Entrevistamos a Cala Vento
Cala Vento se han consagrado como una de las bandas emergentes con más personalidad de los últimos años. Les caracteriza su energía, su emotividad y una forma distinta de comunicar sus sentimientos. Desde el Empordà hasta donde les lleve la música, Aleix y Joan consiguen crear un ambiente natural, sin aditivos, en sus conciertos. Ahora acaban de finalizar la gira de presentación de su último disco, Fruto Panorama, tras más de 150 conciertos.
Con un buen puñado de canciones e historias que contar, Aleix y Joan forman Cala Vento, un grupo que es difícil encasillar dentro de etiquetas y géneros; pero, sin embargo, una banda fácil de entender y de disfrutar. Acaban de finalizar la gira de su último largo, Fruto Panorama (BCore Discos, 2017), al que sucedió unos meses después el EP Canciones de Sobra (BCore Discos, 2018). Tras cuatro conciertos en los que han hecho sold out; dos de ellos en la tierra en la que viven y también comparten sus emociones, Barcelona, y otros dos en la sala El Sol de Madrid donde siempre vuelven para seguir viviendo nuevas aventuras que seguirán siendo plasmadas en canciones, ponen el broche perfecto a una gira que ha superado los 150 conciertos no solo en la península, sino también al otro lado del charco.
Hablamos con Aleix, guitarra y voz del dúo, sobre esta gira, sobre emociones, canciones e intercambios. Nos recibe por teléfono tras finalizar los dos últimos conciertos del fin de gira, en Madrid, una vez que han hecho el camino inverso al que describen en ‘Nueve Toros’ -uno de los cortes de Fruto Panorama-. Y es que siempre consiguen que vaya gente importante a sus conciertos, que hace que aguanten más y más, que liberen esa tensión que existe siempre, y que les ayuda, a poder hacer el mundo mucho mejor.
Este fin de gira ha sido “un sentimiento también de nostalgia”, dado que estaban “blanditos de corazón con toda la gente que ha ido a los conciertos”; esa gente que ha hecho que sea un final perfecto a la gira de presentación de su último disco. Algo, como nos cuenta, “muy emotivo”.
Uno de los ingredientes que está presente en todos y cada uno de los conciertos de Cala Vento, es esa “simbiosis total entre el público y la banda”, como describe Aleix, que también ha formado parte de sus últimos directos en la sala El Sol de Madrid. Ellos han despertado “muy contentos y agradecidos” a la gente “que ha hecho esfuerzos muy importantes para ir a los conciertos” de este ‘Fin de Gira, Fin de Fruto, Fin de Esto’, por lo que su gratitud también existe por “cómo se lo tomó la gente, por la predisposición con la que vinieron a los conciertos”, explica.
“Estábamos muy ‘blanditos’ de corazón con toda la gente que ha ido a los conciertos”
Este dúo del Empordà valora mucho, siempre, en todos sus conciertos, que el público (que ha crecido sin parar desde que empezaron hace ya cuatro años) acuda a sus citas para vivir “una experiencia especial”. Sin duda, para ellos es todo un logro poder ver “que la gente vaya a los conciertos, cante en todas las canciones y, después, compren el disco o una camiseta e incluso pidan un autógrafo”, tal y como cuentan. Pero también en sus conciertos está omnipresente esa simbiosis entre los dos componentes que, como hemos podido ver en Madrid, acaba materializándose en un abrazo entre ellos; abrazo que demuestra la sintonía que existe.
“Las canciones las hemos hecho a la par, aunque a veces hay algún tema que sale más de uno que de otro. Siempre al final es música que sentimos los dos como muy nuestra, y el hecho de poder interpretar las canciones con la persona que más suyas las puede sentir, hace que exista una simbiosis total”, define Aleix. Pues blanco y en botella, para seguir disfrutando de esto por mucho tiempo. Para ellos, poder tocar significa llegar a un nivel comunicacional “muy alto, porque hay cosas que no se pueden intercambiar con palabras”, nos cuenta.
“Queríamos tocar, montamos el grupo para ello y fuimos componiendo sin ningún tipo de objetivo más allá de dar conciertos”
En estos como en otros conciertos, sobre todo en los últimos años, se puede disfrutar, además de su electricidad, su potencia y su emotividad lírica, de un ambiente muy bueno en sus directos. El público pone mucho de su parte, algo que no deja de sorprender, como cuentan, así como el hecho de que este público se sienta “muy identificado con el mensaje o con la manera de transmitirlo”. ¿Los ingredientes? Una expresividad muy presente, sobre todo en Joan, que es capaz de transmitirse, algo muy diferente a ver a músicos que pueden tocar “muy ensimismados”, explica Aleix, aunque cada uno “siempre tiene su manera de transmitir”. Ambos consiguen juntar “todas las acciones y sensaciones” en un concierto tan intenso que acaba “como una olla llena de energía”. Y eso siempre puede demostrarse con un público tan entregado.
Cala Vento empezó su historia hace ya cuatro años. “Queríamos tocar; montamos el grupo para ello y fuimos componiendo sin ningún tipo de objetivo más allá de poder dar conciertos, de poder interpretar nuestras canciones en nuestros conciertos”, expresan. Sin aditivos, sin artificios: haciéndolo de una forma muy natural. “Esa es la manera en la que nosotros entendemos la música”, contesta Aleix. Desde sus inicios, inciden, han tenido que ir “llamando a las puertas”, pero conforme han ido progresando han visto que tienen “mayor visibilidad, dado que la gente se empieza a interesar y empiezan a acudir a ti”. También han podido demostrar esto tras los más de 150 conciertos de esta gira.
Esa trayectoria, corta pero intensa, también ha conseguido aumentar su calibre gracias a esas letras que, como definen ellos mismos, “intentan ser muy naturales, sin nada artificial”. Y es aquí en lo que incide Aleix, en ese control lírico que hace falta tener “para hacer letras artificiales, algo que muy poca gente sabe hacer”. Lo que está claro es que si de ficción trataran sus letras, ellos ya habrían optado por ser escritores y se dedicarían “a sacar libros”. Por eso, prefieren hablar “de cosas más naturales”, que se materializan en cada una de sus canciones, en esas que “surgen y nacen de la experiencia, del día a día, de las movidas que piensas y crees que deben ser materializadas”.
“Estamos en un momento en que todos hemos entrado en una dinámica muy sosa, muy pobre, provocada por los mercados y la política”
La realidad es que somos personas que nos levantamos, cada día, a trabajar, a estudiar, a dedicar nuestro tiempo en cosas valiosas… pero nos acostamos, cada noche, quizá, con mil dudas revoloteando en nuestra cabeza. Aleix y Joan piensan que “estamos en un momento en que todos hemos entrado en una dinámica bastante provocada por los mercados y por la política, en general; una dinámica muy sosa, muy pobre, en el sentido en que la gente se plantea pocas cosas y se pregunta pocas cosas a uno mismo”. Y, si lo hacen, puede que sea “por inercia, siguiendo a veces lo que hace o dice el resto”. Es por eso que Cala Vento intenta con cada uno de sus temas poder despegarse de esas dudas, “lanzarlas al aire… o incluso resolverlas”. Lo cierto es que, comenta Aleix, “hay canciones que, al cabo de un tiempo, de repente las entiendes y sabes por qué las escribiste en su momento… Resuelves esa duda”.
Ante esto, él piensa que “es muy necesario cuestionar todo y buscar la manera de resolver lo que no te convenza”. Así, ambos intentan que su música pueda transmitir eso, justamente: “Para que la gente empiece a seguir menos a la turba y que cada uno tenga más amor propio y más ideas, para que también se sientan más fuertes para cambiar las cosas”. Por lo tanto, ese ejercicio de introspección que está presente también en la parte lírica de Cala Vento, está influenciado por estas dinámicas que te hacen pensar en que existen “tantas distracciones que hacen que la gente no piense”, como explica él mismo, que hacen que la sociedad esté “consumiendo todo el rato y no haya tiempo para parar, pensar y reflexionar sobre las cosas”. Es verdad que todo es inmediato y que el panorama que existe en nuestro mundo hace que las letras de este grupo vayan enfocadas, también, a buscar “que la gente piense más y reflexione”, como matiza Aleix. “Si con la música podemos ayudar a cambiar eso, pues genial; pero si no podemos hacerlo, pues siempre podremos ayudar a que la gente pase un buen rato”. Y vaya que si ayudan.
El realismo presente en sus letras, esa melancolía que tiene su pizca también alegre y motivacional hace que el “momento Cala Vento” que uno pueda tener sirva para aliviarse del peso del día a día, para poder desconectar de todos “los imputs y distracciones” que forman parte de nuestro calendario. Y para eso, disfrutar, como ellos hacen, también en compañía de otras bandas -como las que han estado presentes en el fin de gira, Disco Las Palmeras!, Vulk, Yawners, Ordesa o La Plata, o Perro, con quienes recientemente han sacado un split de dos temas en los que cada banda interpreta una canción del otro grupo-.
En casi dos años han sacado a la venta un LP y un EP, cuyo proceso de elaboración fue a la misma vez: “Las Canciones de Sobra fueron grabadas en la misma sesión de estudio que Fruto Panorama, pero simplemente, cuando entramos a grabar el disco (en Ultramarinos Costa Brava), no teníamos claro cuáles iban a entrar y cuáles no”, explican. Por eso, al final sacaron después del largo un EP con tres canciones “de sobra” -que no sobraban, realmente, para nadie- “para que no quedaran en el olvido”.
“La experimentación forma parte de nuestra esencia, tanto en lo personal como en lo musical”
Ahora, más recientemente, han publicado ese split con Perro que acabamos de mencionar, Controversiones Vol. I, que fue grabado en Discos Bora Bora. Con los murcianos se conocen desde hace tiempo, fueron “una de las primeras bandas con las que congeniamos”; comenta Aleix, “tanto en lo musical como en lo personal”. Además, coincidieron con ellos en Austin, en el SXSW. “Ahí fue cuando la relación con Perro se hizo más sólida. Llevábamos mucho tiempo hablando con ellos sobre sacar algo juntos. Un split, una gira… Y llegaron Gonzalo y Mariajo, de Discos Bora Bora, con esta idea y creíamos que nos habían leído la mente”, relata.
Quien escuche este lanzamiento puede pensar o que están muy locos o que son muy experimentales, pero ellos ponen matices sobre el asunto. “No somos músicos experimentales como tal: hacemos pop. Pero tenemos claro que no nos basamos en la repetición de cosas y buscamos constantemente la originalidad”, cuentan estos dos jóvenes del Empordà, Al final, como explican, eso “también es experimentación, y forma parte de nuestra esencia tanto en lo personal como en lo musical. Todas las decisiones que tomamos también se basan un poco en eso”. Renovarse o morir. Ya lo han dicho tantas veces…
“Las bandas que son difíciles de catalogar en ningún género son las propuestas con más personalidad”
Toda la personalidad que engloba a este grupo tiene que ver tanto con la composición musical, como con las letras, con la manera de escoger el sitio en el que van a tocar, el diseño de los discos, los videoclips… Todo eso es experimentar, todo eso es probar cosas nuevas, hacerlo diferente, hacerlo tuyo. Y también pasa lo mismo con el estilo. No somos capaces de encasillar a Cala Vento simplemente en el género pop, ni lo haremos, pero ellos creen que “las bandas que son difíciles de catalogar en ningún género son, precisamente, las propuestas con más personalidad e identidad propia, inevitablemente”. Por eso, lo único que puedes decir para definirlo es que Cala Vento es, simple y llanamente, Cala Vento.
“Dentro de nuestra música, cuidamos mucho todos los ingredientes”, comenta Aleix, aunque ellos siempre explican una cosa: “Hacemos pop de una manera menos convencional”. Les gusta la melodía, pero también “tocar los instrumentos de una manera más intensa, las partes instrumentales…” Y eso, como explica, “son cosas que se desprenden de otros estilos como el rock o el punk”. Por eso, la esencia de Cala Vento es que batería y guitarra forman una simbiosis perfecta “expresándose la una con la otra”, sin que haga falta nada más, rellenando las frecuencias a pesar de ser solo dos componentes.
Sobre ello, Aleix recuerda que en Madrid pensó en ello. “Parece que lo que hagamos Joan y yo, a nivel de sonido, encima del escenario, se ve como fácil, y la gente da la sensación de que se va acostumbrando a ver ese tipo de música, a escucharla sin que de la sensación de que haya solo dos sobre el escenario”. Y es que al principio, la gente no paraba de decirles “sois dos”. “Ahora no le puede sorprender a tanta gente, se ha asimilado y les parece normal esto”, explica.
Dos también son multitud, y si es en salas como El Sol, mejor. “En ese tipo de salas de pequeño formato es donde la gente puede estar más cerca, puedes ver sus caras, que es muy importante, y antes y después del concierto puedes charlar tranquilamente. Además el merch es el punto de encuentro y si la gente te quiere decir algo, viene y te lo dice”. La conexión que tiene Cala Vento con el público se materializa, aún más, en estos lugares, donde sin duda, ellos prefieren tocar. La cercanía y el contacto directo son un grado. Por eso ellos han elegido salas así para finalizar su gira del Fruto Panorama, y Aleix se muestra contento con esta elección, porque tanto Joan como él valoran y han valorado mucho a lo largo de su trayectoria esa cercanía con el público, que también “se ha puesto de relieve en los conciertos fin de gira”. Lo cierto es que podrían haber tocado en otras salas, en otros aforos, pero es en las salas como la Be Good o la Sidecar de Barcelona “donde pasan cosas más especiales”. Y así ha sido. No han defraudado.
“Nuestra escena es la de los músicos que se toman su oficio sin pretensiones, que buscan satisfacción personal, disfrutarlo, cargar la furgo e ir a tocar para las personas que sean…”
Pasamos así a hablar de lo que tantas veces les habrán preguntado: sobre esa escena en la que se mueven, un circuito experimentado pero muchas veces desconocido, aunque ellos tienen claro con el tipo de bandas que se rodean, y no solo eso, también pequeñas distribuidoras, compañías independientes y músicos que buscan una cosa por encima del resto: disfrutar de lo que hacen. “Nuestra escena es la escena de los músicos que se toman su oficio sin ningún tipo de pretensión, que simplemente buscan satisfacción personal, de disfrutarlo, de juntarse para cargar la ‘furgo’ y para cruzar la península entera para ir a tocar para cincuenta, sesenta o las personas que sean, ir sacando canciones y discos… y disfrutar de ello hasta que no se pueda más”. Chapeau. Se puede decir más alto, pero no más claro.
Lo que tienen claro estos chicos del Empordà es que, si tocas para hacer negocio, eso tiene un olor que llega muy muy de lejos. Por eso ellos han elegido convivir con una discográfica como BCore Discos, compañía independiente pero no por ello menos importante, algo que, dice Aleix, “da la oportunidad de estar tranquilo, de poder trabajar directamente con las personas y de sentirte en un ambiente muy familiar, dado que puedes saber todos los pasos”. De la discográfica barcelonesa destacan “su catálogo y el hecho de que confiaran en Cala Vento desde el principio”, resume Aleix.
Así es como estos dos chavales que llegaron un día a un local con no más pretensiones que disfrutar, que contar sus historias, que tener una personalidad propia como banda y que hacer disfrutar a aquella gente que decidiera compartir un rato con ellos en directo, ahora ven cómo ha llegado a su fin la gira más importante que han hecho, hasta el momento, y que les servirá sin duda como buena experiencia para poder relatar en futuros trabajos, trabajos que ya tienen en mente y siguen preparando. Porque Cala Vento está en función non stop. Y así pasa, que lo petan allá donde van, y que no les hace falta más. Porque lo bueno, si es simple y de calidad, es dos veces bueno.
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