Discos

The Strokes – Is this it (RCA)

Por desgracia, la New Musical Express es la principal protagonista del debut de esta banda de Nueva York. Con tan sólo un EP editado(tres canciones), la publicación inglesa se apresuró a ponerles la camiseta de Salvadores del Rock y a elogiar con vehemencia su rock sucio y meloso a la vez. Lo que siguió a continuación fue una avalancha informativa de reseñas, críticas y expectación ante los conciertos (sólo hay que recordar la que se montó en el festival Isladencanta). Todas las radios y revistas se apresuraron a posicionarse en el nuevo fenómeno de la Nueva Biblia Musical Mundial, bien a favor de esa furia guitarrera, o bien atacándoles por pasados y rancios. Para hacerle la contra a los Strokes, se empezaron a reivindicar otras bandas más o menos punk que comenzaban a salir también por Nueva York o Detroit (Moldy Peaches, White Stripes…). ¿Y al final? Pues todo el mundo esperando en ascuas el primer disco de un grupo metido ya irremediablemente en el ojo del huracán.

Lo que tenemos en “Is this it” se tendría que haber quedado al margen de todo esto. Se trata de un puñado de canciones en donde el garaje más guarro y los ritmos punk se mezclan con unas melodías pop dulces y elaboradas. Las referencias, las asociaciones con otras bandas son inevitables y son también las que han marcado buena parte de las críticas negativas. Muchos les acusan de plagiar descaradamente a la Velvet Underground y también a otras bandas como Buzzcocks, Stooges, Television, New York Dolls, etc. Yo creo que hay que diferenciar entre plagio y continuidad, pues si estos chicos hubiesen salido hace 30 años tendrían un puesto de honor en el Olimpo del rock (y muchos dirían que se adelantaron 30 años a su tiempo…). Es inevitable compararles con la Velvet porque nuestro cerebro tiende a asociar y relacionar conceptos para poder procesar la información y, claro, de todo el cóctel de sonidos sesenteros, hay muchos recuerdos a la banda de Lou Reed y John Cale.

Sonido Velvet al 100% lo encontramos, por ejemplo, en “Modern Age”, donde la voz de Julian Casablancas, cantante y compositor, es calcada a la de Lou Reed en canciones como “What goes on”. Es en este tema donde más se nota ese toque Velvet en la evolución y los giros de las melodías, presentes también en otros cortes, como “Barely Legal”, “Last Nite”, que son junto con el antes mencionado los tres que componían el famoso EP.

A otros que se les puede encontrar por los surcos del disco es a The Stooges. Pero lo que en el grupo de Detroit era garaje oscuro, aquí se convierte en un guitarreo más luminoso, melódico e incluso bailable (“Alone Together”, “NYC cops”). También hay momentos en los que el ritmo se relaja y las canciones pierden un poco de fuelle (“Is this it”) o en los que el cóctel no acaba de cuajar (“Hard to explain”, con un recuerdo a los Sex Pistols, o “Trying your luck”).

Pero no por ello hay que olvidarse de los grandes momentos, como ese “Someday”, toda una invitación al baile hooligan y cachondo; o la que para mí es la mejor canción, “Barely Legal”. Elvis, el sonido surf, esa melodía… llega un momento en que se dan cuenta de que todo les va quedando tan bien que al finalizar el tema vuelven al principio para darnos ración doble.

Acabas el disco y descubres desilusionado que no te va a salvar la vida, pero por lo menos es algo que no se parece a nada. A lo mejor no es muy propio ponerse a continuar la senda iniciada hace casi cuarenta años, pero las posibilidades siguen siendo apetitosas. Sólo hay que pensar en todo lo que nos podríamos haber perdido si Joey Ramone no hubiese escuchado esos polvorientos discos de las Supremes.

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