado verano y me fliparon, los Dalton son parte de mi educación, lo de Australian son magníficas noticias. Escucharé a Prats, a ver. También recomiendo lo que hace Kurt Baker, un americano afincado en Madrid, y a los Saint Tropez, de Sant Feliù de Guixols, igual que Biscuit, de Vilanova. Hay grandes bandas por aquí de todos los estilos.