Gentle Music Men – Cuentos Modernos ([PIAS] Spain)
De un tiempo a esta parte parece que algo está cambiando en el pop español. Sigue habiendo multitud de grupos con los mismos referentes de siempre, la misma actitud y la misma forma de cantar (sin que se les entienda casi nada, para aclararnos), pero afortunadamente también hay cada vez más bandas con una visión de la historia del pop más amplia, profunda y desprovista de complejos. Bandas cuyos componentes guardan como un tesoro sus discos de los Kinks, que confiesan sin rubor su pasión por unos buenos arreglos de cuerdas y que encuentran su inspiración paseando por el parque en un día soleado y no escondidos bajo la cama en una noche triste. Grupos que, libres de prejuicios, seguro que no hacen ascos a los primeros discos de los Bee Gees. Gente que, sin duda, defendería con su vida la última copia del Odessey And Oracle que quedara en el mundo.
Uno de estos grupos frescos y deliciosos son Gentle Music Men. Liderados por Dani Poveda, ex miembro de Flint, completan sus filas Miquel Tello, David Charro, Elisabet Barrau y Pau Albà. Anteriormente también estuvo con ellos Montse Inglada. En el año 2008 ganaron la 8ª edición del Proyecto Demo, el concurso para nuevas bandas organizado por el FIB Heineken y RNE Radio3, publicando ellos mismos a continuación su primer álbum, Gentle Music Men, cantado en inglés y reeditado posteriormente por PIAS en 2009 incluyendo una versión del “Only love can break your heart”, de Neil Young.
En esta ocasión Gentle Music Men se pasan al castellano para ofrecernos su segundo trabajo, Cuentos modernos, marcado por una excelente producción y unos arreglos exquisitos empezando desde el primer minuto del tema homónimo que abre el disco, uno de los mejores del lote. Pero es en la siguiente canción, “Por la cuenta que nos trae”, donde destapan todas sus cartas: melodías con sabor a Beatles, armonías juguetonas y unos vientos que traen aromas a campiña inglesa. Una fantástica ambientación sixties recorre todo el disco, con multitud de detalles esperando tras cada esquina: unos violines aquí, un delicioso piano allá, unos coros, unas voces femeninas, unas armonías muy Marmalade, muy Left Banke, muy Zombies, muy… pongan aquí cualquier nombre que ocupe un lugar destacado en su particular panteón del pop barroco, delicado, preciosista y refinado. Quienes busquen referencias más cercanas pueden echar mano de nombres menos remotos como The Divine Comedy, Prefab Sprout o incluso Tindersticks. O Sean Lennon, que bien podría haber firmado la preciosa “La Lluna”, la única canción del disco cantada en inglés.
También hay momentos para el desmelene y el bailoteo (la parte más sabrosona de “¡Oye!”), así como algunas concesiones al pop más comercial (algún estribillo en plan Tam Tam Go!), pero en general si tuviera que definir el disco en pocas palabras debería repetir muchas de las que ya he usado en los párrafos anteriores: precioso y preciso, exquisito, cuidado, sensible.