Jamie xx – In Colour (Young Turks)
El triunfo de The xx, un trío de jóvenes londinenses de lo más normal, sin aparente atractivo estético ni nada que los hiciera parecer cool, fue el triunfo de la música hecha con lo mínimo y destinada a lo máximo, esto es, a emocionar. Música repleta de vacíos, de espacios que llenar con la imaginación, de recovecos por los que perderse, de latidos asimétricos. En su armazón se apreciaban toneladas de sinceridad. Nada de imposturas, ajenos a las modas, lejos de lo coyuntural.
Una de sus piezas, Jamie xx, es un tipo extremadamente tímido, por lo que demuestra en las entrevistas. Y por eso resulta fascinante como de alguien tan recatado puedan surgir canciones tan únicas y especiales como para hacernos llorar de alegría y de tristeza. Lo suyo no está muy lejos de la fórmula triunfal de su grupo madre en ciertos pasajes, pero sí que vira algo más hacia la electrónica de tintes más crudos y negroides. Para esta primera aventura oficial en largo ha decidido no viajar solo, haciéndose acompañar por secundarios de lujo, conocidos que aportan calor y seguridad: ni más ni menos que sus amigos Romy en las sensacionales «SeeSaw» y «Loud Places» y Oliver Sim en «Stranger In A Room», que hacen que por momentos parezca que estamos ante la tercera obra del grupo al completo. Además, la dupla Young Thug/Popcaan le secundan en una «I Know There´s Gonna Be (Good Times)» que para algunos rompe el tempo del álbum, pero que supone sin duda un hit veraniego que debiera abrirle las puertas del éxito en las listas de ventas en formato single. Es un número con innegable gancho veraniego que si bien tenía difícil encontrar su sitio en el tono general del álbum, arroja toneladas de ambrosía melódica que no se debían desperdiciar.
Abrazando el R&B, el dubstep, la electrónica nocturna con luces de neón o el minimal house, el bueno de Jamie borda un collage de estilos que quedan aquí presentados con un envoltorio capaz de atraer a los no tan familiarizados con los mismos. Y lo mejor de todo es que el disco acaba mejor que empieza, algo que a priori se antoja tremendamente difícil, pues la ya conocida «Gosh» consigue crear una atmósfera desquiciante para hacer explotar en un haz de luz cegadora cuando apenas te quedan defensas y si esto fuera poco, «Sleep Sound» recoge su testigo con nervio y decisión sin bajar la tensión, sin espacio para apenas respirar. Pero es que desde la definitiva «Loud Places», candidata a canción del año desde ya (los vídeos de su presentación en directo en varios shows televisivos son antológicos), se encadenan cuatro dianas con las que tocar el cielo con las yemas de los dedos. La ya mencionada «I Know There´s Gonna Be (Good Times)» abre paso a dos números de electrónica a la altura de Caribou, que ponen la piel de gallina y que dibujan paisajes quebradizos, ideales para dejarse llevar y escapar de lo mundano y rutinario. Hablamos de «The Rest Is Noise» y «Girl», dos monumentos a la esperanza y al fluir de los sentimientos. Las voces susurradas de esta última la hacen ideal para imaginar como perfecta banda sonora para un viaje nocturno o para conducir por una ciudad vacía.
In Colour (15), con esa portada tan apropiada llena de energía y de matices que hacen de su edición en vinilo una compra si cabe aún más obligada, es un trabajo de incuestionable calidad que demuestra la capacidad de su creador para volar por su cuenta sin perder en impacto y alcance. Con él ha conseguido poner de acuerdo a crítica y público y de paso, saciar de alguna manera el hambre de nuevo material que los seguidores de The xx empezaban a acumular. Múltiples razones para pensar que será difícil que cualquier otro lanzamiento publicado este año consiga juntar momentos tan evocadores como los que aquí se suceden de manera tan orgánica y natural. El futuro es suyo.