Entrevistamos a Enrique Bunbury
Con nuevas y grandísimas expectativas, el nuevo disco de estudio de Enrique Bunbury, que se titula precisamente así, vuelve a sorprender y casi a descolocar a quienes nos hemos acercado con respeto y tremenda devoción a su obra desde que abandonó el buque de Héroes del Silencio, más por las nuevas necesidades creativas que por dar el cambio de timón que sí se atrevió a dar, con los riesgos implícitos, en su carrera en solitario. Si decimos que es un privilegio hablar con una de las escasas estrellas genuinas del rock español, una auténtica luminaria que ha transitado por géneros, épocas y perspectivas tan diversas como enriquecedoras para él y para los oyentes, tal vez nos quedaríamos cortos.
Bunbury retorna con rabia, disfrazándose de observador aventajado por la distancia –hace años que vive en Estados Unidos- y descreyéndose todo lo aprendido, cuestionando aquellos aspectos de la condición humana que para él sobran y refugiándose de la idiocia política y social en el arte, sea música, escultura, pintura, literatura o meditación. En este álbum hay canciones sencillamente devastadoras, y tras varias escuchas podemos afirmar que estará con toda seguridad entre sus tres mejores obras considerando el global de su producción, que es bastante nutrida. Él, mucho más cercano y consciente de que el favor del público y crítica lo han hecho acreedor de la condición de grandeza que por fin ostenta, responde con claridad y humildad a las preguntas sobre sus canciones, a la postre lo único que importa. De paso, anuncia una serie de conciertos en España a partir de diciembre que resituarán su nuevo concepto escénico y argumental.
La publicación de Expectativas llega justo cuatro años después de tu anterior disco de estudio, Palosanto. En medio, y aparte de las giras correspondientes, grabaste el “Unplugged” tan esperado por tus seguidores El Libro de las Mutaciones, que en verdad no era un “Unplugged” al uso. ¿Cuánto tiempo de reposo, elaboración y asentamiento creativo has tenido para darle a estas nuevas canciones el tratamiento que pretendía, si es que algunas no estaban compuestas ya hace algún tiempo?
Empecé a escribir el material para este disco nada más terminar las mezclas de Palosanto. Y al terminar la gira, estaba dispuesto para entrar a grabar. Pero me llegó el ofrecimiento del Unplugged. No me pareció el momento adecuado. Con Palosanto había iniciado un camino que miraba a la actualidad musical y al tiempo que nos había tocado vivir en los textos. Así que mirar atrás no era lo que más me apetecía. Pero, a veces, las cosas vienen como vienen y acepté que tenía que cumplir con ese trabajo antes de que fuera demasiado tarde. Y no me arrepiento, la gira fue fabulosa y el disco funcionó muy bien. Y, sobre todo, me dio más tiempo para terminar de componer Expectativas.
«Mis etapas de Héroes del Silencio, la latino-mediterránea-cabaret o la de las raíces americanas, han quedado cerradas y pertenecen al pasado»
Es un disco, o al menos así me lo parece, con muchos rasgos conceptuales. Pero creo que es una característica común a tus últimos trabajos, léase Las Consecuencias o el propio Palosanto, que tenían un hilo conductor más o menos claro y obedecían a unas motivaciones muy concretas.
No era mi intención. Escribí mucho material para este disco y cuando fui seleccionando, primero para mandar a la banda y luego para grabar en el estudio, quedó un material que tenía un hilo narrativo coherente. Pero nunca lo planteé como disco conceptual.
Pues en esta ocasión, y hablando de conexiones con otros discos tuyos, yo le veo un toque de Radical Sonora bastante claro en algunos momentos. El uso de las bases y las programaciones, por ejemplo, que no había vuelto a ser tan evidente como ahora.
Yo también lo veo. Pero, en mi opinión, Expectativas es un disco mucho más sutil. Sí que es un disco en el que la tecnología tiene una gran importancia. El uso de los sintetizadores y secuenciadores, las guitarras y baterías procesadas. Es desde luego un disco que tiene en cuenta las posibilidades del estudio de grabación. Pero, en mi opinión, el material que hemos grabado para Expectativas es mucho mejor. Creo que las once canciones de este disco van a ser importantes en mis próximos conciertos y giras.
Otra palabra que me viene a la cabeza cada vez que escucho uno de sus discos es “coherencia”. No solo consigo mismo y el resto de su carrera, sino dentro de cada uno de esos trabajos. Hay una base y las canciones se van desarrollando en función de ella sin que normalmente sobre nada. ¿Contempla sus discos como una especie de obras temáticas?
Intento que el material que grabo para cada disco sea ubicable dentro del período al que pertenece. En general, en mis álbumes hay canciones que quizás podrían haber entrado en el inmediatamente anterior o en el posterior, pero es raro que se confundan con otras etapas de mi carrera. Así, mis principales etapas: la de Héroes del Silencio, la latino-mediterránea-cabaret o la de las raíces americanas, han quedado cerradas y pertenecen al pasado.
Aquí, por ejemplo, “La ceremonia de la confusión” ya resume perfectamente la información contenida en las canciones. ¿Es la alienación el gran virus de nuestro tiempo?
Es un buen principio para este disco. Creo que te adentra en la temática de bastantes canciones del disco. Y musicalmente, también tiene algunos elementos que aparecen posteriormente.
Esa, y “Bandeja de plata”, por ejemplo, contienen letras incluso amenazantes, absolutamente devastadoras. “No puede un retrasado mental estar al frente de todo” es una frase que se refiere, y no hace falta ser muy listo, a un personaje que todos tenemos en mente.
¡Depende del país desde el que me hacen la entrevista! Cuando hago entrevistas en USA, todo el mundo cree que hablo del “Orange President”. Y en México dan por sentado que hablo de EPN, que encaja perfectamente en la descripción. La verdad es que, todos, parecemos tener una cierta predilección por personajes dudosos. Sobre todo, cuando necesitamos a alguien para un puesto de responsabilidad, ¿correcto?
Se palpa el desencanto y cierto descreimiento en la especie humana, pero visto desde la rabia y un distanciamiento necesario para adquirir lucidez. ¿Dónde crees, si es que lo crees, que puede estar la salvación?
No tengo claro ningún camino para la salvación global. Tampoco estoy cualificado para hacer un análisis en ese sentido. La segunda parte del disco intenta enfocarse en refugios individuales que puedan servir de tabla de salvación: el Arte, el Amor, la meditación, la desconexión….
Qué perfecto retrato del pensamiento único es “Cuna de Caín”, aparte de sus connotaciones sociales y políticas. Es un tema con un mensaje optimista, en el fondo, dentro del pesimismo por ver que las cosas van cada vez peor.
En realidad, es una canción sobre una relación entre dos personas que no se soportan y necesitan poner tierra de por medio para evitar acabar el uno con el otro. Me gusta que veas el mensaje optimista en la canción, yo creía que no dejaba mucho espacio para ello, pero siempre me gusta que haya un poco de esperanza en los discos más oscuros y, este, sin duda lo es.
«No tengo ni remotamente pureza de sangre. Bebo de muchas fuentes y las etiquetas y cajones de almacenamiento me parecen innecesarios e irrelevantes»
En otro tema, “Bartleby”, pareces querer retirarte, apartarte de todo por un tiempo y no tener información alguna con la que intoxicarte mientras te refugias en lo verdaderamente importante, tu familia y tu entorno más cercano. Desde esa atalaya de la que hablas, ¿cómo contempla el mundo un hombre de cincuenta años que se ha dedicado a hacer lo que le gusta?
No hablo de mí mismo en “Bartleby”. Es una canción basada en el personaje del relato de Herman Melville, que ante cualquier encargo de su jefe, responde: “Preferiría no hacerlo”. Esa desconexión con la realidad y las responsabilidades me parecen cada vez más admirables y las considero una opción vital valiente y brillante.
Te voy a preguntar por una canción que me ha impresionado especialmente, y es la última: “Supongo”. No solo por el ritmo lúgubre que le hsa imprimido y por el cambio de registro en el estribillo, sino por el mensaje trascendente en torno al individualismo y a la relatividad de la verdad.
Es una canción en la que se mezclan el amor, con la certeza de la incertidumbre y la posibilidad de vivir más de una vida en universos paralelos. Me gusta especialmente. Tiene un tono tenebroso, y creo que cierra el álbum de la manera que deseaba: Sin sonrisitas.
Musicalmente es un disco menos inclinado, prácticamente nada, a los sonidos latinos que han caracterizado alguno de tus trabajos anteriores. Hay mucho más rock, bastardo como a ti te gusta decir, pero rock al fin y al cabo. ¿Lo que cuentas, y cómo querías contarlo, te llevaron a darle esa orientación?
Bueno, lo de “rock”, me gusta que lo saques a relucir. Porque creo que es un disco de rock, aunque creo que no contiene ninguno de sus tics. Y desde luego no hay nada de latinidad. Bastardo también me gusta, porque es la realidad. Musicalmente tengo muchos padres y madres. No tengo ni remotamente pureza de sangre. Bebo de muchas fuentes y las etiquetas y cajones de almacenamiento me parecen innecesarios e irrelevantes.
Llama poderosamente la atención la presencia del saxo, tocado por el gran Santiago del Campo, que incluso sustituye a las guitarras en algunos arreglos. Personalmente, me parece un acierto, porque es un instrumento clave en algunos discos fundamentales de la historia de la música, muchas veces menospreciado.
Me alegra que te haya gustado. Ha sido una apuesta importante. Había grabado con Santi en alguna ocasión. Pero fue en un proyecto experimental reciente, cuando le llamé y me terminé de convencer. Los arreglos que circulan por todo el disco son sutiles y elegantes. Santi proviene del mundo del afro-beat y el jazz. Eso ha dado un interés especial a sus fraseos y ha situado al disco en otro nivel.
Sueles cuidar mucho el material visual con el que ilustras las canciones. En este caso, el adelanto de Expectativas, en forma de semi documental, es una pequeña maravilla.
Muchas gracias. Yo también lo considero así. Creo que Jose Girl ha realizado una joya de short film. Ha conseguido plasmar lo mágico de una grabación, alejándose de tópicos. Los ambientes creados, las imágenes y el tono del documental, los encuentro más cercanos a mi sentir que la mayoría de los videos que he rodado en mi vida.
Poco antes de la publicación del disco hemos tenido ocasión de leer el libro que le ha dedicado a parte de tu obra nuestro compañero Juanjo Ordás, arriesgado y bastante clarificador sobre las motivaciones, influencias y peripecias artísticas y vitales de un artista tan difícil de encasillar como Bunbury. ¿Qué te ha parecido el resultado, teniendo en cuenta lo mucho que ya se ha escrito sobre ti?
Me siento muy halagado cuando alguien dedica el tiempo y el espacio editorial para escribir sobre mí. Además, Juanjo Ordás es un gran escritor, con criterio y seriedad. Y el enfoque del libro es fantástico. Aunque yo no lo habría titulado “Experimental”. Creo que es una palabra algo grande para mis pequeños escarceos con la vanguardia y la música menos convencional.
Finalmente, comienza la gira en España en apenas un par de meses con una serie de conciertos en recintos de capacidad y acústica variables. No voy a entrar en un tema que suele ocupar a tus fans, que no es otro que el de la mínima cantidad de shows que sueles realizar aquí en comparación con los que haces en otros países americanos, pero me gustaría que nos dijeras qué circunstancias deben darse para que te sientas a gusto en el escenario y ofrezcas el mejor concierto posible.
Pero… ¡No creo que realice menos conciertos en España que en México o en USA! Son los tres países donde más toco, y ten en cuenta que México y USA son países muchísimo más extensos que el nuestro. Tendría que contar exactamente los conciertos realizados en cada gira, pero creo que más o menos toco lo mismo, incluso más en España. Sí es cierto que no hago giras como el resto de músicos españoles que están todo un año disponibles para contratación. La manera en la que planificamos las giras depende de unas cuantas variables. En este caso, por ejemplo, vamos a hacer una serie de shows en España de presentación, entre tal y cual fecha y se mira disponibilidad de recintos y ciudades. En verano volveremos y haremos festivales y algunas ciudades más.
Don Enrique, y permíteme llamarte así, un verdadero placer charlar contigo, aunque sea de una forma tan fría y poco comunicativa como esta. Espero saludarte en persona en algún momento de la inminente gira y desearte lo mejor. Gracias por tu amabilidad y por todos los grandes momentos que nos sigues proporcionando. Enhorabuena por otro gran disco, un abrazo.
Muchísimas gracias. Claro que sí, será un placer vernos en persona. ¡Hagámoslo suceder! Un abrazo.
J. J. Caballero, muy buena la entrevista. Felicidades. Chapó.
Grande Enrique. Con ansias de salir del curro a las seis e ir directamente a la tienda a pillar el disco.
No tengo uñas!!
Y esperando q llegue diciembre.
Precioso disco. Gran entrevista
¿a qué espera un festival como el FIB para traerle?
Jota una entrevista muy currada y de gran altura,preguntas concretas y objetivas dentro de la complejidad conceptual del maestro Bunbury, un abrazo.
Me ha parecido muy interesante, la entrevista.