Vashti Bunyan
Me fascina que los 60 se perciban como una época feliz. En realidad fue muy duro realizar la transición desde una época de guerra y austeridad, en la que recibimos una estricta educación, a otra forma de vida más libre y tolerante.
Vashti Bunyan (Newcastle-Upon-Tyne, Reino Unido, 1945) es uno de esos nombres de los 60 que, después de haber caído en el olvido durante décadas, han sido recuperados en los últimos años. Una creadora de canciones que vivió en Nueva York el mejor momento del nuevo folk americano, y en Londres la eclosión del British Folk de finales de los 60. Tras lanzar Just Another Diamond Day (Philips, 1970) desapareció totalmente del mundo de la música para dedicarse exclusivamente a su familia. A principios del nuevo siglo fue reivindicada por creadores vinculados al neo-folk norteamericano del siglo XXI como Devendra Banhart o Joanna Newsom, algo que, unido al estatus de tesoro oculto que había alcanzado su disco, consiguió que se decidiera a retomar la actividad musical. Desde entonces ha publicado dos nuevos discos, Lookaftering (Fat Cat Records, 2005) y Heartlap (Fat Cat Records, 2014). En unos días (28 de diciembre, a las 20:30h) estará presentando sus canciones en Madrid, dentro del ciclo navideño Sonoridad, en el Auditorio Caja de Música del espacio CentroCentro Palacio de Cibeles. Con motivo de su visita hablamos con ella sobre sus inicios musicales, su relación con Nick Drake, su retirada y su reaparición.
¿Cómo empezaste en el mundo de la música? ¿Fue durante tu viaje a Nueva York, con 18 años, cuando decidiste dedicarte a ello?
Empecé a componer cuando tenía 17 años con un amigo de la escuela de arte. Actuábamos juntos, pero entonces me expulsaron de la escuela por no asistir a clase, ya que me interesaba más la música que la pintura. Entonces, efectivamente, me marché a Nueva York donde descubrí el álbum de Bob Dylan, The Freewheelin’, lo cual me hizo decidirme ya de manera definitiva a seguir componiendo y grabar mis propias canciones.
¿Llegaste a tener algún contacto con Bob Dylan, o con algunos de aquellos cantantes de la escena folk neoyorquina?
No, no llegué a conocerles personalmente mientras me encontraba en Nueva York. Pero por supuesto me hubiese alegrado poder hacerlo.
A mediados de los 60 hiciste un parón en tu actividad musical y te fuiste a vivir a una comuna hippie. ¿Cómo viviste aquellos años del flower power en Inglaterra?
¡No era una comuna hippie! Dejé Londres en 1968 después de no tener ningún éxito tras pasar cuatro años grabando mis canciones. Me fui con mi novio, mi perro, mi camioneta y mi caballo. Nos dirigimos hacia lo que pensábamos que era una comunidad de gente con nuestra misma mentalidad que Donovan había puesto en marcha en la isla de Skye. Cuando llegamos allí, después de un año de viaje, todo había cambiado. Donovan ya no estaba, y nos encontramos un sitio donde ya no había espacio para nosotros. Así que decidimos seguir nuestro camino y continuar viajando.
Tengo entendido que fue precisamente durante ese viaje cuando escribiste las canciones de tu álbum de debut.
Es cierto, escribí las canciones de mi primer álbum durante ese viaje. Las canciones fueron, de hecho, una especie de documento, de diario del viaje.
Tú que viviste aquellos tiempos de ilusión, ¿Por qué crees que terminó fracasando el sueño hippie? ¿O tal vez no lo hizo? ¿Su legado ha llegado hasta nosotros de alguna forma?
Bueno, nunca me he considerado yo misma una hippie, ni entonces ni ahora. De todos modos desde luego la gente de mi generación creíamos en formas alternativas de vida, y me parece que con nuestras ideas conseguimos que algunas cosas hayan cambiado desde entonces, algunas cosas que ahora se consideran normales y que estaban mal vistas entonces.
Volvamos a tu álbum Just Another Diamond Day. Trabajaste con miembros de los mejores grupos de folk británico de la época: Fairport Convention, Incredible String Band… También con el arreglista de Nick Drake, Robert Kirby. Aquello debió ser como una comuna musical.
La verdad es que durante el viaje en que compuse las canciones yo no llevaba radio ni reproductor musical de ningún tipo, así que en realidad no sabía nada de toda aquella gente. Fue maravilloso trabajar con otras personas después de tanto tiempo haciendo las cosas a solas, pero la verdad es que apenas llegué a conocerles. Mi colaborador favorito fue Robert Kirby, me gustaron mucho los arreglos que preparó para mis canciones y me siguen gustando hoy. De hecho íbamos a volver a trabajar juntos hace unos años, pero desgraciadamente Robert murió en 2009. Todavía lloro su pérdida.
¿Llegaste a conocer a Nick Drake?
Me encontré con Nick Drake varias veces, sí. Joe Boyd nos propuso trabajar juntos, pero no funcionó porque ambos éramos personas muy solitarias y nos gustaba demasiado trabajar de manera individual.
¿Por qué tantos músicos de aquella época erais tan solitarios e introvertidos? En cierta manera nuestra percepción de los 60 como una época divertida y fenomenal para hacer música parece algo errónea.
Me fascina la forma como actualmente se perciben los 60 como una época feliz, una especie de sueño hippie. En realidad fue muy duro realizar la transición desde una época de guerra y austeridad, en la que recibimos una educación estricta, a otra forma de vida más libre y tolerante. De hecho mucha gente no sobrevivió a esa transición.
¿Qué pasó con el disco para que decidieras retirarte de la música nada menos que durante 30 años?
Pasó un año desde que escribí las canciones hasta que pude grabarlas, y otro año más hasta su publicación. En esos dos años habían cambiado muchas cosas: aquellas canciones perdieron la oportunidad de despuntar durante esa época que tu llamas “hippie”. Cuando salieron a la luz fueron recibidas como una especie de nanas para niños. Eso me decepcionó profundamente. Coincidió también que por aquel momento fui madre, y mi vida entera empezó a girar alrededor de mi hijo. Decidí entonces que no volvería a coger mi guitarra, y de hecho no lo hice hasta que mi hijo, ya con 16 años, quiso aprender a tocar esa cosa vieja que colgaba de la pared.
Durante esos años de retiro, a pesar de colgar la guitarra, ¿seguías en contacto con la escena musical británica? ¿Estabas al tanto de las novedades? ¿Qué bandas o artistas te llamaban la atención?
No tuve ningún contacto con la actualidad musical. Lo cierto es que abandoné el mundo de la música completamente. Lo siento por mis hijos, que tuvieron una infancia completamente vacía de música.
¿Cuándo te diste cuenta de que tu álbum se estaba convirtiendo en una especie de disco de culto, de tesoro oculto? Me imagino que sería antes de su reedición en CD, en el año 2000.
Lo descubrí a través de Internet, hacia 1998. Encontré varias referencias a Just Another Diamond Day que me hicieron darme cuenta de que el disco no estaba tan olvidado como yo creía. Entonces me interesé por conocer quién o quiénes tenían los derechos para poder recuperarlos y reeditarlo, algo que finalmente conseguí en 2000, como bien dices.
¿Por qué crees que en las últimas décadas ha habido ese interés en rescatar artistas olvidados de aquel periodo? Me refiero a gente como el propio Nick Drake, Bridget St. John, Margo Guryan, el fenómeno que se produjo hace unos años alrededor de Sixto Rodríguez, tú misma…
Estoy segura de que todavía hay más gente por descubrir, porque en aquella época se hizo mucha y muy buena música. Yo he tenido la suerte de estar entre los que hemos sido escuchados y recuperados, y estoy muy agradecida por ello.
¿Cómo se produjo finalmente tu vuelta al mundo de la música? ¿Por qué tomas la decisión de regresar y grabar nuevos discos?
Cuando me encontré todas esas buenas reacciones a Just Another Diamond Day, y me di cuenta de que finalmente se entendieron aquellas canciones como un documento de su propio tiempo y no como simples composiciones para niños, volví a coger mi guitarra y ya no me pareció tan triste como en anteriores ocasiones. Volví a componer alguna canción y me di cuenta de lo mucho que lo echaba de menos.
¿Será Heartleap (FatCat, 2014) tu último álbum, tal como aseguraste en su momento?
Soy muy lenta componiendo. Teniendo en cuenta que me llevó siete años preparar las canciones para Heartleap…no estoy segura de poder dedicar otros siete, o incluso diez, a otro nuevo álbum.
El próximo 28 de diciembre estarás en Madrid actuando en el ciclo Sonoridad. ¿Habías estado antes en España? ¿Qué tipo de espectáculo nos vas a mostrar?
Sí, pero no en Madrid. He actuado en Barcelona, en Santiago de Compostela y en Lleida. Tengo muchas ganas de que llegue ese momento. Llevo conmigo al guitarrista Gareth Dickinson, me ha acompañado en estos últimos diez años y es un músico brillante. Me siento muy afortunada de tenerlo conmigo. Tocaremos canciones de mis cuatro discos, algunas viejas y otras más nuevas, y Gareth interpretará la canción con la que lo conocí y que me hizo querer trabajar con él.